Javier Maroto (Vitoria, 1972) es un hombre recto, cuadriculado. Va con una agenda frenética -es, junto a Teodoro García Egea, el negociador de cabecera del PP- y no quiere perder ni un minuto. "Venga, vamos, empezamos", azuza nada más colocarse el micrófono en su despacho de la sede nacional del partido, en la calle Génova.
A pesar de haber vivido alguna de sus horas más bajas en los últimos tiempos al no conseguir revalidar su escaño en el Congreso de los Diputados -no quiere contestar sobre si se planteó dejar la política: "Las decisiones que afectan al ámbito personal en el ámbito personal se quedan", comenta-, vuelve a pleno rendimiento.
En su cabeza, la Comunidad de Madrid como prioridad. En el momento de esta entrevista, aún faltaba por atar Castilla y León, ya cerrada. Los tiempos, siempre presentes para él. "Hay que esperar que pasen todas estas jornadas teatralizadas en las que la gente se levanta de las mesas, ahora te dicen que no, luego se enfadan mucho", comenta, jocoso.
¿Cuál es el balance de las negociaciones postelectorales de momento?
Muy positivas porque hemos demostrado que se han conseguido los acuerdos para que el centro derecha gobierne. En las comunidades autónomas y ayuntamientos donde ya gobernábamos, pero además hemos ampliado nuestra capacidad de influencia. Hoy hay ciudades como Oviedo, Zaragoza y, por supuesto, Madrid, donde el Partido Popular gobierna en coalición, pero que quizás ese resultado hace muy pocos meses era inimaginable. El balance es muy positivo.
¿Se siente un negociator?
Juanma [Moreno Bonilla] lo dice de forma cariñosa porque nos curtimos en el pacto en Andalucía. Era un pacto necesario, la primera vez que el PP necesitaba demostrar su capacidad de entendimiento. Y lo más importante es que el Partido Popular se mostró como el único partido responsable, que no dejaba la silla vacía por las relaciones personales. Si el PP hubiese hecho lo mismo que Ciudadanos y Vox en Andalucía, hoy seguiría Susana Díaz en el gobierno de la Junta. Por eso hoy, más que nunca, para el resto de comunidades es imprescindible apostar por el sentido común. Habrá gobierno en Murcia, habrá gobierno en la Comunidad de Madrid porque no queda otra alternativa al centro derecha que el sentido común.
Vox exige ahora un programa a tres para investir a Isabel Díaz Ayuso. ¿Es compatible con sus acuerdos con Ciudadanos?
Los gobiernos que nosotros proponemos -por decisión del PP y por decisión de Cs- son gobiernos de centro derecha en coalición PP y Cs. Ese es nuestro modelo, lo hemos dicho abiertamente. Cs dijo que el PP era su socio preferente, aunque en otras ciudades ha optado por el PSOE. Si hoy en Guadalajara, en Albacete, Ciudad Real o en Cáceres gobierna el PSOE es porque Ciudadanos lo ha querido. Nosotros fuimos ampliamente con un acuerdo generoso, pero también absolutamente claro: gobiernos de coalición PP-Ciudadanos donde, en alguna concejalía con competencias, pudiese haber otras personas de otros partidos, pero no en las juntas de gobierno o en los consejos de gobierno de las comunidades autónomas.
Ese matiz que separa las concejalías de gobierno de las concejalías que se sientan en la junta de gobierno.
La mayoría de los lectores de EL ESPAÑOL como la mayoría de españoles no tienen la obligación de conocer cuáles son las terminologías que se utilizan en las administraciones para definir los miembros del Gobierno. Pero es muy sencillo, porque al final el órgano de gobierno en un ayuntamiento es el alcalde y su junta de gobierno y por tanto quienes se sientan allí son los miembros del Gobierno. En todo momento se explicó a Vox que las personas que ocupaban esos espacios era por decisión del PP y por decisión de Ciudadanos, con personas de esas dos formaciones y que, lógicamente, podríamos establecer algunos puestos de gobierno en esas concejalías o competencias para otras formaciones.
Esa es la propuesta que nosotros hemos hecho y que sigue en pie. Vamos a cumplir el acuerdo firmado, ese que Vox ha hecho público a pesar de que Vox puso expresamente que no se hiciese público. Pero, no obstante, lo vamos a cumplir. Entre otras cosas en el plazo que nos dimos, que eran 20 días desde la firma.
¿Cuál es la relación actual del partido con Vox? ¿Sigue el PP considerándolos extrema derecha?
