La defensa de Antonio Asenjo, exjefe de seguridad de Iberdrola, ha anunciado este miércoles su intención de recusar al juez instructor del caso Tándem, Manuel García-Castellón, por la pérdida de imparcialidad que habría puesto de manifiesto durante la declaración prestada por el expolicía, investigado en la pieza relativa a la contratación del comisario José Manuel Villarejo por la eléctrica.
Asenjo ha vuelto este miércoles a la Audiencia Nacional para continuar con la declaración que realizó los pasados días 3 y 4 y durante la que aseguró que contrató a Villarejo a partir de 2004 tras una recomendación del entonces director adjunto operativo de la Policía, Miguel Ángel Fernández-Chico, siempre para encargos "legales". La relación con Villarejo se prolongó, de forma intermitente, hasta 2017 y el comisario -actualmente en prisión por numerosos cargos de corrupción- recibió un total de 1,1 millones de euros de Iberdrola.
Aunque en un escrito presentado el pasado lunes Asenjo había adelantado que no respondería a las preguntas de los fiscales anticorrupción (al sentirse engañado porque han antepuesto la declaración incriminatoria de un antiguo empleado de Iberdrola, José Antonio Olmo, pese a la oferta de colaboración manifestada ya en noviembre por el exjefe de seguridad de la compañía), lo cierto es que el investigado sí ha contestado a la acusación pública. Hasta que una intervención del instructor ha llevado a Asenjo a acogerse a su derecho a guardar silencio y a dar por terminada su comparecencia.
Ha ocurrido después de que los fiscales Ignacio Stampa y Miguel Serrano interrogaran al exresponsable de seguridad de Iberdrola por la realización de un informe encargado en septiembre de 2004 a Villarejo sobre Manuel Pizarro, entonces presidente de Endesa. Era una época en la que los rumores de opas y fusiones convulsionaban el sector energético.
En una grabación realizada a escondidas por Villarejo -en la que Asenjo ha reconocido su voz-, se oye al comisario informar al jefe de seguridad de Iberdrola de que Pizarro iba a celebrar una reunión con responsables de La Caixa y le sugiere que se lo comente a sus jefes. "¿Lo hizo?", preguntaron los fiscales. Antonio Asenjo respondió que no porque, según explicó, lo interesante no eran las reuniones, de las que había muchas en esos días y a muchas bandas, sino su contenido.
García-Castellón ha interrumpido al investigado y, en tono elevado, ha dudado de que estuviera diciendo la verdad, ha manifestado que su declaración no tenía sentido y le ha reprochado que le "tomara por tonto". "No hemos nacido ayer", le ha dicho.
Asenjo ha optado entonces por no seguir declarando al sentirse incómodo con la intervención del instructor.
En un escrito presentado poco después, el defensor de Asenjo, Manuel Santaella, ha pedido al Juzgado que le entregue "a la mayor brevedad" una copia de la declaración grabada a su cliente ya que, "tras lo sucedido durante la sesión de hoy, que ocasionó que Antonio Asenjo hubiere de acogerse a su derecho a no seguir declarando", necesita ese medio de prueba "para iniciar el procedimiento de recusación" del instructor.
"Tenga por anunciada la firme voluntad de instar la recusación", concluye el defensor.