La insólita polémica entre Margarita Robles y la vocal Careaga por el "reparto de cromos" en el CGPJ
La ministra es la primera exvocal que admite ante un grupo de jueces que los nombramientos judiciales dependen de tener "padrinos" y apoyo asociativo.
24 abril, 2023 03:12El pasado 22 de marzo, Margarita Robles dejó de ocuparse por unas horas del Ministerio de Defensa para recuperar su faceta judicial. Y se montó el lío.
La ministra, magistrada del Tribunal Supremo hasta su pase a la política en junio de 2016, volvió al Consejo General del Poder Judicial para participar como ponente en un curso de formación reservado a jueces. Los términos de su sincera intervención ("me vais a permitir que sea políticamente incorrecta", anunció) molestó a la vocal Clara Martínez de Careaga, que le replicó en términos contundentes.
El rifirrafe, ante un auditorio constituido exclusivamente por miembros de la carrera judicial, tuvo lugar en el marco de un curso dedicado a La evolución del papel de las mujeres en la Justicia española.
Robles tenía un claro papel en él: fue la primera mujer en ser número uno de una promoción a Judicatura, en 1981; fue la primera magistrada en presidir una Audiencia Provincial, de la Barcelona, en la década de los 90, y fue la tercera en llegar al Tribunal Supremo, en 2004.
"Cuando yo llegué a la Audiencia Provincial de Barcelona como magistrada en 1984 no había mujeres y fueron momentos muy duros de agresiones sexuales. Lo que se decía a las víctimas era que no denunciaran. Que hubiera mujeres en la Judicatura, la Fiscalía o la Policía fue muy importante porque insistíamos hasta la saciedad en que había que denunciar", señaló Robles.
Dedicado a Irene Montero
También recordó que en aquella época "para la mujer violada ir a juicio era terrible" porque se cuestionaba su conducta ("qué hacía usted a las 12 de la noche volviendo a su casa, qué ropa llevaba"). "Me acuerdo de un interrogatorio en el que le dije al presidente de la sección 'o cortas este interrogatorio o yo me levanto y me voy'. Fue un inicio importante de cómo había que conducir los juicios, que no había que volver a revictimizar a las mujeres", dijo.
"Hemos sido muchas las mujeres -en el ámbito de la Judicatura, médicos, fiscales, policías, guardias, psicólogas- que durante muchos años hemos hecho un trabajo muy importante para llegar donde estamos hoy. Cuando veo algunas mujeres, con todos los respetos, que creen que hasta que no han llegado ellas nada se había hecho, no lo reivindico por mí, pero sí por todas aquellas que durante muchos años se han comprometido en la lucha contra la violencia de género y las agresiones sexuales", manifestó la ministra en inequívoca alusión a Irene Montero y otras responsables de Podemos.
El techo de cristal
Robles expresó su orgullo por ser jueza y por ver "esas promociones en las que las mujeres son mayoría", lo que no ocurría cuando ella accedió a la carrera judicial. Pero, "pese al número de mujeres, hay un techo de cristal a la hora de llegar a los cargos", dijo, metiéndose en harina.
"Me vais a permitir que sea políticamente incorrecta, o políticamente correcta, no lo sé, haciendo mi parte de autocrítica también", arrancó.
En referencia a ella misma y a sus compañeras de mesa (Milagros Calvo, primera magistrada del Tribunal Supremo, y María Eugenia Alegret, primera presidenta de un Tribunal Superior de Justicia), Robles manifestó que"nuestra carrera profesional y el sitio al que hemos llegado ha ido muy vinculado a pertenecer a una asociación". En su caso, Jueces y Juezas para la Democracia.
Tras indicar que "las mujeres estamos igual o más preparadas que los hombres, porque en nuestro ejercicio jurisdiccional hay un mayor nivel de exigencia", sostuvo que "tenemos que reconocer que si las mujeres no llegan más a los altos cargos discrecionales es por las decisiones que los distintos CGPJ, incluido el mío, hemos ido tomando".
"Lo puedo decir yo, que he sido presidenta de Audiencia y magistrada del Supremo. No digo que no tuviera mérito y capacidad, he trabajado mucho muchos años, pero también he tenido unos apoyos por el hecho de pertenecer a una determinada asociación", admitió.
"Reparto de cromos"
Según manifestó, "hay unas decisiones de política judicial [haciendo con las manos la señal de 'entre comillas'] sobre a quién se nombra. De tal manera que a mí hay muchas mujeres de la Judicatura que me han dicho 'es que yo no tengo padrino'. ¿Para qué voy a pedir [una plaza discrecional]? ¿Para qué voy a pasar por el escarnio de presentarme diciendo 'quiero ser presidenta de una Audiencia, de un TSJ, magistrada del Supremo' si sé que nadie en el Consejo me conoce, nadie en el Consejo ha leído mis sentencias y sé que a este otro o a esta otra, que ha trabajado mucho menos porque ha puesto muchas menos resoluciones, se la conoce porque pertenece a una asociación?".
Robles es la primera integrante del CGPJ que admite en una actividad oficial, ante los propios miembros de la carrera, que "el candidato más conocido o que está más recomendado es el que va a salir. Eso es así".
