España está por encima de la tasa media europea de encarcelamiento y se sitúa entre los países europeos con una duración de la permanencia en prisión más prolongada, de acuerdo las Estadísticas Penales Anuales del Consejo de Europa para 2019 publicadas este martes.
El Informe Space I-2019, dirigido por el profesor de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lausana (Suiza) Marcelo F. Aebi, y Mélanie M. Tiago, asistente en la misma Universidad, refleja que la tasa global media de encarcelamiento, que mide el número de reclusos por cada 100.000 habitantes, permaneció estable en Europa de 2018 a 2019.
El 31 de enero de 2019 había 1.540.484 reclusos en las 50 administraciones penitenciarias (de un total de 52) de los Estados miembros del Consejo de Europa de los que se dispone de datos. Ello arroja una tasa de encarcelamiento de 106 reclusos por cada 100.000 habitantes.
España tiene 126 internos por cada 100.000 habitantes. Los países con las tasas de encarcelamiento más altas son Rusia (386), Turquía (329), Georgia (270), Lituania (232), Azerbaiyán (218), la República Checa (203), Moldova (197), Polonia (190), la República Eslovaca (189), Montenegro (186), Albania (185), Letonia (183) y Estonia (181).
Sin tener en cuenta los países con menos de 300.000 habitantes, las tasas de encarcelamiento más bajas corresponden a Islandia (40), Finlandia (50), los Países Bajos (56), Suecia (60), Noruega (61), Bosnia y Herzegovina (66), Eslovenia (67), Dinamarca (69), Armenia (76) y Alemania (77).
El número de reclusos en España ascendía a 58.983 en enero de 2019, una cifra similar a la de Italia (60.125) y muy lejos de Rusia (563.166 reclusos), Turquía (269.806) o Reino Unido (91.724), pero también muy distanciada, por ejemplo, de Portugal (12.867).
La encuesta muestra que la duración media del encarcelamiento en Europa se redujo de 8,2 meses en 2017 a 7,7 meses en 2018, lo que representa una disminución del 5,4%. Los países con la duración media de encarcelamiento más prolongada fueron Azerbaiyán (37 meses), Portugal (32), la República de Moldova (26), la República Checa (24), Rumania (23), España (21), Estonia (16) e Italia (15).
Para Marcelo Aebi, "lo que sucede es que el Código Penal español, aprobado en la época de un Gobierno progresista, es duro, las penas son altas. Por ejemplo, se castigan las violaciones con penas de 6 a 12 años de prisión. En Suecia la pena es de 1 a 6 años; es decir, la pena más alta en Suecia es la mínima en España. Independientemente de lo que uno piense del 'procés', las penas son altas. Y en España se castigan delitos que no existen en otros países, como el de ofender los sentimientos religiosos o el de enaltacimiento del terrorismo por el que se ha condenado a raperos. Eso, desde fuera, no se entiende".
Covid y cárceles
El profesor Aebi explica desde Lausana, donde sigue el confinamiento establecido por la pandemia del Covid-19, que "la población penitenciaria en España creció en las décadas de los 80, 90 y 2000. Tuvo un pico de aumento importante en 1992, cuando los internos se incrementaron en un tercio, coincidiendo con los Juegos Olímpicos en Madrid, la capitalidad cultural en Madrid y la Expo de Sevilla. Pero desde 2010 no ha dejado de bajar".
En relación con el coronavirus, Aebi considera "lógico" que los presos en tercer grado realicen el confinamiento en sus domicilios en lugar de tener que pernoctar en la cárcel. "Es una medida que también se ha adoptado en otros países para aminorar el riesgo de contagios y aliviar la sobrepoblación penitenciaria". Este último factor no se da en España, indica, debido a la construcción de nuevas cárceles que se ha llevado a cabo en las últimos años.
A su parecer, "habría que estudiar si cabe legalmente excarcelar a los presos mayores de 65 años, que son grupo de riesgo frente al Covid-19, siempre y cuando se estudien también muy bien sus perfiles individuales".
De acuerdo con el informe del Consejo de Europa, en enero de 2019 en España había un total de 1.466 reclusos de 65 años o más, una cifra alta en comparación con otros países del entorno.
La edad media de los presos de las cárceles europeas era de 35 años. El 15% de los reclusos tenía 50 años o más, aunque en algunos países la proporción de reclusos de más de 50 años era particularmente elevada: Bulgaria (35%), Italia (25%), Portugal (21%), Noruega (20%), España (20%) y Eslovenia (19%).
El 7,5% de la población carcelaria en España eran mujeres, también por encima de la media europea, situada en el 5%.
En cambio, la tasa de mortalidad de presos y de suicidios en las prisiones españolas estaba ligeramente por debajo de la media.
La media de internos extranjeros en Europa era el 14,4% de la población carcelaria total. Las administraciones penitenciarias con mayor proporción de reclusos extranjeros eran Luxemburgo (74,4%), Suiza (72,1%) y Grecia (54,9%). España se sitúa por encima de la media, con el 28,1%.
A nivel europeo, el costo de las prisiones en 2018 ascendió a 26.000 millones de euros sumando los datos de las 43 administraciones penitenciarias que proporcionaron esta información.