El funcionamiento, las normas y los horarios de los centros cívicos catalanes, espacios destinados a las asociaciones vecinales dependientes de la Consejería de Trabajo y Asuntos Sociales, ponen en entredicho la versión que la exconsejera Dolors Bassa ofreció este miércoles al Tribunal del procés sobre las actividades que se desarrollaron el fin de semana del referéndum ilegal del 1 de octubre.
Según ha podido comprobar EL ESPAÑOL en distintas llamadas a estos centros, la mayoría de ellos cierran los sábados a las 21.00 horas, como mucho a las 22.00. Otros ni siquiera abren el fin de semana y sólo algunos lo hacen el domingo en lugar del sábado, pero con la misma hora de cierre. Así lo han afirmado sus propios trabajadores, como queda recogido en varias grabaciones.
Sin embargo, en contra de lo que es su funcionamiento habitual, el fin de semana del referéndum independentista prohibido por el Tribunal Constitucional esos centros permanecieron abiertos más allá de las doce de la noche y permitieron actividades nocturnas que, de facto, posibilitaron su ocupación de forma casi permanente durante el fin de semana a la espera del referéndum. El resultado cierto es que en esos centros se votó.
Bassa dijo esta miércoles en su declaración ante el Supremo que asumió la responsabilidad de la gestión de los centros cívicos durante ese fin de semana del 1 de octubre porque "viernes, sábado y domingo empezaron a entrar muchas solicitudes de las entidades para realizar actividades de lo más diverso: ajedrez, bailes o butifarradas". También afirmó que "se advirtió a las asociaciones solicitantes de las actividades que a las 06.00 horas los centros debían estar desalojados".
"No nos podíamos negar a autorizar esas actividades porque los centros cívicos en Cataluña están abiertos los fines de semana, pero los directores de los centros tenían cierta desazón por si incurrían en responsabilidad civil si alguien se hacía daño haciendo esas actividades", dijo la exconsejera para justificar que ella se arrogara su gestión.
Resulta cuanto menos llamativo que precisamente ese fin de semana hubiera un aluvión de peticiones para celebrar actividades de todo tipo en los centros cívicos y más aún que se diera permiso a las asociaciones a ocuparlos de noche, e incluso de madrugada, cuando la mayoría de centros cierra a las 21.00 horas, como mucho a las 22.00. Algunos incluso cierran los fines de semana, como ha comprobado EL ESPAÑOL.
Por ejemplo, en el centro cívico de Olot (Gerona) una trabajadora afirma a este diario que "el casal no se puede reservar más tarde de las 21.00 porque cierra a esa hora y los domingos, con horario partido".
La misma contestación ofrecen en el casal de Berga (Barcelona) donde afirman que "sólo se podrá hacer algo más allá de las 21 de la noche si hablas con la responsable y te deja".
En el centro de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) directamente descartan la reserva de espacios los fines de semana puesto que el centro está cerrado, igual que ocurre en el centro de Magória, en Barcelona.
Peticiones con antelación
Es la tónica general de la mayoría de los centros cívicos catalanes, según ha podido comprobar este diario con más de una decena de llamadas a distintos puntos de la región. En estas conversaciones, los trabajadores han explicado que cualquier actividad se debe solicitar con antelación y preferiblemente en persona con el/la responsable del centro, a quien hay que informar de la fecha deseada, el motivo del encuentro, las personas que acudirán y el tipo de actividad a realizar.