Yo creo que la posición de Vox, el discurso de Vox, ahora mismo está siendo visto por sus votantes -no por nosotros- como cuántos puestos me saco yo de aquí, cuántos puestos consigo para miembros de Vox. Ese no debe ser el enfoque de una negociación: la pregunta de una negociación no puede ser cuántas consejerías me das. El acuerdo consiste en fraguar un acuerdo a tres para que haya un Gobierno liderado por el Partido Popular -eso no lo discute nadie- que evite que la izquierda gobierne en comunidades autónomas tan importantes como Madrid, con políticas concretas sobre las que tenemos que hablar. Pero apoyar o no un gobierno en función de cuántos cargos obtengo, creo que no está bien visto por los afiliados de Vox.
Vox tiene imposible explicarle a quien le ha votado que decide que la izquierda gobierne en Madrid. Es inexplicable. No hay una alternativa. Por eso estoy convencido de que habrá sentido común y que podemos hacer un Gobierno que evite que la izquierda gobierne. Ningún partido de centro derecha puede tener sobre su espalda la responsabilidad de tener a alguien de Podemos en un gobierno como el de la Comunidad de Madrid junto con el PSOE.
Les están amenazando continuamente porque dicen no fiarse de ustedes. ¿Se fía el PP de Vox?
Nosotros nos fiamos de lo que firmamos, nosotros sabemos lo que firmamos y nosotros interpretamos bien lo que firmamos antes de escribirlo.
Entonces es inevitable ese trío entre los partidos, como comentaba García Egea.
La decisión que tiene que tomar Vox es ¿permito que gobierne la izquierda o no? Como naturalmente a nadie se le obliga a hacer un trágala, estamos dispuestos a sentarnos -siempre lo hemos hecho- en una mesa de negociación. Pero es que Vox no puede permitirse el lujo de que gobierne la izquierda. Y no es que no se lo puedan permitir sus dirigentes, es que no se lo admitirían sus votantes. Si Vox permite que gobierne la izquierda en Madrid, Vox tiene un grave problema de supervivencia y ellos lo saben. Entonces creo que hay que hacer las cosas bien, con sentido común, hay que respetar a las personas y las palabras dadas y cumplir.
¿Qué están dispuestos a concederles?
Hay una mesa de negociación que se ha abierto. Lo único que nosotros vamos a decir claramente es que el programa de gobierno que salga del acuerdo tiene que cumplir las líneas maestras del programa del Partido Popular. Nosotros no vamos a gobernar con el programa de otros ni vamos a hacer cuestiones que plantean otros. Estamos dispuestos a negociar pero la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tendrá como líneas maestras de su actuación un programa del Partido Popular negociado, eso sí, para la investidura.
¿A qué achaca los malos resultados del PP en el País Vasco?
El fraccionamiento del constitucionalismo en el País Vasco hace que ocupemos un espacio más pequeño desgraciadamente que en el resto de España. Y cuando ese espacio se fracciona los tres partidos que se quedan sin representación son precisamente el PP, Ciudadanos y Vox. Y el partido que obtiene el escaño es Bildu. Esto es así de doloroso, pero en el caso del País Vasco los que obtienen el último escaño es Bildu y lo pierde el Partido Popular por el fraccionamiento del voto. Esto para el País Vasco y para el resto de España ya nos nos ha hecho escuchar a mucha gente que nos han dicho "yo no sabía que votar a Vox o a Ciudadanos tenía estas consecuencias y ahora lo he visto en mi propia carne porque yo quería votar por castigar o por rebelarme o por una convicción y al final la patada me la he dado yo mismo". Porque cuando divides el voto el que gana es Sánchez y eso lo ha visto mucha gente.
Nos lo están diciendo abiertamente ya. Si hubiese una repetición electoral, hay muchas personas que ya nos han trasladado que no votarían a Ciudadanos y a Vox. "Iríamos con vosotros porque vosotros sois el valor seguro". Lo digo también en autocrítica: que no sea porque no lo hemos repetido, pero a lo mejor repitiéndolo todavía mucho más hubiésemos evitado esos escaños de Bildu, que han sido porque el PP no los ha obtenido.
Sin embargo, hay voces dentro del PP vasco que dicen que el partido actual se ha distanciado un poco de la idea original con la que nació, más foralista.
Vamos a ver: el diputado que salió a defender la legalidad de la Constitución entera, incluido el Concierto Económico, en la tribuna del Congreso era yo. Los que estaban en la tribuna escuchando era el PNV. Hay otros partidos que defienden la Constitución a trozos. Nosotros la defendemos entera. Dicho esto, yo creo que es parte del discurso del PP del País Vasco defender el Estatuto de Autonomía de Guernica, defender el Concierto Económico, defender la foralidad. Y tiene que tener un discurso acorde a la realidad, que básicamente tiene dos diferencias que no se dan en el resto de España. Una, en el País Vasco, Ciudadanos y Vox no existen: el Partido Popular es la única voz del centro derecha constitucionalista. Dos, el adversario político del PP en el País Vasco no es el PSOE, sino es el PNV.
