El próximo martes, 2 de julio, se constituirá el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) y el sector independentista catalán ha anunciado una manifestación en apoyo al expresidente catalán Carles Puigdemont y el exconsejero Toni Comín, fugados de la Justicia.
Ambos fueron elegidos eurodiputados en las elecciones de mayo, pero puesto que no acudieron a recoger sus credenciales al Congreso de los Diputados (como exigía la Junta Electoral Central) para evitar ser detenidos en Madrid, no se les concedió el acta de eurodiputados. El presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, se negó incluso a reconocerles en una carta oficial. "Sus nombres no aparecen en la lista de diputados electos comunicada oficialmente al Parlamento Europeo por las autoridades españolas. Por lo tanto, y hasta nuevo aviso de las autoridades españolas, no estoy actualmente en posición de tratarles como futuros miembros del Parlamento Europeo como habían pedido", afirmó Tajani.
Pero, a pesar de que no podrán tomar posesión de su cargo, los sectores independentistas han dejado caer la posibilidad de que Puigdemont acuda a la manifestación de Estrasburgo convocada el martes por el Consell per la República Catalana que él mismo preside y a la que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha anunciado que asistirá.
Primera vez en Francia
Si así ocurre -aunque fuentes del Parlamento Europeo dudan que vaya a correr ese riesgo, según trasladan a EL ESPAÑOL- el juez Pablo Llarena del Tribunal Supremo tiene la opción de activar una nueva orden internacional de detención contra él.
El instructor del procés rechazó en julio de 2018 la entrega de Carles Puigdemont únicamente por un delito de malversación, como acordó el tribunal alemán de Schleswig-Holstein, y retiró la euroorden contra él. Si la hubiera aceptado, no se le habría juzgado por rebelión como a Oriol Junqueras y otros acusados del procés que sí se han sentado en el banquillo y están a la espera de una sentencia a pesar de que Puigdemont está acusado de poner en marcha el referéndum ilegal del 1 de octubre y la declaración unilateral de independencia.
El expresidente catalán tiene ahora libertad para moverse por Europa y el resto del mundo sin ser detenido, pero si pone un pie en España las Fuerzas de Seguridad le arrestarían. Sin embargo, es la primera vez que Puigdemont viaja a Francia, país próximo a España, y el juez Llarena tiene la opción de activar la euroorden contra él en cualquier momento.
Este domingo, el líder del Partido Popular Pablo Casado pedía precisamente que se reactivase la Euroorden contra Puigdemont "en cuanto pise suelo francés". Reclamaba al Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, "todas las medidas necesarias para que lo detengan y extraditen si acude a Estrasburgo el 2 de julio". Sin embargo, Sánchez no tiene ninguna función ni responsabilidad en este campo. La decisión depende exclusivamente del juez Pablo Llarena, instructor del procés que es el único que podría, si Puigdemont finalmente acude a la manifestación, reactivar la orden si es que lo considera procedente.