La última vez que los familiares de Paula Mas y Marc Hernández tuvieron noticias de ellos fue la mañana del 24 de agosto de 2017, cuando la madre de Paula recibió un Whatsapp de su hija, quien se encontraba con su novio en el pantano de Susqueda (Gerona). Un mes más tarde, el 26 de septiembre de 2017, los cadáveres de la pareja aparecieron desnudos en la misma playa.
Tan solo ellos dos y su asesino vivieron lo que ocurrió esa mañana, pero el juez cree que hay indicios suficientes para considerar que Jordi Magentí acabó con la vida de Marc Hernández con tres disparos y la de Paula Mas con un disparo en la cabeza. Posteriormente, habría desnudado a los cadáveres, los habría subido a su propio Kayak y tras atarlos a dos mochilas lastradas con piedras, los habría arrojado al agua del pantano con la intención de hacerlos desaparecer.
Por eso, el titular del Juzgado de Santa Coloma de Farners le ha imputado como presunto autor de un delito de asesinato u homicidio, según ha acordado en un auto en el que acuerda la continuación del procedimiento para su enjuiciamiento por un jurado.
Todos estos indicios le acorralan:
El único que se encontraba allí
De las investigaciones realizadas hasta la fecha se infiere que Jordi Magentí Gamell era la única persona, además de las víctimas, que se encontraba en la playa de la Rierica, que se considera escenario de los hechos.
Un elemento clave para saber que se encontraba allí es su coche, un Land Rover Defender Blanco. Aunque el coche pertenece a su tío, él lo conducía habitualmente, según su propia declaración y la de sus familiares. Tanto un testigo como las imágenes de la cámara de seguridad de la presa sitúan el coche en el aparcamiento próximo a la Rierica entre las 9.46 horas y al menos hasta las 12.26 horas, el lugar donde solía aparcar cuando iba a pescar a la zona.
Su declaración
Durante la declaración judicial del investigado, éste dio algunos datos de manera espontánea que le comprometieron, incluso habiendo sido advertido de que tenía derecho a guardar silencio. Por un lado, dijo que estuvo pescando en la Rierica el día de los hechos y corrobora que el coche que estuvo aparcado en la pista de la Pedrera a la altura de la playa es su Land Rover. Además, afirmó que había oído unos disparos: "(…) Sí que un día, y no sé si era ese 24, que yo oí unos disparos, sí, esto sí que es verdad, pero yo estaba a ras de agua pescando(…).”, dijo.
La declaración tiene mucha importancia, pues como se menciona en el auto del juez, "en el momento de realizarla, la causa estaba bajo secreto de actuaciones, de manera que desconocía que la investigación situaba a la Rierica como el lugar de comisión de los delitos".
De la investigación llevada a cabo por los Mossos d'Esquadra, en la que se ha descartado que el resto de personas estuvieran precisamente en la Rierica y que tuvieran implicación alguna en los hechos, se concluye que "no es que el investigado estuviera en la Rierica, sino que era la única persona junto a Marc y Paula que se encontraba allí".
Confesión a un compañero de celda
Jordi Magentí hizo una manifestación a su compañero de celda la noche que entró en prisión preventiva y este se lo narró a la policía judicial. Dijo que fue su hijo, Jordi Magentì García, quien habría acabado con la vida de Marc y Paula y que él se habría limitado a ayudarle a deshacerse de los cuerpos debido a que se lo debía por haber acabado con la vida de su madre.
Esta declaración goza de toda credibilidad a juicio de los investigadores, pues revela aspectos íntimos de la vida de Jordi Magentì que no son públicos. Según el juez, "es sumamente reveladora porque, pese a negar en sede judicial que hubiese visto nada relacionado con los asesinatos, igual que ante la policía, horas después no solo reconoce tener conocimiento de los mismos sino que se pone en contacto con los cadáveres, afirmando que fue él quien se deshizo de ellos".
Sin embargo, implica falsamente a su hijo, que según el rastro de su teléfono móvil, se encontraba a las 11.18 horas en la población de Sant Julia de Llor.
