El extesorero del PP, Luis Bárcenas, ha enterrado finalmente su amenaza velada de tirar de la manta contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y contra la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. Este lunes era el día de la verdad, cuando tenía que afrontar su declaración ante el tribunal que tiene en sus manos su libertad, y ha decidido guardar los trapos sucios para defender su buen hacer en el partido y desvincularse todo lo posible del líder de la trama, Francisco Correa.
La Audiencia Nacional está juzgando el 'caso Gürtel', no la pieza separada conocida como 'papeles de Bárcenas', que versa sobre la presunta contabilidad b del PP. Sin embargo, Bárcenas tenía la opción de explicar quién sabía la existencia de esa caja “entra contable” y quien tomaba decisiones sobre ella. Pero ha optado por el mutismo. El extesorero se ha limitado que las personas que controlaban esa contabilidad era Álvaro Lapuerta y él mismo. ¿Quiénes más lo sabían? No es el momento para dilucidar esas cuestiones.
Así que Bárcenas ha optado por negarse a responder a todas las preguntas de la fiscal Anticorrupción Concepción Sabadell que tuvieran algo que con esa 'caja b' y que él mismo ha matizado como caja “extra contable”. Eso sí, ha querido aclarar un extremo: las donaciones de empresarios a su partido no eran “finalistas”, es decir, no eran a cambio de adjudicaciones de obra pública. Lo entregaban para ayudar al PP, como hacen con otras formaciones políticas. A cambio, Lapuerta les ponía en contacto con algún cargo público con el que querían hablar pero dejando claro que “no había ningún interés”.
Bárcenas ha enterrado el hacha de guerra y ha hecho bueno a Rajoy. Fue el ahora presidente del Gobierno y del partido quien decidió en 2003 que había que romper con Correa cuando le alertaron que este empresario estaba cobrando comisiones en nombre del PP para la adjudicación de obra pública en ciertos ayuntamientos.
Fue Rajoy, junto al anterior extesorero, Álvaro Lapuerta, quien decidió que el líder de la trama ya no era bienvenido y se ordenó cerrarle todas las puertas. Ante esta apreciación, al fiscal le preguntó: “¿Alguien hizo averiguaciones para saber si lo que les habían contado de Correa era cierto?”. Su labor no era la de hacer investigaciones policiales. Por lo que ha demostrado el tiempo, nadie del partido lo hizo.
La animadversión de Correa
El encargado de informar a Correa de su 'expulsión' de Génova (sede central del PP) fue el propio Bárcenas. Y es por esa razón que él cree que el empresario decidiera incluir en sus apuntes de su propia 'caja b' las iniciales de Bárcenas como cobrador de comisiones cuando en realidad, según el extesorero, eso nunca ocurrió en realidad.
Bárcenas, que ya reconoció en 2014 ante el juez Pablo Ruz la existencia de una 'caja b' en el PP, tanto en su sede central como en las tesorerías de todas las comunidades autónomas, tendrá la última opción para contar toda la verdad sobre las donaciones ilegales al partido cuando sea interrogado como acusado en la pieza de los 'papeles de Bárcenas'. Igual es en ese momento cuando relata al tribunal los sobresueldos que él mismo pagó a Rajoy -tal y como contó ante el juez de instrucción- si los secretarios generales y presidentes del partido conocían esa contabilidad.
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