El pleno del Tribunal Constitucional ha dado esta tarde el plácet a los cuatro nuevos magistrados elegidos por el Congreso de los Diputados para formar parte de la institución: el catedrático Enrique Arnaldo y los miembros de la carrera judicial Concepción Espejel, Inmaculada Montalbán y Ramón Sáez.
La sorpresa ha sido el voto de uno de los 10 actuales magistrados, que se ha pronunciado en contra del nombramiento de todos ellos. Dado que la votación ha sido secreta y por medio de papeletas ya impresas con los nombres de los aspirantes, se desconoce quién ha emitido el voto negativo.
La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional encomienda al Pleno del TC la "verificación de los nombramientos de los magistrados del TC, para juzgar si los mismos reúnen los requisitos requeridos por la Constitución" y la propia LOTC.
De acuerdo con la Constitución, los miembros del TC deben ser nombrados entre magistrados, fiscales, profesores de Universidad, funcionarios públicos y abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia con más de 15 años de ejercicio profesional.
La reunión del Pleno ha sido muy breve, ya que ninguno de los actuales miembros del TC ha querido tomar la palabra. Ello dificulta aún más la identificación del autor o autora del voto negativo, al no poderse contar con la pista que hubiera proporcionado una intervención crítica.
El acto se ha limitado al reparto y recuento de las papeletas en las que figuraban los nombres de los cuatro futuros magistrados, debajo de los cuales había dos casillas con las palabras sí y no. La aparición de una papeleta con esa última opción ha causado una enorme extrañeza, ya que éste suele ser un trámite formal en el que no se valora la idoneidad personal de los candidatos sino tan sólo el cumplimiento de los requisitos objetivos.
Habitualmente se considera que, una vez que el órgano competente para la elección -en este caso el Congreso- ha decidido, el Pleno del TC tiene escaso o ningún margen para la discrepancia, más allá de la verificación de los datos objetivos exigidos y de la valoración del concepto "jurista de reconocida competencia". Se da la circunstancia de que los cuatro aspirantes han sido miembros del Consejo General del Poder Judicial, al que se accede mediante el cumplimiento de ese mismo requisito, que se consideraba, así,
La papeleta disidente no ha señalado ningún nombre en particular sino que la valoración de que no se cumplen los requisitos exigidos por la Constitución y la LOTC afecta de manera global a los cuatro elegidos, que son fruto del pacto alcanzado entre el Gobierno (PSOE y Unidas Podemos) y el PP.
Un precedente
Sólo hay un precedente en el que un candidato al TC haya tenido dificultades para obtener el visto bueno del tribunal. El 11 de junio de 2013, el entonces presidente de la institución, Pascual Sala, tuvo que hacer uso del voto de calidad para declarar que el magistrado Enrique López reunía los requisitos exigidos para el cargo. Sala utilizó su voto doble para desbloquear, a favor del nombramiento, el empate a seis votos registrado en torno a López, propuesto al TC por el Gobierno de Mariano Rajoy.
En aquella ocasión, el resto de los aspirantes (el catedrático Pedro González-Trevijano, también designado por el Ejecutivo, y los magistrados del Tribunal Supremo Juan Antonio Xiol y Santiago Martínez-Vares, elegidos por el Consejo General del Poder Judicial) fueron respaldados por el TC sin problemas.
Al Pleno de este jueves han asistido diez de los 11 integrantes del tribunal. Aunque la institución está formada por 12 magistrados, uno de ellos, Fernando Valdés, dimitió hace un año y su vacante no ha sido cubierta hasta ahora y otro, Alfredo Montoya, se recupera de una enfermedad.