Tomás Serrano

Política GOBIERNO

Sánchez se rodea del Guernica y sus ministros para inaugurar el 'año de Franco', a quien el PP condenó hace ya 23 años

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La última vez que Pedro Sánchez estuvo en el auditorio del Museo Reina Sofía junto a los Reyes fue con motivo de otro 50º aniversario de una muerte: la de Pablo Ruiz Picasso. Aquel 12 de septiembre de 2022, preludio del Año Picasso, el presidente del Gobierno aludió, cómo no, a la obra más emblemática del artista español más célebre del siglo XX. 

Sánchez calificó el Guernica como "un cuadro político que arroja tanta verdad sobre nuestro pasado como una fotografía de aquel horror, pero que también apela a las guerras del presente".

No lo tenía delante, pero la sola presencia en el Reina Sofía evoca la figura del Guernica, al que el republicanismo español y la oposición al franquismo en el exilio reverenciaron como símbolo

Este miércoles, el presidente Sánchez vuelve al auditorio de la pinacoteca madrileña desde la que celebró a Picasso y su obra. Lo hace para inaugurar lo que se podría denominar como el Año Franco. Es decir, un ejercicio marcado por las más de un centenar de actividades que recordarán la muerte del dictador en 1975. 

El Gobierno ha elegido otro nombre; lo ha bautizado "España: 50 años en libertad". Aunque en esta ocasión en el acto inaugural no estarán presentes los Reyes, a diferencia de lo ocurrido hace un par de años con Picasso. 

Moncloa justifica la ausencia por "motivos de agenda" y aclara que Felipe VI sí que estará en otros actos del aniversario de Franco, como en una visita institucional a los campos de concentración de Auschwitz y Mauthausen, a los que fueron conducidos miles de presos republicanos. 

La otra gran controversia tiene que ver con el papel que jugará Juan Carlos I en la conmemoración de la muerte de Franco y el inicio de la llegada de la democracia, en la que el Rey Emérito desempeñó un papel protagonista.

En la agenda, sin embargo, no faltarán numerosos ministros, así como representantes de otros partidos. El PNV o Sumar -a través de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz- han confirmado su presencia. Como también los líderes de los principales sindicatos (CCOO y UGT), académicos, representantes de ONG de organizaciones de la sociedad civil o la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo.

El contenido de estos actos lo anunciará este miércoles la historiadora aragonesa Carmina Gustrán, nombrada comisionada del cincuentenario. La académica, especializada en gestión cultural, coordinará un comité asistido por un Comité Científico y un grupo interministerial en el que estarán presentes diversas carteras del Ejecutivo.

Enfrentamiento partidista

Sánchez, por tanto, pone todos los recursos del Estado a disposición de la celebración de estos eventos, de los que de momento sólo se conocen algunos detalles. Aunque si la ausencia de los Reyes se ha zanjado con una cuestión de agenda, el enfrentamiento con la oposición queda patente. 

Ni PP ni Vox respaldan la iniciativa. Si bien, los populares matizaron este martes que ni boicotearán ni contraprogramarán al Gobierno con otros actos paralelos. "Nuestra alternativa es ensalzar las elecciones de 1977 y la Constitución del 78, decirles a los españoles que aquella fue una época luminosa", dijo en rueda de prensa el portavoz del PP, Borja Sémper

"El problema es que Sánchez sabe que no va a ser presidente en 2027, por eso tiene que buscar efemérides raras para protagonizarlas él. Esto no tiene que ver con Franco, tiene que ver con Sánchez y su manera de interpretar la realidad a través de trampantojos que no le pidan cuentas de lo que hace", afirmó Sémper. 

Pero esta negativa del PP a participar en el centenar de actividades promovidas por el Gobierno ya le ha servido a diferentes miembros del Ejecutivo para afirmar que desde las filas populares no sueltan amarras con el franquismo.

Sin ir más lejos, esta semana el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, calificó como "desalmado" a quien no condene la dictadura. 

Desde Moncloa reaccionan de esta manera aprovechando, además, la ola de extrema derecha que sigue avanzando en todo el mundo. Desde la inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca a las próximas elecciones en Alemania, donde la AfD se proyecta como segunda fuerza política. 

En este sentido, desde Bruselas, Londres o París le han pedido al magnate Elon Musk -dueño de la red social X y aliado de Trump- que no intervenga en los procesos electorales europeos.

Pero esa vinculación de los populares con el franquismo tiene demasiadas vías de agua. Al margen de que el partido tenga poco que ver con Alianza Popular, fundada en 1976 por antiguos jerarcas franquistas, el PP ya rindió cuentas con la dictadura hace más de 20 años. 

Concretamente, el 20 de noviembre -aniversario de la muerte de Franco- de 2002. Aquel día, el PP de José María Aznar, entonces presidente del Gobierno, aprobó en el Congreso una resolución que condenaba el alzamiento del 18 de julio de 1936 y declaraba un "reconocimiento moral" de quienes "padecieron la represión de la dictadura franquista". 

Los grupos de izquierda habían presentado una serie de iniciativas para abrir las cunetas o compensar a los exiliados y el PP optó por pactar con todos los grupos una dura condena de la dictadura. 

Más tarde, sí que se opuso a leyes como la de Memoria Histórica de 2007 de José Luis Rodríguez Zapatero o la de Memoria Democrática, ya con Sánchez en el Ejecutivo, por las mismas razones que ahora aduce para no participar en el aniversario por la muerte de Franco. Esto es, porque considera que el Gobierno trata de sacar rédito político de ello.

Caso diferente es el de Vox, que no sólo no reniega de Franco sino que algunos de sus dirigentes lo han reivindicado en público. El portavoz del partido, José Antonio Fúster, se refirió este martes al "general Franco" y calificó de "necrofilia absurda" la conmemoración del 50º aniversario de su muerte.