El PP vasco es el trozo del Partido Popular de España que primero alzó la mano para decir -con nuestros votos y por una razón de Estado, que ahora ya no se da- vamos a votar a un lehendakari del Partido Socialista para echar al PNV. Cuando se duda de los principios y valores del PP vasco yo sólo digo dos cosas: Mari Mar Blanco milita en nuestras filas y el PP vasco, gratis, sin pedir nada a cambio, echó a Ibarretxe para que el constitucionalismo gobernase en el País Vasco liderado por el PSOE. Ese es el PP al que yo pertenezco y eso hay que recordarlo también.
¿Necesita el PP vasco parecerse más al gallego, en cuanto a autonomía e idiosincrasia?
Yo lo que he escuchado dentro del partido es exactamente esto que he resumido yo aquí. El adversario del PP no es el PSOE, como en el resto de España. Es un partido nacionalista al que queremos sustituir. El PP vasco quiere sustituir al PNV. Nosotros no compartimos espacio con otros partidos, todo el espacio de centroderecha es del PP. Eso es lo que está puesto sobre la mesa y lleva muchísimo tiempo siendo así. La realidad es que Ciudadanos y Vox tienen cero representación en los parlamentos autonómicos de Galicia y del País Vasco. Hay espacios de España donde Ciudadanos no existe simplemente en la representación autonómica.
¿Cómo explica esa defensa de los fueros dentro del liberalismo del PP y quienes opinan que es un tratamiento desigual de los ciudadanos dentro de España?
Nosotros defendemos la libertad sin duda, pero el respeto a la legalidad también. En primer lugar y como columna vertebral, el respeto a la Constitución. El acuerdo constitucional que votaron todos los partidos en el año 78 recoge ese hecho dentro de la Constitución. Defender la ley no es una opción, es una obligación y debería ser de todos. Es lo que debería hacer cualquier partido que ama, que respeta la legalidad y que ama el Estado constitucional. Se debe hacer en su conjunto, no elegir la parte que sí y la parte que no.
¿Ha funcionado la estrategia del PP en Navarra? ¿Cómo ve la situación ahora?
Ha habido un acierto enorme de la política nacional. Creo que es la primera ocasión en la que el Partido Popular y Ciudadanos hemos hecho una coalición para ir juntos y ya ha dado un primer fruto que es histórico. Antes en Pamplona había un alcalde de Bildu y ahora hay un alcalde constitucionalista de esa coalición. Eso, sólo eso, ya merece la pena. Tenemos que reflexionar sobre lo que significa esa coalición de Navarra Suma.
¿Se abstendrá el PP para hacer presidente a Pedro Sánchez?
Sánchez, por la vía de los hechos, está eligiendo socios. Mariano Rajoy en su momento pidió al PSOE y a Ciudadanos un Gobierno de coalición y un pacto para la investidura porque era la única opción en la que estaba trabajando. Sánchez, no: está por la vía de los hechos, eligiendo a Podemos al que ha ofrecido un gobierno "de colaboración" en el que quieren repartirse los cargos del Gobierno de España. En Cataluña, el PSC ha unido sus votos a los independentistas para evitar que Xavier García Albiol sea alcalde: el PSOE ha elegido a los independentistas para quitar al PP. Y el caso de Navarra que ha trascendido a la política nacional es también un caso evidente. Se prefiere acuerdos con los nacionalistas antes que con cualquier otro. Cuando esos son los hechos, Sánchez está eligiendo Podemos, ERC y PNV y no está eligiendo otra vía. Si quien es el candidato por la vía de los hechos ya ha elegido socios, no entiendo que haya un debate generado sobre este asunto.
Pero Unidas Podemos ha afirmado plantearse votar no a la investidura. Si se certifica ese divorcio entre Sánchez e Iglesias porque sus negociaciones no llegan a buen puerto, ¿el PP se abstendría como le pidieron ustedes al PSOE en junio de 2016 para desbloquear la situación?
La diferencia fundamental es que Mariano Rajoy pidió al PSOE y a Ciudadanos como único escenario posible esa colaboración. No vimos a Mariano Rajoy pedir la colaboración al PSOE y a Cs en los discursos y por la vía de los hechos pactar con ERC las cosas del día a día y los pactos de investidura. Son escenarios completamente distintos. No obstante, tenemos que esperar a que pasen todas estas jornadas teatralizadas en las que la gente se levanta de las mesas, ahora te dicen que no, luego se enfadan mucho. Es parte del desgraciadamente habitual cortejo político antes del pacto definitivo.
