La Justicia española ha paralizado la extradición a EEUU del hacker británico Joseph James O'Connor y ha acordado plantear al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) una cuestión prejudicial sobre las pautas a seguir tras el Brexit en la entrega.
Así consta en un auto de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, que suspende la tramitación del procedimiento. O'Connor fue localizado en Estepona (Málaga) el pasado julio, tras una orden internacional de detención emitida por Estados Unidos. El país le reclama, entre otros motivos, por haber jaqueado varias cuentas de Twitter, como las de los presidentes Joe Biden y Barack Obama o el perfil de Bill Gates, fundador de Microsoft.
La Audiencia Nacional solicita también al TJUE que aplique el procedimiento de urgencia para responder, ya que el joven se encuentra en prisión en España, a la espera de la resolución de la Justicia sobre su futuro.
Durante su vista de extradición, celebrada el pasado 10 de marzo, el abogado del joven inglés sugirió que España realizase esta consulta al TJUE. "No hay ninguna sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre (...) qué doctrina aplicar a los ciudadanos británicos postBrexit que hayan sido ciudadanos británicos preBrexit y que los supuestos hechos se hayan cometido mientras gozaba al 100% de la ciudadanía europea", indicó.
Por ello, ahora, la Justicia española consulta de qué forma afecta la nueva situación administrativa y territorial a los casos de ciudadanos británicos que eran miembros de la Unión Europea cuando se cometieron unos presuntos delitos por los que son reclamados por un tercer país; en este caso, EEUU. Además, el caso de O'Connor suma otra particularidad: él era residente en España antes de que su país natal, Reino Unido, saliera de la Unión Europea (UE).
Según recuerda el auto, ponencia del magistrado Fernando Andreu, el joven hacker vivía con su madre en España antes del Brexit, por lo que "ejerció, siendo un pleno ciudadano comunitario, sus derechos de libre circulación, habiéndose cometido los hechos presuntamente delictivos siendo un ciudadano plenamente comunitario".
Durante la vista de extradición, la defensa de O'Connor sugirió al tribunal que se aplicase la doctrina europea Petruhin, según la cual, cuando se reclama a un ciudadano de la UE por una tercera nación, se debe preguntar antes al país de origen si quiere juzgarle por esos mismos hechos.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional se opuso a ella, al considerar que deben primar los tratados de extradición entre España (y el resto de la actual UE) con los Estados Unidos.
El joven también se ha negado a ser entregado a EEUU. Así lo plasmó su abogado en la vista. "Tiene cero arraigo en Estados Unidos y tiene serias patologías psicológicas. Y una persona desarraigada, con serias patologías psicológicas y en una cárcel de Estados Unidos... No vamos a decir que se trata de trato inhumano, pero está cerca", indicó el letrado ante el tribunal de la Sala de lo Penal.
Su detención
Aquel julio de 2021, a quien los agentes españoles encontraron detrás del alias PlugWalkJoe fue un joven de 22 años, con camiseta deportiva, pantalón corto, calcetines blancos y chanclas. Así estaba vestido cuando fue arrestado por los agentes españoles, tras una investigación que implicó también al FBI y a las autoridades británicas.
Le localizaron en Estepona, frente a las tres pantallas de su potente y caro ordenador, en una lujosa urbanización de la Costa del Sol, donde vivía solo y casi recluido, alimentándose únicamente mediante comida a domicilio y dedicando la mayor parte de su tiempo al juego online y las bitcoins.
Joseph James permanece en prisión desde que el juez Santiago Pedraz la decretase en julio de 2021 por riesgo de fuga, dada la "falta de arraigo" del británico en España.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, además de Biden, Obama y Gates, el joven informático también habría jaqueado los perfiles del músico Kanye West y los de las empresas Apple y Uber.
Desde ellos, habría cometido una estafa con monedas virtuales, pidiendo a los usuarios efectuar ingresos en bitcoins y prometiéndoles duplicárselos. Y, según EEUU, estaría implicado en un ataque informático a usuarios de las aplicaciones TikTok y Snapchat y en un caso de acoso cibernético a una menor de edad.