Carmelo Ovono Obiang, hijo del dictador de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang, usó un avión presidencial del Gobierno del país para, supuestamente, cometer el secuestro de cuatro opositores al régimen de su padre.
Dos de esas víctimas, aunque nacieron en la nación centroafricana, tienen DNI español y denunciaron que, una vez fueron retenidos y encarcelados, sufrieron torturas.
Por estos hechos, tal y como informó EL ESPAÑOL, Carmelo Ovono, apodado Didi, está siendo investigado por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Su titular, el juez Santiago Pedraz, ha comandado las pesquisas, secretas hasta hace pocos días.
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Este periódico ha tenido acceso al sumario de la causa. Un reciente informe de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional confirma que Carmelo Ovono Obiang y los otros dos imputados —Nicolás Obama e Isaac Nguema— viajaron, "junto con los secuestrados, en el avión presidencial utilizado para (...) la operación".
El hijo del dictador también es el secretario de Estado del ministerio guineano encargado de la Seguridad Exterior del país. Obama es el ministro encargado de la Seguridad Nacional. Nguema, el director adjunto de la Seguridad de la Presidencia. En resumen, los tres imputados son figuras relevantes en la cúspide del régimen de Teodoro Obiang.
Los secuestrados son cuatro, pero sólo dos tienen DNI español. Se trata de Julio Obama y de Feliciano Efa. Ambos fueron miembros de las Fuerzas Armadas de nuestro país. El primero, cabo del Ejército de Tierra en la Legión. El segundo formó parte de la Brigada Paracaidista y llegó a estar desplazado en una misión en Líbano.
Al igual que los otros dos secuestrados —de nacionalidad ecuatoguineana—, son militantes del Movimiento de Liberación de Guinea Ecuatorial Tercera República (MLGE3R), un grupo opositor al régimen de Obiang, quien gobierna el país con puño de hierro.
Tal y como señala la Policía en su informe, el activismo de estos cuatro individuos "les sitúa per se en una situación de aislamiento social y económico de la inmensa mayoría de los miembros de la comunidad ecuatoguineana en España", cuyos miembros tienen un "fundado temor" a que la dictadura de Teodoro Obiang "les señale como opositores y tome represalias contra ellos o sus familias y allegados en Guinea Ecuatorial".
La Comisaría General de Información no considera al MLGE3R un grupo violento ni terrorista. La misma opinión tiene la Organización de Naciones Unidas (ONU). "Las acciones desarrolladas y los propósitos de dicha organización no suponen, bajo ningún concepto, una amenaza para la seguridad y el orden público español o de terceros países", señala la CGI.
Secuestro, tortura, juicio
Las conclusiones del informe son claras. En base a los testimonios de los propios secuestrados y de varios testigos protegidos, la Policía señala que el 15 de noviembre de 2019, los cuatro miembros del MLGE3R fueron detenidos en Yuba, la capital de Sudán del Sur.
Hasta allí se habían trasladado para buscar apoyos internacionales y financiación para su movimiento. El 12 de noviembre habían partido desde Madrid. Hicieron escala en Frankfurt (Alemania). Después, tomaron un vuelo a Addis Abeba, la capital etíope. Yuba era su última parada.
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Pero, en el aeropuerto sudanés, tal y como relata la Policía, les esperaba un jet privado perteneciente al presidente de Guinea Ecuatorial. "En el avión, habrían sido introducidos con un saco en la cabeza y un paño en la boca, estando esposados de pies y manos. Una vez dentro, les habrían puesto una inyección con una sustancia desconocida", relata el informe de la Policía Nacional, basándose en los testimonios de las víctimas y los testigos protegidos.
Según su versión, los cuatro opositores, una vez fueron trasladados a la cárcel guineana de Oveng-Azém, sufrieron torturas, "de forma reiterada", durante las primeras semanas de internamiento.
Así lo confirmó también uno de los testigos protegidos, un funcionario de prisiones encargado del pabellón donde fueron encerrados. La Policía destaca su "papel fundamental en la trasmisión de los mensajes, audios y vídeos, grabados y escritos por las víctimas y enviados a las personas de su confianza en España".
Este funcionario también fue quien señaló a Carmelo Ovono Obiang y a Isaac Nguema como los encargados de dirigir las sesiones de tortura y quienes daban órdenes a los que ejecutaban los castigos.
Los cuatro opositores fueron condenados in absentia —es decir, sin estar presentes en su propio juicio—, tras ser acusados de haber formado parte de un supuesto golpe de Estado contra Teodoro Obiang, ocurrido en 2017.
Aquella sentencia sirvió para que Sudán del Sur justificase su colaboración con Guinea Ecuatorial y les entregase. No obstante, ninguno de ellos aparecía en los listados de Interpol. Y varias organizaciones de derechos humanos criticaron la falta de garantías del proceso judicial.
Uso de aviones en secuestros
Según consta en la querella que inició este procedimiento, interpuesta por el abogado Aitor Martínez en representación de MLGE3R, ésta no fue la única ocasión en la que se habrían usado aviones oficiales para cometer secuestros a disidentes.
Uno de los casos que el letrado relató en su denuncia es el de Fulgencio Obiang Esono, nacido en Guinea pero nacionalizado italiano, y el de Francisco Micha Obama, refugiado residente en Madrid.
Ambos se encontraban en el aeropuerto de Roma el 17 de septiembre de 2018 y desaparecieron. Cuando se volvió a saber de ellos, estaban internos en la prisión de Black Beach, en Malabo. Hasta ahí habrían llegado en un avión presidencial, un Falcon 900.
Guinea entorpece
Investigar a la cúpula de Guinea Ecuatorial no ha sido fácil para la Policía. Así lo reconoce la CGI en su dosier, en el que lamenta la "falta de colaboración" del régimen de Obiang y los "mecanismos de presión" que desplegó contra "víctimas y testigos".
"Los delitos investigados son un suceso más de los muchos denunciados por la oposición en la sistemática represión (...) contra los críticos al régimen de Guinea Ecuatorial", señala la Policía.
"Durante el año 2018 serán abundantes las denuncias presentadas en España por diferentes responsables y miembros de partidos políticos opositores residentes en nuestro país; (...) hechos que, analizados en su conjunto, demuestran el aumento de la intensidad en la represión que el régimen ejercía a la diáspora de opositores en el exterior", añaden los agentes de la Comisaría General de Información.
Las labores de la diplomacia de nuestro país también cayeron, en su mayoría, en saco roto. La embajada española en Guinea intentó asistir a los dos detenidos. Cuando parecía que iba a ser posible, el régimen ecuatoguineano se escudó en las restricciones sanitarias derivadas de la Covid-19 para impedirlo.
La Policía recuerda que los diplomáticos españoles tuvieron que realizar "innumerables gestiones" tan sólo para confirmar oficialmente la mera detención de sus dos conciudadanos. Hubo "esfuerzos al más alto nivel", que se materializaron, incluso, en reuniones con ministros y con el presidente del país africano.
En reacción a las noticias sobre esta investigación judicial, el vicepresidente de Guinea, Teodorín Obiang, también hijo del dictador del país, ha asegurado que se trata de una estrategia para "desprestigiar" al Gobierno de su padre.
"¿De qué secuestro habla la prensa española si son individuos que estaban en busca y captura por haber intentado un golpe de estado en Guinea Ecuatorial?", ha escrito en su perfil de Twitter.
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