La Fiscalía ha archivado las diligencias de investigación abiertas a raíz de una denuncia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en relació al contenido de mensajes aparecidos en un grupo de Whatsapp, El Chat de la XIX del Aire, en el que algunos de sus integrantes, militares retirados hablaron de la posibilidad de dar un golpe de Estado contra el Gobierno o de “fusilar a 26 millones de hijos de puta”.
La Fiscalía de Madrid ha llegado a la conclusión de que los mensajes que ese chat “privado”, formado por miembros de la XIX promoción de la Academia General del Aire, no son constitutivos de un delito de discurso de odio. Sus integrantes exponen sus opiniones “con libertad” y “en la confianza de estar entre amigos”, sin que exista "voluntad alguna de publicitarlas" fuera de ese ámbito, afirma el decreto de archivo.
La falta de publicidad es clave para apreciar o no el delito de odio, que persigue "fomentar, promover o incitar públicamente" al odio, la hostilidad o la violencia contra un grupo o contra personas determinadas por razones ideológicas, entre otros motivos.
En el chat denunciado habría participado el antiguo general de división Francisco Beca, desde cuyo teléfono se escribió que "yo lo he leído [un libro de Pío Moa, Mitos de la Guerra Civil], como buen facha, y si es verdad lo que dice (para mí sí lo es) no queda más remedio que empezar a fusilar a 26 millones de hijos de puta”, según adelantó Infolibre. "La sociedad española está dividida y los buenos son más cobardes que los malos en la actualidad. Solo queda (desgraciadamente) repetir la historia", versaba otro mensaje atribuido a Beca.
Esta persona también fue uno de los firmantes de la carta al Rey en la que se hacía una crítica contra el Gobierno, centrada en el acoso que dicen que se ejerce al poder judicial y la amenaza que ello supone para la separación de poderes.
Retirados
El Ministerio de Defensa informó a la Fiscalía de que los integrantes del grupo pasaron al retiro hace muchos años, “algunos hace más de 40 años”, por lo que ninguno tiene la condición militar de servicio activo o en la reserva. La Fiscalía destaca, por ello, que la actuación del grupo quedaba fuera de su ámbito de la competencia administrativa o disciplinaria.
A su vez, la Brigada Provincial de Información comunicó que La XIX del Aire es un chat privado, razón por la cual no se ha podido tener acceso al contenido del mismo, aunque sí se han acreditado los que se han hecho públicos.
Para la Fiscalía ha quedado acreditado que en ese chat privado “los integrantes exponen con libertad sus opiniones a los demás participes” y sin que exista voluntad alguna “de dar publicidad a las mismas fuera de dicho grupo y en la confianza de estar entre amigos”.
Concluye, por tanto, que “no concurren elementos que permitan inferir que el chat fue creado al objeto de promover, fomentar o incitar al odio, hostilidad o violencia hacia un colectivo de los expresamente contemplados como grupo”.
Dado que no se han podido contextualizar los comentarios publicados, la Fiscalía advierte de que “aisladamente” contemplados “constituyen la exteriorización de una oposición a acciones indeterminadas y generales del Gobierno”.
Se trata de una crítica “dura” enmarcada en el derecho a la libertad de expresión y de opinión, “constituidas como garantías institucionales para el debate público y que posibilita la formación de una opinión pública libre”.
Aunque considera que los términos utilizados "podrán reputarse inapropiados, excesivos y desafortunados", constata que "no nacieron con voluntad de publicidad, por lo que la intencionalidad de los mismos no puede ser equiparada a actos materiales del mundo exterior y sino más bien a una forma de expresar un descontento con la situación política actual”.
La Fiscalía se refiere al campo de acción “más amplio” que tiene la libertad de expresión sobre la libertad de información “que se refiere a la narración de hechos susceptibles de ser contrastados”, de ahí que un criterio fundamental de enjuiciamiento de su legitimidad sea el de la veracidad. No ocurre lo mismo con la libertad de expresión que “alude a la emisión de juicios personales y subjetivos, creencias, pensamientos y opiniones y la veracidad no entra en juego, puesto que las ideas y opiniones no pueden ser calificadas como veraces o inveraces en una sociedad democrática avanzada”.