La ahora ministra, que fue vocal del CGPJ entre 2008 y 2013, profundizó en el polémico asunto: "Voy a hablar de mi Consejo para no hablar de otros. Pero es absolutamente lo mismo en todos".
"A la hora de decidir un nombramiento era más el reparto de cromos entre los unos y los otros y el que diga lo contrario no dice la verdad", afirmó.
"Y en ese reparto de cromos si le tocaba a alguien de la Asociación Profesional de la Magistratura y era mujer, estupendo; si era de Jueces para la Democracia y era mujer, estupendo. Pero si era mujer y no era de ningún sitio y no la conocía nadie -o no le conocía nadie- francamente lo tenía muchísimo más difícil".
El 'pasilleo'
La ponente no se dejó nada fuera y también habló del 'pasilleo': las visitas a los distintos vocales por parte de algunos candidatos a cargos discrecionales para saber si les van a apoyar o para, de forma más o menos abierta, pedirles el voto.
Margarita Robles dijo que "hay personas que consideran, con cierta razón, que cuando se pide un cargo eso de tener que pasar por los despachos de algunos vocales a presentarse y a pedir el voto no deja de ser humillante cuando uno lleva veinte, veinticinco años trabajando. Y eso es, desgraciadamente, así".
Cuando aún no había terminado de intervenir, la vocal Clara Martínez de Careaga, presidenta de la Comisión de Igualdad en el actual CGPJ y que se encontraba entre los asistentes al curso tras haberlo inaugurado, expresó su discrepancia con Robles respecto a la necesidad del apoyo asociativo para acceder a un cargo discrecional.
Martínez de Careaga, nombrada magistrada del Supremo precisamente por el CGPJ en el que estaba Margarita Robles, aseguró que, en su caso, su propia asociación, Jueces para la Democracia, no la había apoyado.
En una segunda intervención, ya durante el coloquio, la consejera discrepó de que en el actual CGPJ, que comenzó su andadura en diciembre 2013 bajo la presidencia de Carlos Lesmes, haya habido "reparto de cromos" entre el sector mayoritario y la minoría a la hora de elegir a los cargos judiciales.
En el CGPJ hay una mayoría "aplastante" de vocales propuestos por el PP, dijo, de modo que "durante todos estos años se aprobaba todo por mayoría simple y el grupo conservador tenía mayoría absoluta, o sea, que imagínate lo que podíamos hacer, no hemos podido realmente cambiar cromos".
Martínez de Careaga señaló que vocales como ella y Concepción Sáez (moderadora de la mesa de debate) se habían "desgañitado" en los plenos para que los nombramientos se hicieran por méritos.
"Nos hemos desgañitado en los plenos, yo sobre todo, Concha también, algunas personas que llevamos en el pleno una voz más de oposición, defendiendo a todas las personas que considerábamos valiosas", señaló.
El actual CGPJ
También sostuvo que "en nuestro Consejo no ha habido lo del 'paseíllo' por los despachos. En nuestro Consejo desde el principio se estableció el sistema de las comparecencias y se examinaba al candidato, con lo cual cuando luego te llamaban para ir a verte decías con toda naturalidad: 'no, no hace falta, porque voy a estar en la comparecencia' O, si no podías ir, veías la comparecencia antes del Pleno, ya que se grababa. Nos lo hemos evitado, es una suerte, porque no debe ser nada agradable". [Las comparecencias de candidatos a cargos judiciales discrecionales ante la Comisión de Calificación comenzaron en 2010 por acuerdo de 25 de febrero tomado por el CGPJ en el que estaba Robles].
Ante la cara de asombro de la ministra, Clara Martínez de Careaga prosiguió diciendo que "vuestro Consejo tenía una dinámica diferente. En el nuestro no hemos tenido la posibilidad de tener una comisión negociadora para negociar los nombramientos porque nos superaban de tal manera... Hemos visto que ha habido luego alguna clandestinidad que nos ha dejado decepcionados a muchos vocales. Pero estas perversiones, desde luego, abiertas no las ha habido".
"Y me da pena transmitir a todos los compañeros que están aquí que la tónica es ésa, que si no estás asociado no puedes llegar a nada. Yo no fui apoyada por mi asociación, me presenté dos veces y a la segunda salí. Hay veces, muchísimas, en que los apoyos son transversales y te votan vocales de otra sensibilidad y no te votan los tuyos. En este Consejo todos votamos a cara descubierta y consta en el acta. Podéis mirar las actas de estos nueve años. Hemos votado de manera transversal a los candidatos, hemos apoyado a candidatos asociados a APM, FV, JD, a muchísimos que no estaban asociados. En mi opinión, no ha habido ningún cambio de cromos. A lo mejor no todos, pero hemos ido a los plenos con total libertad".
Ninguna de las magistradas asistentes a la actividad formativa que intervinieron con posterioridad respaldaron lo manifestado por Martínez de Careaga. "La percepción unánime de la carrera judicial responde a lo que ha dicho Margarita Robles", resumió una de las que tomaron la palabra.
La propia Concepción Sáez discrepó de su compañera. "Lo de los pasillos existe, sigue existiendo. Y lo de que íbamos libremente a votar... pues en fin".