En septiembre de 1995, ETA valoraba "positivamente" su "situación política y organizativa". Lo hacía tras dar por superada una "crisis que se alargaba" y que, en el año anterior, parecía no tener solución.

Dados los malos resultados electorales que arrastraba la izquierda abertzale y su "incapacidad para plantear iniciativas", la banda terrorista decidió iniciar en 1994 su estrategia de socialización del sufrimiento.

Y, a finales de 1995, la banda ya dejaba negro sobre blanco su "balance positivo" de los primeros meses de esta nueva hoja de ruta. Uno de los principales hitos que los terroristas destacaron fue el asesinato del entonces teniente de alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián, Gregorio Ordóñez.

La banda reconocía que haberle pegado un tiro en la nuca al político del PP supuso "un terremoto en toda la sociedad vasca" y, especialmente, en la izquierda abertzale. "El enemigo quedó totalmente fuera de juego frente a esta acción", se enorgullecían los etarras.

En estos exactos términos se expresa un boletín interno de la banda terrorista, uno de los denominados zutabes. Esta publicación se editaba bajo la supervisión del aparato político, una de las ramas del comité ejecutivo de ETA. El escrito está fechado en septiembre de 1995 y fue intervenido por la Guardia Civil el 17 de noviembre, en La Rochelle (Francia).

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Antes, el 23 de enero de ese año, Ordóñez había sido asesinado de un disparo efectuado por un encapuchado, mientras el político comía en el restaurante La Cepa, ubicado en la parte vieja de San Sebastián. Almorzaba junto a tres compañeros de partido: María San Gil, Enrique José Villar e Icíar Urtasun.

Y ahora, este zutabe figura el informe elaborado por la Benemérita a petición del juez Manuel García-Castellón, encargado de investigar el asesinato en 1997 de otro político del PP vasco, Miguel Ángel Blanco. El magistrado reabrió este caso el pasado marzo, tras admitir a trámite una querella de la asociación de víctimas Dignidad y Justicia.

La intención de García-Castellón —y el motivo por el que el boletín ha sido incluido por los agentes— es la de indagar en el modus operandi de la banda y desentrañar el papel de los jefes de ETA en los asesinatos.

Nueva estrategia

Este zutabe nº 72, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, hace un balance del año previo. Y lo considera "positivo". "Si tuviéramos que resumirlo en una sola frase, diríamos que estamos despertando", señala.

A renglón seguido, el documento insiste en considerar "válida" la "acción contra Ordóñez" de cara a "asimilar o comenzar a asimilar la nueva estrategia que debíamos encaminar y pasar de una fase de resistencia a una fase de construcción nacional".

En aquellas fechas, ETA comenzó la etapa que se conoce como de socialización del sufrimiento. Desde finales de 1994, los políticos del PSOE y, sobre todo, del PP se convirtieron en objetivo de la banda terrorista. Los jefes etarras animaban a los comandos a ponerles en el punto de mira. "El trabajo realizado ha comenzado a dar frutos y es momento para dar nuevos pasos", resumía ETA en su boletín.

Es más, la banda armada consideraba que "la participación de la Organización [ETA] en la acción contra Ordóñez" ayudó a la izquierda abertzale a "responder a una fase crítica" en la que había sufrido un "bajón de votos".

"Esta acción supuso un verdadero terremoto en toda la sociedad vasca y también dentro de la izquierda abertzale", celebraba la banda en su boletín. "Y daba a ver la dirección de la nueva línea: que la lucha no se limitaba a un partido entre la Guardia Civil y ETA, [sino] que también los políticos, que hasta ahora aparecían como limpios o fuera del conflicto, tenían una gran responsabilidad en el mismo y (...) que también les afectaba".

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El asesinato de Ordóñez, a los ojos de la banda terrorista en 1995, no sólo se limitó a "clarificar la línea política" de la izquierda independentista vasca, sino que "condicionó y golpeó la estrategia del enemigo".

¿Qué enemigo? A lo largo de las más de 40 páginas del documento, ETA también lo denomina "los partidos del Pacto". Se trata de los firmantes del Acuerdo de Ajuria Enea, rubricado en 1988 por, entre otros, Alianza Popular (antecesor del PP), el PSE-PSOE, PNV y el Centro Democático y Social (CDS).

Tras la muerte del político del PP, "el enemigo quedó totalmente fuera de juego" y, "frente a esta acción, los partidos del Pacto fueron incapaces de plantear una respuesta común; no pudieron asimilar un golpe como aquel".

Los GAL

Sobre el asesinato de Gregorio Ordóñez, el boletín señala que no fue "una acción de venganza". "En cambio, es una acción para condicionar la situación política, más aún cuando con el tema de los GAL queda en evidencia la participación directa de los políticos".

A finales de 1994, las informaciones sobre los Grupos Antiterroristas de Liberación señalaban a miembros del Ejecutivo de Felipe González. Por ejemplo, el 20 de diciembre de aquel año, El Mundo, dirigido entonces por Pedro J. Ramírez, publicaba que "[José] Amedo y [Michel] Domínguez colaboran con la Justicia e implican al Gobierno en el montaje de los GAL".

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El día previo, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ordenó el ingreso en prisión provisional del ex número dos del Ministerio del Interior Julián Sancristóbal. Además, en 1995, se descubrieron los cadáveres de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, asesinados por el GAL en 1983.

Aznar y el Rey

ETA también señala en su boletín otra "acción" que "hizo temblar los pilares del Estado": el intento de asesinato del entonces líder del PP, José María Aznar, en abril de 1995.

"A pesar de que no murió a consecuencia de la misma, la Organización puso en evidencia ante todo el mundo la capacidad que tenía para dañar al Estado", subraya.

No obstante, la banda armada señala el intento de atentado contra el rey Juan Carlos I como la "mayor prueba de la capacidad operativa" de los terroristas. "Aunque no pudo llevarse a cabo, todos los partidos del Estado se dieron cuenta de que sólo problemas de tipo técnico impidieron que se realizara", destaca el zutabe.

Asimismo, a lo largo de sus páginas, ETA incluye recomendaciones, propuestas y directrices al movimiento abertzale.

En febrero de 1995, se había celebrado un gran debate en el seno de la izquierda radical vasca. Este análisis cristalizó en una ponencia de Herri Batasuna, denominada Oldartzen, y en la cual se asumían las principales tesis de ETA. Según los terroristas, el asesinato de Ordóñez ayudó a "clarificar" las discrepancias.

En el zutabe, además, la banda terrorista pide acciones políticas concretas: insta "a euskaldunizar de arriba abajo todo el sistema educativo" y a reflexionar "sobre las funciones que deben cumplir" los cargos abertzales electos "en unas instituciones ajenas y opresoras".

Además, recomienda al "ciudadano vasco enfrentarse al ser español o francés (...) abriendo vías para no utilizar la documentación francesa o española y a "avergonzarse" y rechazar a los deportistas nacidos en Euskadi que se presentasen como españoles o galos.

También instan al boicot de la lotería estatal y, en aquel boletín interno de 1995, ETA se emplaza a abordar un debate en los próximos meses: "qué postura tendríamos los/las ciudadanos/as vascos/as en una Euskal Herria libre ante las culturas y las personas extranjeras" y "qué derechos tendrían los/las extranjeros/as en una Euskal Herria independiente".

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