Vuelta al lugar de los hechos
Otro hecho que llama la atención de los investigadores es la visita que el presunto asesino hizo al lugar de los hechos el día siguiente. Fue con su mujer a la Rierica, como ésta ha confesado, el día 25 de agosto y la dejó sola durante al menos dos horas, probablemente "terminar de proceder a la desaparición de efectos".
Viaje a Colombia
Cuatro días después de que los jóvenes murieran, según ha contado también su esposa, el investigado le compró un billete para que se fuera a vivir a Colombia de manera permanente y que lo hiciera ella sola. Una decisión que sorprendió a la aludida. Según se recoge en el auto, "la misma afirma que el día 29 de agosto, de manera súbita, sin que previamente se hubiese hablado de ello, el investigado habría comprado un billete a su mujer para irse a Colombia de manera definitiva".
Para el instructor, "esta fecha de adquisición, justamente el día después de que apareciese el vehículo de las víctimas, apareciendo la noticia en todos los medios de comunicación confirmando que su desaparición no fue voluntaria, permite deducir una posible relación entre la compra del billete y la aparición del vehículo".
Incautaciones
Durante el registro practicado en su casa de Anglès (Gerona), los Mossos encontraron diversas armas blancas, munición propia de un arma de 22 milímetros, munición recargable de 44 milímetros, así como una pistola de fogueo y otra de aire comprimido, a pesar de que no tenía licencia de armas.
Circunstancias personales
El instructor considera que las circunstancias personales de Jordi Magentí también deben tenerse en cuenta como elementos indiciarios que refuerzan su imputación. Conocía muy bien el lugar de los hechos y la pendiente que había en el lugar para poder deshacerse de los cadáveres. Lo que sí descartan los investigadores es que conociera a los jóvenes y saliera de su casa con la intención de deshacerse de ellos. Más bien consideran que "la motivación parece encontrarse en una discusión provocada en un encuentro casual". De toda la información existente se observa que Jordi Magentì puede sufrir algún tipo de patología que afectaría a su ira o al control de sus impulsos, según el juez.
Además de los indicios que giran a su alrededor, también hay otros sobre el lugar y la hora de los hechos que permiten situarle en el escenario del crimen:
La hora de los hechos
Según la investigación, la muerte de los dos jóvenes debió producirse entre las 11.20 y las 11.26 horas del 24 de agosto de 2017. Una cámara de la entidad Fecsa Endesa del pantano capta el paso del Opel Zafira donde los dos viajaban a las 10.18 horas. Una testigo afirma que vio pasar un monovolumen gris sobre las 10.30 por el lugar. Los cuatro habitantes de un pequeño núcleo dentro del paraje, denominado Más Llomá, afirman haber escuchado tres disparos, un grito, y después otro disparo. No recuerdan la hora, pero se comprueba que ocurrió antes de las 12.34 horas porque a esa hora el coche de los testigos se ve pasar delante de la misma cámara de seguridad en dirección a Tordera, como ellos confirmaron.
Dos testigos que oyeron los disparos se encontraban realizando una ruta a pie y pudieron concretar el punto exacto del camino donde se encontraban cuando oyeron los tres disparos por lo que, gracias a un GPS, se pudo determinar que éstos se produjeron entre las 11.20 y las 11.26 de la mañana del 24 de agosto.
El lugar de los hechos
Los investigadores consideran que tanto la piedra como la vegetación y la arena encontradas en el interior de la mochila de Marc es determinante del lugar donde ocurrió el asesinato, que sitúan en la playa de la Rierica del Pantano de Susqueda.
"Es razonable y lógico pensar que el autor, una vez acabado con la vida de las víctimas, cogiera una piedra existente del lugar donde se encontrase para lastrar los cadáveres y no se fuese a otro lugar del pantano a por ella, por lo que la piedra encontrada en la mochila de Marc es un importante indicio para fijar la Rierica como el lugar de los hechos", se puede leer en el auto del juez.
Un informe de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona determina que las muestras son muy similares a la vegetación y las piedras que se dan en este lugar.
Además, hay una prueba de sonometría en el informe de balística de los Mossos en la que, comparando las declaraciones de unos y otros en función del lugar donde se encontraban, se puede determinar que el origen de los tiros converge en la zona de la Rierica.