El juez Adolfo Carretero, titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, ha ordenado embargar los bienes de lujo que adquirieron el aristócrata Luis Medina Abascal y su socio, el empresario Alberto Luceño, tras haber cobrado, supuestamente, cantidades millonarias por su intermediación en varios contratos sanitarios para el Ayuntamiento de Madrid. El consistorio, a su vez, se personará como perjudicado por la presunta estafa.
Así lo trasladan a EL ESPAÑOL fuentes cercanas al procedimiento, que confirman también la fecha en la que el juez ha citado a ambos a declarar como investigados: será el próximo día 25 de abril, a las 12 y media de la mañana en la madrileña Plaza de Castilla. Carretero también llamará a varios testigos para esclarecer los hechos.
La Fiscalía Anticorrupción, autora de la querella contra ambos empresarios, había solicitado este embargo preventivo, para hacer frente a las posibles responsabilidades civiles que pudieran derivarse en el proceso. Esta medida es la habitual en casos como estos.
Tal y como ha informado EL ESPAÑOL, el Ministerio Público les acusa de los delitos de blanqueo, estafa agravada y falsedad documental. Según su querella, en marzo de 2020, en uno de los peores momentos de la pandemia, "inflaron" el precio de varios contratos sanitarios (para guantes, test contra la Covid y mascarillas) "de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico".
En total, por todo el encargo, la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid S. A. —participada al 100% por el Ayuntamiento de Madrid— pagó, en la peor etapa de la pandemia, más de 10 millones de euros de dinero público. Ninguno de los materiales recibidos tenían la calidad acordada.
Luis Medina habría cobrado más de 900.000 euros como comisión, a razón de un dólar por cada mascarilla entregada. Su socio, en total, unos cuatro millones de euros. E, incluso, habría ocultado a Medina que su comisión era varias veces superior, haciéndole creer que ambos recibirían cantidades idénticas.
Ambos habrían gastado después estas cantidades en productos de lujo. Luceño pagó, presuntamente, una estancia de seis noches en un exclusivo hotel de Marbella (60.000 euros), tres relojes de lujo de la marca Rolex (45.000 euros) y una docena de vehículos de alta gama, entre los que hay un Ferrari de 355.000 euros, un Lamborghini de 299.999 euros o un Aston Martin DBS Superleggera por valor de 293.000.
También adquirió un piso con tres plazas de garaje en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, uno de los municipios de España de mayor renta per cápita. El inmueble costó más de un millón de euros.
Por su parte, Luis Medina gastó casi toda su comisión en la compra de varios bonos y de un elegante velero Eagle 44, de 13 metros de eslora, al que bautizó como Feria, en honor al ducado de su padre y que hoy ostenta su hermano mayor, con quien también comparte la sociedad gibraltareña que registró el navío. La embarcación costó 325.515 euros.