En el caso de que el Supremo condenara a los políticos presos del 1-O y el Gobierno de Sánchez los indultara, ¿el PP le retiraría la oferta que le ha hecho Casado a Sánchez de ofrecerle "estabilidad", siempre y cuando consiga ser investido?
Somos un partido de Estado, de hecho acudimos a las reuniones con el presidente del Gobierno en funciones, tanto cuando son públicas como cuando son privadas y las filtra Moncloa. Pero, en cualquier caso, acudimos. Somos un partido de Estado, nos hemos entendido para cuestiones fundamentales como ha sido la propia Constitución, la propia entrada en la Unión Europea, la entrada en el Euro, el Pacto Antiterrorista. Tenemos una vocación de servicio al Estado y somos un partido de Estado. Eso nos obliga a mantener una relación con los demás partidos, pero eso es compatible con no cambiar ni un ápice nuestras exigencias sobre lo que consideramos ético en la política y legítimo en la política.
¿Cuál es su modelo de liderazgo en el PP, salvando el de Casado: Aznar o Rajoy?
El Partido Popular tiene 40 años de historia. Son 40 años de matices en esa historia, con aciertos más importantes que otros. Pero soy una persona muy pragmática: yo miro al futuro, y el futuro del Partido Popular es Pablo Casado.
¿Teme un levantamiento de los barones si finalmente Casado designa a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso? Es quien protagoniza las quinielas, además de usted para el Senado.
Suelo ser muy pragmático en esto, no me suelo creer las quinielas. Ni aunque las quinielas tengan pinta de acertadas. Me limito a valorar los hechos cuando se producen. Y la decisión sobre los nombramientos de los grupos parlamentarios corresponde al presidente y cuando él considere oportuno hacerlo público pues todo lo conoceremos todos.
¿Se planteó, una vez no consiguió el escaño por Álava en las elecciones generales, dejar la política en algún momento?
Bueno. Las decisiones que afectan al ámbito personal en el ámbito personal se quedan.
¿Cómo valora la dirección nacional del partido el enfrentamiento que ha habido con Vox respecto a las pancartas y banderas contra la violencia de género y el Orgullo LGTBI? ¿Considera que tratan de ponerles piedras en el camino de cara a posibles entendimientos?
En relación a la violencia machista, Naciones Unidas y todos los partidos en Europa, incluidos los que felicitan al señor Abascal como Salvini o Le Pen, entienden que existe violencia contra las mujeres por el hecho de serlo. Esto es así. Cuando una mujer es violada, lo es por el hecho de ser considerada inferior, débil u objeto de posesión. Y quien ejerce esa violación lo hace porque se cree en superioridad física y emocional sobre esa mujer. Se ejerce violencia contra las mujeres por el hecho de serlo. Negar esto a estas alturas es no querer conocer la realidad.
Dicho esto, también es verdad que existen mujeres que, apoyándose en la legislación vigente, utilizan la legislación de violencia de género como arma arrojadiza contra sus parejas o para conseguir intereses económicos. Pero no podemos colocar como piezas equivalentes en la balanza las más de 1.000 mujeres asesinadas por violencia machista, los miles de casos no denunciados con agresiones físicas sin asesinato con las denuncias falsas, que existen, por supuesto, y que hay que combatir. La solución para acabar con las denuncias falsas o con los casos de discrepancias con las custodias compartidas no se arreglan eliminando una ley que protege a las mujeres contra la violencia que sufren por el hecho de serlo. Mezclarlo todo es hacer un discurso demasiado fácil y desde luego imposible de llevar a la práctica.
También es verdad que dentro de las familias existe violencia si se quiere llamar intrafamiliar, contra los ancianos o contra los mismos miembros de la pareja o incluso contra los niños, pero son cosas distintas. Vox está obsesionado con cargarse las leyes que protegen a las mujeres contra la violencia que se ejerce contra ellas como solución a las denuncias falsas, a los casos de custodia compartida mal solventados y poniendo todos los casos de violencia en una misma posición como si todo fuese violencia intrafamiliar. No lo es. Llegar a un reduccionismo es un problema que tiene quien reduce, no los demás partidos que entendemos que existe violencia machista, que existen denuncias falsas pero no se pueden equiparar porque no son casos comparables, que hay que combatirlo todo, que hay que mejorar la ley y no suprimirla, y que existe violencia intrafamiliar.
Y, en relación a la defensa de las personas con diferente orientación sexual, Europa es el único espacio del mundo donde la libertad no es una opción. Si en nuestro país después de todo el debate y la posición que tenemos todavía hay voces que no lo entienden, el problema es de quien no lo entiende, no de quien practica simplemente la garantía de los derechos para todo el mundo independientemente de su orientación sexual en la España de 2019.