El magistrado Eloy Velasco, que fue instructor de los casos Púnica y Lezo y ahora está adscrito a la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional, ha dejado atónitos este miércoles a los vocales del Consejo General del Poder Judicial al desvelar con desparpajo el "mal clima" interno que, según dijo, existe entre los jueces de la Sala Penal de esa Audiencia.
Velasco ha hablado de "sectas" y de "compañeros que se la tienen muy jurada por razones personales" especialmente a raíz de "las recusaciones", afirmó. El juez se refería, sin citarlo, al caso Gürtel, la trama de corrupción que involucra al PP y en cuyo enjuiciamiento se han sucedido los incidentes para apartar a magistrados como Concepción Espejel, Enrique López o José Ricardo de Prada.
Las alusiones a la Sala Penal de la Audiencia Nacional se han producido durante la comparecencia de Eloy Velasco ante la Comisión de Calificación del órgano de gobierno de los jueces para defender su candidatura a la Sala Penal del Tribunal Supremo, en donde existen tres vacantes a las que concurren 28 aspirantes.
Velasco ha agradecido la oportunidad de comparecer ante los consejeros "porque nos permite a los candidatos a los que no nos gusta predeterminar al tribunal (sic) visitando los despachos exponer con luz y taquígrafos, sin necesidad de maniobras más oscuras" sus planteamientos.
El magistrado, que ingresó en la carrera judicial hace 34 años, ha defendido que su aportación al Tribunal Supremo puede ser su experiencia en la jurisdicción internacional y lucha contra el crimen organizado.
A una pregunta sobre si la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional debería ver ampliadas sus competencias para resolver los recursos que se interponen contra las decisiones que las secciones penales adoptan en materia de extradiciones, Velasco se ha mostrado muy partidario de ese cambio.
Tras recordar que esos recursos los examina ahora el pleno de la Sala Penal de la Audiencia, Eloy Velasco ha asegurado que "he visto plenos muy violentos porque somos pocos compañeros, hay tendencias, hay opiniones, hay sectas".
A su juicio, "ha sido enormemente dañino el tema de las recusaciones". "Hay compañeros en la Audiencia Nacional que se la tienen muy jurada por razones personales" debido a las recusaciones, "que es darle la oportunidad muchas veces a un presunto delincuente de juzgar al juez que le va a juzgar y, por lo tanto, intentar apartarlo".
Todo eso, ha añadido, "ha creado un mal clima" y "esos problemas se podrían resolver sencillamente" ampliando las competencias de la Sala de Apelación.