El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, instructor del caso Kitchen, llamará a declarar como investigado al comisario principal José Luis Olivera para que aclare su intervención en las presuntas maniobras realizadas desde el Ministerio del Interior para controlar en beneficio del PP el caso Gürtel, relativo a una trama de corrupción de exaltos cargos del partido.
Olivera ha ocupado algunos de los puestos más sensibles de la Policía. Hasta julio de 2012 fue jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y en enero de 2015 el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, le nombró director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). En julio de 2018 pasó a formar parte del Consejo Asesor del Cuerpo Nacional de Policía. En octubre de 2019 solicitó una excedencia tras ser fichado como gestor de riesgos en el área de seguridad de la Federación Española de Fútbol, cargo que ocupa en la actualidad.
La citación de Olivera, íntimo amigo y estrecho colaborador de José Manuel Villarejo, es una "consecuencia obligada" -dijeron a EL ESPAÑOL fuentes de la Audiencia Nacional- de la declaración prestada ayer ante el juez por el inspector jefe de la UDEF Manuel Morocho.
Morocho, que seguirá declarando el próximo viernes, implicó al comisario en el intento de apartarle de la investigación del caso Gürtel y de controlar los informes encargados por el entonces juez instructor, Pablo Ruz.
La citación de Olivera, adelantada por la Cadena Ser, se veía venir desde hace tiempo. Su nombre apareció ya profusamente en el primer oficio de la Unidad de Asuntos Internos que dio lugar a la apertura de la pieza Kitchen, dentro del caso Tándem.
En ese primer informe, fechado el 29 de octubre de 2018, se aportaban audios de encuentros celebrados por Villarejo y Olivera, grabados a escondidas por el primero e intervenidos en su domicilio, de los que se desprende que el comisario principal conoció la operación parapolicial realizada para robar al extesorero del PP Luis Bárcenas información sobre la financiación ilegal del partido que comprometería a exaltos dirigentes como Mariano Rajoy.
"Toda la operación para que el señor tal, todos los papeles y todas las pruebas que tenía Bárcenas, finiquitado. Se empleó a la Policía para destruir pruebas, en vez de para aportarlas al juez", se oye decir a Villarejo en una comida con Olivera celebrada, supuestamente, el 16 de febrero de 2017.
El pasado julio, la Fiscalía Anticorrupción pidió al instructor que ordenara a la Unidad de Asuntos Internos un informe patrimonial sobre Olivera al apreciar "serios indicios" de que pudo tener relaciones económicas con las empresas de Villarejo. Según Anticorrupción, Olivera habría "amparado actuaciones ilícitas” de Villarejo y le habría facilitado información de operaciones policiales secretas, además de "permitir la planificación y ejecución de la operación Kitchen a pesar de conocer su carácter ilícito”.
"Sí, ministro, estoy con él"
Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el testimonio de Morocho, que ha asegurado al juez que en el verano de 2013 se reunió en una cafetería con Olivera y que éste le ofreció un puesto en la Embajada en Lisboa e incluso en la ONU para apartarle de la investigación de los llamados papeles de Bárcenas sobre la 'caja B' del PP.
Morocho añadió que mientras Olivera le ofrecía atractivos destinos bien remunerados, el comisario recibió una llamada en el móvil, que atendió. Morocho le oyó decir "Sí, ministro, estoy con él".
El momento de la reunión relatada por el principal investigador policial del caso Gürtel coincide con el comienzo de la operación Kitchen, para la que Villarejo captó como confidente al chófer de los Bárcenas. Sergio Ríos desveló que el extesorero del PP guardaba documentación en el estudio de su mujer, lugar que habría sido objeto de una entrada ilegal en la que estuvo implicado el entonces jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo, Enrique García Castaño. Este comisario, amigo de Villarejo, está también investigado en el caso Kitchen.