El comisario y exjefe de la Unidad de Extranjería y Fronteras Carlos Salamanca, investigado en el caso Tándem o Villarejo, ha declarado este viernes ante el juez Manuel García-Castellón para aclarar el origen de su patrimonio personal. El policía ha defendido que llegó a guardar en casa 225.000 euros en metálico, no todo a la vez, pero siempre fondos de entre 15.000 y 20.000 euros "por seguridad" y procedente del ahorro de años de trabajo, según fuentes jurídicas.
Salamanca está investigado por los presuntos delitos de cohecho, blanqueo y contra los ciudadanos extranjeros a raíz de una denuncia de un empresario que afirmó que le entregaba dádivas a cambio de introducir en España ilegalmente a ciudadanos extranjeros por la comisaría de Barajas.
Un informe de la Unidad de Asuntos Internos ponía el foco en los pagos en efectivo de más de 30.000 euros que el policía habría hecho entre los años 2012 y 2013 sin tocar cuentas bancarias, entre ellos para comprar coches de alta gama para él y su familia.
Salamanca, al que la Fiscalía y la acusación popular del caso Tándem, ejercida por Podemos, sitúan en el "clan parapolicial" de Villarejo, tuvo a su nombre la póliza del seguro de un Audi Q7 de un empresario para el que Villarejo elaboró informes desde su empresa Cenyt por valor de 500.000 euros.
Ahorros durante años
El comisario ha declarado este viernes en la Audiencia Nacional por su patrimonio entre los años 2011 y 2018, que la Policía de Asuntos Internos analizó en un informe incorporado al caso y en el que concluye que no puede justificar su alto tren de vida ni las compras de coches de alta gama con un sueldo de unos 41.000 al año y sin tocar las cuentas bancarias.
Salamanca ha defendido que reservó dinero en efectivo de cada uno de sus sueldos mensuales en casa, que le gustaba hacerlo así "por motivos de seguridad", así como de una indemnización por un accidente de tráfico.