-"¡¿Qué pasa guapetona?!" saluda una voz masculina y ronca con tono canalla desde el interior de un coche en marcha.
-"¿Qué pasa tío?!", contesta otra voz áspera desde la acera, con el colegueo de los compañeros que han compartido muchas batallas.
Son las voces de José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño en mayo de 2005. La conversación forma parte de la interminable mediateca en manos del comisario jubilado e investigado en la Audiencia Nacional que se dedicó a grabar sin su consentimiento a todas las personas con las que hablaba, entre ellos a su compañero y amigo Enrique García Castaño, al que apodaba El Gordo o Big.
Esos audios, encontrados por los agentes de Asuntos Internos cuando Villarejo y sus principales colaboradores fueron detenidos, están en manos del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, y se han convertido en la perdición para ambos.
García Castaño y su despacho de abogados (el del ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón) habían mantenido una política de silencio hasta la fecha. Pero este viernes, el exjefe de la UCAO ha estallado. Parece harto de los comunicados de Villarejo desde prisión, anunciando un nuevo temblor de los cimientos del Estado si cuenta todo lo que sabe: "Es un mentiroso y un canalla. ¡Quiere llevarse a todo el mundo por delante!", ha afirmado este viernes García Castaño con un evidente enfado tras declarar ante el juez por la operación Kitchen.
Así respondía a la última amenaza de Villarejo. Por medio de su abogado, Antonio García Cabrera, el excomisario avanzaba este jueves que el trabajo de espionaje que presuntamente realizó para el BBVA contra los directivos de Sacyr que pretendían hacerse con la entidad está relacionado con "luctuosos acontecimientos acaecidos en la vida española y que necesita aclarar" el próximo lunes, cuando está citado a declarar. Era el anuncio de una especie de traca final y al parecer también una provocación para su excompañero. Ante la pregunta de los periodistas sobre si "esos hechos luctuosos" podrían corresponderse con la masacre del 11 de marzo de 2004 en Madrid, García Castaño espetaba: "No tiene ni idea. La investigación sobre el 11-M la hice yo".
Los indicios
Las cintas de Villarejo ya en manos de la Justicia sacan a la luz los tejemanejes de éste, agente encubierto que unas veces trabajaba a las órdenes del Estado y otras para sí mismo, y García Castaño, el hombre que controlaba y ordenaba todas las intervenciones telefónicas a terroristas y peligrosos delincuentes dentro de la Policía. También quien tenía línea directa con las compañías telefónicas para obtener datos confidenciales sin dar ninguna explicación.
García Castaño está investigado en el caso Tándem, ya conocido como caso Villarejo, por facilitar presuntamente a Villarejo información confidencial para sus trabajos de espionaje personales, de los que ambos podrían haber obtenido un lucro económico.
Entre esos trabajos personales, como ha publicado en las últimas semanas Moncloa.com, estuvo un informe encargado por el BBVA a Villarejo para conocer los movimientos de altos directivos de Sacyr para hacerse con el poder de la entidad y desbancar de la presidencia a Francisco González.
Los audios del sumario judicial en la pieza Big destapan que García Castaño podría haber sacado listados telefónicos y habérselos entregado a Villarejo para su trabajo de espionaje del BBVA. "Ahora te doy lo de FG", se oye decir a 'El Gordo' en uno de esos audios.
Este viernes, cuando ha acudido a declarar a la Audiencia Nacional por la operación Kitchen, García Castaño no ha ocultado su decepción con Villarejo por haberle metido en un gran embolado al grabar, durante años, las conversaciones sobre sus dudosas actividades conjuntas.