El sargento de Cornellà a la jueza: "Si no hubiera disparado la agente, lo habría hecho yo"
- Los mossos d'Esquadra presentes en la comisaría sostienen que el ataque de Abdelouahab Taib fue terrorista.
- Un tercer testigo sostiene que el atacante movía el cuchillo con fuerza incluso después de recibir los disparos.
- De cómo Luci, la atea de Cornellá pasó a ser Amina con hijab y marido gay.
- La Fiscalía cree que el atacante de Cornellà quiso "morir matando" como redención por ser gay.
El sargento de la comisaría de Cornellà de Llobregat (Barcelona) que se encontraba en las dependencias policiales cuando Abdelouahab Taib intentó atacar con un cuchillo a su compañera, la agente de los Mossos d'Esquadra que abatió al agresor, ha defendido la actuación de ésta ante la jueza que instruye el caso.
En su declaración como testigo en el juzgado de instrucción número dos de Cornellà ha sostenido que "si no hubiera disparado ella, lo habría hecho yo" y ha defendido que "hicieron lo que tenían que hacer".
Según han declarado tanto la agente de los Mossos d'Esquadra a la que Taib intentó herir con un cuchillo jamonero de una hoja de unos 7 cm de grosor como el sargento que salió a socorrerla, hubo un momento de la persecución en la que ambos se quedaron frente al atacante de espaldas y apuntándole con sus pistolas reglamentarias. Dicha escena se dio en un estrecho pasillo que obligó a que la agente se situara justo delante del sargento, en fila india, y solo ella pudo disparar. Cuatro disparos, de los que tres impactaron en su cuerpo.
El sargento ha sostenido que dio el alto dos veces a Taib gritándole: "¡Quieto!, ¡Quieto!", pero al ver que no deponía su actitud, los dos se prepararon para disparar. Tan sólo la agente pudo hacerlo por el lugar donde se encontraban.
Precisamente ella es la responsable de garantizar la seguridad para todos los miembros del cuerpo catalán en la comisaría. En el momento que sucedieron los hechos, había otros compañeros en el vestuario, los que acababan su guardia y los que empezaban la siguiente, de ahí que ella se empeñara en que el hombre cargado con el cuchillo de grandes dimensiones no traspasara el pasillo donde éstos se encontraban desarmados, según ha declarado en sede judicial, trasladan fuentes jurídicas.
La agente ha tenido que recibir atención psicológica y comienza una etapa de descanso, pero después habrá que ver si puede reincorporarse a su trabajo o necesita un tiempo de adaptación, según han trasladado fuentes de su defensa, del sindicato USPAC.
Hacía fuerza incluso en el suelo
Además de los dos presentes en el momento del ataque, este martes también ha declarado en el juzgado un tercer sargento de los Mossos d'Esquadra que llegó al lugar de los hechos tras escuchar los gritos y los disparos. Él se encontraba en una comisaría contigua, en las oficinas de denuncias.
Según ha contado a la jueza, cuando llegó encontró al hombre en el suelo con tres disparos. Incluso en dichas circunstancias continuaba agarrando el cuchillo y haciendo movimientos con él, como queriendo atacar, según el testimonio de este segundo testigo.
Precisamente fue él quien le retiró el cuchillo de las manos por seguridad y pudo comprobar que se trataba de un cuchillo jamonero con una hoja de hasta 7 cm de grosor hasta cerca de la empuñadura.