El ex gerente del PP hasta 2010, Cristóbal Páez, ha narrado este miércoles, durante el juicio sobre el presunto pago con dinero negro de la reforma de la sede del PP, la enorme tensión que se desató en Génova tras el estadillo del caso Gürtel en 2009 y el enfrentamiento entre Luis Bárcenas, tesorero del partido, y la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Páez está en el banquillo de los acusados por haber sido adjunto a Luis Bárcenas cuando éste llevaba la gerencia del PP (1990-2008) y por haber sido nombrado gerente cuando Bárcenas ascendió al puesto de tesorero, en junio de 2008.
El fiscal pide para él un año y medio de cárcel por presuntos delitos de falsedad documental y contra la Hacienda Pública por los impuestos que el PP habría dejado de pagar al financiar el acondicionamiento de su sede con la caja B del partido, lo que habría obligado a generar facturas y certificaciones inauténticas.
Páez ha manifestado que Bárcenas, que le conocía de antes como abogado laboralista, le llamó en 2004 para que se hiciera cargo de los asuntos de recursos humanos pero siempre fue el propio Bárcenas el que controló todo lo relacionado con las cuentas del partido y la financiación. "Era muy celoso de sus competencias y yo nunca vi ni siquiera los presupuestos ni he sabido lo que había en las cuentas", ha asegurado.
"No me dejó ver el presupuesto"
"Cuando me nombran gerente le dije 'oye, Luis, quiero conocer el presupuesto de la casa' y él me dijo 'no, no te lo puedo dar, porque, si no, yo me quedo sin nada. Si te doy el presupuesto a ti yo me quedo sin funciones", ha relatado. Según Páez, Bárcenas siguió ejerciendo como tesorero incluso después de que dimitiera formalmente de ese cargo en 2009.
Cristóbal Páez se ocupó del desarrollo material de la reforma de la sede, ha dicho, pero no del aspecto económico. Él negociaba con la empresa Unifica el precio de los trabajos, pero las facturas las enviaba a caja y era Bárcenas "el que autorizaba los pagos".
Páez ha desmentido a Bárcenas y ha puesto en duda que en 2006, al comienzo de las obras, se produjera una reunión entre éste, el tesorero Álvaro Lapuerta y el arquitecto Gonzalo Urquijo en la que se habría acordado pagar una parte de la reforma en B. "Dudo de que se reuniesen con Álvaro Lapuerta porque entonces ya tenía un grado de demencia importante, no estaba para negociar ese contrato", dijo el exgerente, dando a entender que el que hacía y deshacía en las finanzas del PP era exclusivamente Bárcenas.
En todo caso, ha negado conocer que la reforma se financiara con fondos extracontables y ha afirmado que supo de la contabilidad B cuando Luis Bárcenas "me da una parte de los papeles porque dice que se fía de mí. Le dije 'no me expliques nada, no me comprometas'".
Esa relación de confianza cambió drásticamente a partir de 2009, cuando formalmente Bárcenas dimite como tesorero pero continúa en el PP. "Yo estaba incómodo", ha relatado. "Me dijeron que los asuntos de tesorería los despachara con la secretaria general, pero Bárcenas quería que despachara con él y Cospedal me decía que no despachara nada con Bárcenas".
Páez pidió entonces una cita con el presidente, Mariano Rajoy, que le confirmó que debía despachar con María Dolores de Cospedal. "Fui a decírselo a Bárcenas y se puso furioso. Entonces empieza a aislarme y da instrucciones a su gente para que no me den información ni despache nadie conmigo".
"Estás muerto, estás acabado"
Situado en medio de ese "fuego cruzado entre Cospedal y Bárcenas", éste empieza a desconfiar de Páez. "Un día, por la tarde, su secretaria me dice que vaya a verle. Se puso muy violento conmigo, me arrojó un mechero, que pude esquivar. Me fui diciéndole 'no quiero que me trates así'. Y me amenazó, me dijo 'estás muerto, estás acabado'. Aquello me afectó, me impresionó. Y tuve miedo. Subí a la planta séptima a contar el episodio pero no estaba ninguno, ni Cospedal ni Rajoy".
"Tenía miedo porque Bárcenas había estado muy presionado, estaba un poco desquiciado. Dije 'yo no vuelvo, porque este tipo me mata'", ha añadido. Entonces Cospedal le indicó que se quedara unos días en casa y que despachara con ella por teléfono.
"Yo le decía que había que solucionarlo y tomar una decisión y ella me decía 'ya, pero esto lo tiene que decidir el presidente'. Al cabo de un mes conseguí que tuviéramos una reunión los tres, el presidente, Bárcenas y yo. Dije que no entendía cómo Bárcenas seguía ejerciendo en el partido cuando de cara a todo el mundo él ya había dimitido. Rajoy dijo '¿por qué no os ponéis de acuerdo, por qué no lo habláis?'. Y yo decía '¿pero con quién despacho, con él o con la secretaria general?'. Bárcenas se levantó y se fue".
"El presidente me dijo que no le complicase la vida, que volviera, que Bárcenas no iría. Pero seguía yendo porque se lo permitían", concluyó Páez. El extesorero siguió en esa irregular situación hasta 2013. Páez se marchó en 2010 tras pactar con el partido un despido improcedente.
"Rajoy me dijo que me respetaba el sueldo y el despacho, pero yo no quería ser una momia".