Puigdemont logra apartar al juez del TC Narváez de los recursos relacionados con el 'procés'
El magistrado ha dirigido al pleno un escrito en el que acepta abstenerse ante una recusación que cree infundada pero que iba a dividir al tribunal
16 febrero, 2021 10:34Noticias relacionadas
El magistrado del Tribunal Constitucional Antonio Narváez ha presentado esta mañana un escrito de abstención en los recursos de amparo de los condenados en el juicio del 'procés' y en las demandas del expresidente catalán Carles Puigdemont y el exconsejero Antoni Comín, han informado a EL ESPAÑOL fuentes del propio tribunal, que ha aceptado por unanimidad la abstención.
Narváez ha sido objeto de una recusación masiva promovida el pasado octubre por Puigdemont y Comín, ambos prófugos de la Justicia, que presentaron en el TC recursos de amparo contra la orden de detención que mantiene vigente en España el juez Pablo Llarena después de que hayan adquirido la condición de eurodiputados.
La recusación, secundada de inmediato por los condenados por el 'procés', se basa en una charla que el jurista impartió hace más tres años en un colegio mayor universitario de Granada titulada El problema catalán. Perspectiva constitucional.
Narváez se refirió a la existencia en Cataluña de una "crisis grave que se ha calificado de desafío" y que consideró "un golpe de Estado encubierto, mucho más grave por sus consecuencias que el golpe de Estado que se dio en 1981 en la medida en que ahí no estaba en cuestión algo tan esencial como es el principio de soberanía y, sobre todo, el principio de la unidad de España dentro de su diversidad".
Para los recusantes, esas alusiones pondrían de manifiesto una "clara predisposición" del magistrado a favor de las tesis de la acusación en el proceso penal seguido en el Tribunal Supremo y, por tanto, una postura a priori contraria a los recursos de amparo.
Informe sobre la recusación
En sucesivos informes presentados el pasado diciembre, Narváez negó que existan razones objetivas para considerar comprometida su imparcialidad. Argumentó que el "visionado total" y no descontextualizado de la grabación permite advertir que el planteamiento de la ponencia fue de "alcance general" y "sobre cuestiones jurídicas que ya habían sido resueltas por el Tribunal Constitucional". "En ningún momento hice mención alguna y referencia concreta a la causa penal, como tampoco cita personal alguna de los recusantes", subrayaba.
Explicó que hizo un recorrido cronológico hasta llegar a la sentencia del TC sobre el Estatuto catalán y a las leyes de ruptura aprobadas por el Parlamento de Cataluña los días 6 y 7 de septiembre de 2017.
En el contexto de las referencias a esas normas, que habían sido declaradas inconstitucionales por el TC unos días antes de la charla, se encuadra la manifestación de que en Cataluña se había dado 'un golpe de Estado encubierto'", indicaba.
"Los comentarios y observaciones que hice lo fueron sobre hechos o normas que ya habían sido juzgados y resueltos por este Tribunal Constitucional en resoluciones dictadas con anterioridad a la conferencia, habiendo apoyado de modo exclusivo mi exposición sobre una perspectiva constitucional y no jurídico-penal, tal y como rezaba el título de la conferencia", argumentó.
Retraso
La recusación ha bloqueado el comienzo del debate sobre los recursos de amparo de los condenados del 'procés', que el TC tiene previsto iniciar este martes con la demanda de Meritxell Borràs, una vez que Narváez ha decidido apartarse.
Fuentes del TC han explicado que el magistrado sigue considerando que no hay razones objetivas para su recusación, pero considera que la abstención es conveniente para "reforzar" la imagen de imparcialidad del tribunal.
La decisión final de abstenerse se ha producido después de que la vicepresidenta Encarnación Roca, que ha vuelto a votar junto a la minoría socialista del TC en las últimas semanas, diera a conocer que iba a apoyar la recusación de Antonio Narváez.
Ello ha motivado un corrimiento de posiciones en el seno del tribunal al generar la indecisión de varios magistrados del sector conservador. La perspectiva de un Tribunal Constitucional fracturado ha inclinado al recusado a apartarse: aunque la recusación fuera finalmente rechazada, la división del TC habría debilitado a la institución a la hora de decidir sobre las demandas del 'procés'.