Enric. P, el joven de 19 años detenido en Barcelona por la Policía Nacional no llegó a la comisaría (no únicamente) por los tuits que publicó tras la muerte del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, alegrándose de su muerte.
La Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional ha seguido su rastro a partir de distintos perfiles que el investigado abría para proferir amenazas de muerte a las fuerzas de seguridad y autoridades del Estado y cerraba después de incurrir en delito: "Tendremos que poner una bomba en el Piolín (el buque en el que se han alojado los policías desplazados en Cataluña)"; "Pondremos una bomba en la sede del PP" o "Yo soy feliz viendo arder a la Guardia Civil" fueron algunos de los mensajes volcados a través del usuario '@neorrevolucionario' que la Policía ha relacionado con él.
Pero ha sido el mensaje "Utilizaría una navaja para rajar al delegado del Gobierno", en referencia a Enric Millo, así como otras amenazas directas de muerte, las que han llevado al equipo investigador a detenerle en Barcelona, aunque posteriormente le han dejado en libertad con cargos.
Los precedentes
La cercanía de la detención del joven con la muerte del fiscal general del Estado puede haber llevado a concatenar situaciones, pero nada más lejos de la realidad. La Brigada de Investigación Tecnológica encargada del caso ha seguido las denuncias de internautas para llegar al joven al que se le imputan los delitos de amenazas, incitación al odio e injurias.
No es el primer tuitero detenido (no solo imputado) por cometer estos hechos en las redes sociales. Ya en el año 2011, la Policía Nacional detuvo a un hombre por amenazar de muerte a través de Twitter al periodista deportivo Juanma Castaño, al que cuatro amigos que sentían animadversión por él, según pudieron averigüar los investigadores, enviaron mensajes como "Vete preparando tu ataúd, voy a por ti y los tuyos" o "Cada vez te queda menos". Aquel mismo año, también detuvieron en Marbella a otro tuitero que amenazó de muerte a la presentadora Eva Hache: "Voy al teatro y te apuñalo delante de todo el mundo" o "Yo que tú no saldría de casa", fueron los mensajes que la humorista denunció.
En el año 2014, un hombre fue detenido en la localidad valenciana de Tavernes de la Valldigna por amenazas de muerte a distintos políticos tanto antes como después del asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco. En aquel caso, por mensajes como "Así se hace, a matarlos a todos, más tiros en la cabeza de peperos!" se le imputó por primera vez un delito de apología para la comisión de delitos de asesinato.
El delito de amenazas que la Policía ha investigado en el caso del tuitero detenido en Barcelona puede conllevar una pena de uno a cinco años de prisión. Igual que el delito de incitación al odio, no deja de existir por cometerlo tras un usuario anónimo en las redes sociales. De hecho, en el código Penal también se hace referencia a las penas de uno a cuatro años de prisión para quienes "promuevan, inciten o fomenten públicamente al odio". El abogado penalista Jorge Albertini, consultado por EL ESPAÑOL, da un paso más incluso y afirma que "no solo quienes publiquen estos mensajes en Twitter, sino también quienes los repiquen (hagan retweet) pueden ser acusados del mismo delito".