Antonio Asenjo, exjefe de seguridad de Iberdrola, ha desligado este lunes al presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, de la contratación del comisario José Manuel Villarejo para distintos encargos realizados entre 2004 y 2017 por un importe de 1,1 millones de euros.
Villarejo se encuentra actualmente en prisión investigado por numerosos delitos de corrupción y su relación con la segunda empresa del Ibex es objeto de la pieza 19 del caso Tándem, que instruye el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón.
Asenjo, exfuncionario de Policía, ha declarado durante más de cinco horas ante el instructor y los fiscales anticorrupción, que volverán a interrogarle hoy. Se trata de una comparecencia voluntaria que el exresponsable de seguridad de Iberdrola pidió el pasado noviembre y no ha sido señalada por el juez hasta ahora.
Proyecto Arrow
Asenjo, con ganas de explicar su actuación, ha señalado que él no conocía a Villarejo. Le contrató por sugerencia del director adjunto operativo de la Policía, Miguel Ángel Fernández-Chico (fallecido en 2012), cuando Asenjo le comentó que estaban teniendo problemas de seguridad para la puesta en marcha de una central de ciclo combinado en Arcos de la Frontera en la que Iberdrola iba a invertir 900 millones de euros.
Villarejo, del que Asenjo creyó que estaba en excedencia como funcionario, desarrolló el llamado proyecto Arrow, consiguiendo información que permitió desactivar el boicot de los grupos ecologistas y el rechazo de la oposición municipal a la central. Después fue contratado en 2005, 2006, 2009, 2012 y 2017.
Todas los encargos de Ibedrola a Villarejo fueron controlados por el jefe de seguridad, que sostuvo durante su declaración que dentro del presupuesto que manejaba -en torno a 170 millones de euros- la contratación del grupo Cenyt, vinculado al comisario hoy encarcelado, era irrelevante. Las facturas fueron autorizadas por su inmediato superior, Fernando Becker, que fue alto directivo de la compañía hasta febrero de 2018.
Para su contabilización y pago las facturas fueron validadas por un empleado del área de control, José Antonio Olmo, que, sin embargo, según Asenjo, no tuvo nunca información de los trabajos concretos realizados. Iberdrola ha denunciado a Olmo por la presunta falsedad de un informe interno que acusa a la dirección de la compañía de ordenar espionajes y usar facturas falsas. Olmo declaró como testigo el pasado 21 de enero ante el juez García-Castellón.
Defenestrar a Barriuso
Asenjo manifestó que el número uno de la compañía conoció dos de los informes realizados por Cenyt, que se le entregaron con el anagrama de esta empresa. El jefe de seguridad negó que Galán supiera qué era Cenyt y que detrás estaba Villarejo, con el que Galán nunca se reunió. El contenido de esos informes sí sirvió para que el presidente de Iberdrola tomara decisiones.
El primero de esos informes fue elaborado en 2006 porque a Asenjo le llegaron rumores negativos sobre un alto directivo, Pedro Barriuso, que estaba el frente del área de energías renovables y al que algunos sectores consideraban el 'delfín' del propio Sánchez Galán.
Villarejo hizo seguimientos a Barriuso y descubrió que él y otros miembros de su equipo estaban preparando el despliegue de una estructura empresarial que iban a lanzar en competencia directa de Iberdrola. Sánchez Galán defenestró a Barriuso en lo que los medios de la época calificaron de "baja inesperada" en la primera línea ejecutiva de la energética.
El segundo documento de Cenyt que conoció Galán, según la declaración de Asenjo, estuvo relacionado con el nombramiento de Inés Macho como vicepresidenta de Iberdrola en 2018. Una empresa de headhunters había informado favorablemente la elección de Macho pero la compañía quiso asegurarse con otro informe de contraste, que el jefe de seguridad encargó a Villarejo.
Florentino Pérez
Según Asenjo, entre los trabajos realizados por Villarejo nunca estuvo espiar al presidente de ACS, Florentino Pérez, cuando éste intentó hacer valer su 12,6% en la compañía para tratar de desplazar a Sánchez Galán.
El entonces jefe de seguridad de Iberdrola aseguró al juez que fue Villarejo el que, por su propia iniciativa, planteó el llamado proyecto Posy para investigar a Pérez. La propuesta fue rechazada por Asenjo, entre otros motivos por el alto coste que exigía Villarejo.
Es en ese contexto en el Antonio Asenjo sitúa la expresión "me sale más barato matarle" que se escucha en las grabaciones realizadas a escondidas por Villarejo y que ahora se vuelven contra él en las diligencias judiciales.