La absolución de Sandro Rosell, expresidente del Fútbol Club Barcelona, ya es firme. La Fiscalía de la Audiencia Nacional, que llegó a pedir 11 años de prisión y una multa de 59 millones contra él por los presuntos delitos de blanqueo de capitales y grupo criminal, ha renunciado a recurrir ante el Tribunal Supremo la absolución de la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional.
Acaba así lo que el propio Rosell ha definido a su círculo como "una pesadilla que ahora tengo que asimilar que ha pasado". Tanto él como su socio Joan Besolí estuvieron 643 días en prisión preventiva. Solicitaron la libertad en una docena de ocasiones, tanto ante la jueza instructora del caso Rimet, Carmen Lamela, como ante la Sala de lo Penal. No consiguieron salir de prisión hasta que se sentaron en el banquillo para comenzar el juicio.
"Error en la valoración de la prueba"
El Ministerio Fiscal, que una vez llegado el juicio rebajó su petición de prisión de los 11 a los 6 años, recurrió la sentencia absolutoria de la Sala de lo Penal porque consideró que hubo un "error en la valoración de la prueba". Pero ahora que la Sala de Apelaciones constata que el fallo tuvo "acertados fundamentos", el Ministerio Público ha anunciado que no irá hasta el Supremo.
La Audiencia no ha encontrado pruebas de que la comisión que Rosell cobró por mediar en un contrato entre la Federación Brasileña de Fútbol y la empresa árabe con sede en las islas Caimán, International Sports Events (ISE), fuera ilegal. Tampoco de que hubiera lavado el dinero de dicha operación con la simulación de la venta de su empresa de publicidad, Bonus Sports Marketing, como consideró el Ministerio Público y por lo que mantuvo su acusación.
Con la primera absolución de la Sala de lo Penal, fuentes de su defensa ya indicaron que "alguien debe asumir responsabilidades". Ahora, no solo lo afirman, sino que están dispuestos a exigir una indemnización millonaria por los daños patrimoniales y personales que le ha ocasionado esta causa que le mantuvo 23 meses en prisión provisional, como avanzó El Confidencial.
Restituir su imagen
Paralelo a la exigencia de esa indemnización, llega también ahora el momento de restituir su imagen, que ha quedado dañada por la instrucción del caso y el juicio. El propio Rosell apuntó a que "todos los males" pudieron originarse en su propio entorno, en el Fútbol Club Barcelona.
El expresidente del Barça explicó ante el Tribunal que cuando anunció que concurriría de nuevo a las elecciones presidenciales del equipo "alguien me recomendó que vendiera mi empresa y la prensa catalana me preguntó insistentemente durante un tiempo si lo había hecho". Una vez consiguió que el presidente de la empresa ISE se la comprara por 13 millones de euros, llegó una denuncia de las autoridades estadounidenses contra la operación.
Rosell, que no descarta volver al mundo deportivo donde es respetado y tiene una amplia especialización, tendrá ahora que enfrentarse a dar explicaciones sobre la investigación que se abrió contra él y por qué le han absuelto finalmente. Una labor que también le llevará tiempo y nuevos contactos con los medios de comunicación y la vida pública en general, de los que le distanció la prisión y los prejuicios de falta de presunción de inocencia que irremediablemente se dan contra cualquier acusado.