El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha finalizado la investigación del atentado de Algeciras, ocurrido en la tarde del 25 de enero de 2023 en la localidad gaditana. Y, en un auto fechado este martes, el magistrado sí califica el asesinato a machetazos del sacristán Diego Valencia como un acto de terrorismo.
A juicio del instructor, el suceso fue "resultado del proceso de radicalización exprés sufrido [por el autor del atentado] durante las semanas previas a la acción criminal, pudiendo catalogarse los hechos como un ataque de naturaleza yihadista".
Tal y como avanzó EL ESPAÑOL, la defensa de Yassine Kanjaa, el marroquí de 25 años que cometió el ataque, trató de demostrar que el joven padecía un trastorno mental para descartar así el móvil terrorista. Pero tanto Gadea como la Fiscalía y la Policía Nacional han considerado, a lo largo de todo el procedimiento, el atentado como de tipo yihadista.
"Las alteraciones psíquicas que pudiera sufrir (...) afectarían, de dictarse un pronunciamiento condenatorio, al alcance de la culpabilidad, sin afectar a la calificación de los hechos como terroristas", razona el juez en su auto.
Kanjaa fue detenido después de asesinar a machetazos al sacristán Diego Valencia y herir a otras cuatro personas; entre ellas, un párroco. Antes de ello, al filo de las siete de la tarde, había entrado en otra iglesia distinta e increpado a los feligreses.
[La defensa del asesino de Algeciras niega que sea yihadista y pone en duda su equilibrio mental]
Posteriormente, regresó a su casa y, como detalla el juez, apagó y guardó su móvil, "conscientemente", en un cajón. Tomó un machete "de grandes dimensiones", que escondió bajo su chilaba, y se dirigió a la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, donde ataca al sacristán Diego Valencia.
Contra los sacerdotes
Además, como desveló este diario, el joven marroquí trató de matar también a un musulmán con el que se cruzó de camino, al creer que se había convertido al catolicismo.
Es por ello, que, en su auto de este martes, Gadea subraya que los objetivos del ataque fueron "sacerdotes de la Iglesia católica y musulmanes que no siguen las directrices de los preceptos salafistas" y que la intención del atentado fue la de "alterar gravemente la paz pública, provocando un estado de terror en la población o parte de ella".
Tras haber "rematado en el suelo" a su víctima mortal, Kanjaa se dirigió a un tercer templo, el Santuario de Nuestra Señora de Europa. La puerta estaba cerrada y, pese a darle varias patadas, no pudo acceder a su interior.
Asesinato terrorista
El delito de asesinato terrorista que le atribuye el juez se castiga con prisión permanente revisable. Gadea, tras finalizar la instrucción, también considera a Kanjaa autor de un delito de lesiones terroristas, castigado con penas de hasta quince años de cárcel.
Tras ser detenido e ingresar en prisión provisional, los forenses de la Audiencia Nacional analizaron a Kanjaa. Y, en un informe provisional, recomendaron su ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario.
Según ese primer dictamen, Kanjaa presentaba una "sintomatología compatible con trastorno delirante". Desde entonces, la investigación judicial giró en torno a este asunto, si el joven era o no imputable en función de sus condiciones mentales.
No obstante, Gadea, cuando decretó prisión provisional sin fianza para Kanjaa, le atribuyó los delitos de asesinato y de lesiones con fines terroristas, postura que sigue manteniendo ahora, al finalizar la instrucción.
De hecho, tal y como avanzó este periódico, a través de una comisión rogatoria dirigida al Reino de Marruecos, el juez pidió los "antecedentes psiquiátricos" del investigado.
Equilibrio mental
Como publicó en exclusiva EL ESPAÑOL, la primera abogada de Kanjaa, una letrada del turno de oficio, negó que este joven marroquí fuese yihadista y puso en duda su equilibrio mental.
También solicitó que la causa fuese enviada a un juzgado de Algeciras, al descartar el móvil yihadista. Gadea lo denegó y esta decisión fue después confirmada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, la instancia superior al Juzgado.
Desde el primer momento, tanto la Policía Nacional como la Fiscalía sí apuntaron en la misma dirección: que los hechos tuvieron un claro carácter terrorista.
Precisamente, en su auto de este martes, el magistrado Gadea señala que Europol incluyó el atentado de Algeciras en uno de sus informes, "relacionándolo con otras acciones terroristas que tenían como objetivos concretos templos o personas de religión cristiana". Entre ellos, el ataque a la Iglesia de Notre Dame de Niza o los sucedidos en las de Saint-Etienne-du-Rouvray o en la parisina catedral de Notre Dame. Los tres ocurrieron en Francia desde 2015.
Además, el juez señala que Yassine Kanjaa incrementó el número de publicaciones de corte yihadista en su Facebook poco antes de cometer el atentado. "Si, durante los tres años que hacía desde que se abrió la cuenta, el investigado sólo había realizado dos publicaciones, en los veinte días anteriores al ataque efectúa 70 publicaciones", señala. Es por ello que el magistrado cree que sufrió un "proceso de radicalización exprés".
"Igualmente, resulta llamativo, en las conversaciones que mantiene el investigado con su madre mediante la aplicación de mensajería WhatsApp, el nivel de religiosidad que estaba adquiriendo en las semanas previas a la comisión de los hechos, circunstancia que es advertida por la madre de este en varias ocasiones", añade el juez.
Ya había sido identificado
Kanjaa ya había sido identificado y detenido en junio de 2022 en Algeciras. Entonces, la Policía comprobó que no llevaba documentación de ningún tipo que le permitiera residir en España. Automáticamente, se iniciaron los trámites para expulsarle a Marruecos, su país de origen. Un expediente que se hizo, según el Ministerio del Interior, "con todas las garantías", pero que nunca llegó a culminar en su expulsión.
Cuando cometió el atentado en Algeciras, no estaba siendo vigilado por los grupos de Información de la Policía Nacional, dedicados a la lucha antiterrorista, ni por parte de otras unidades policiales. A los agentes no les consta cómo entró en España ni cuándo.
Antes, en agosto de 2019, consiguió ingresar, montado en moto acuática, en Gibraltar. Tras ser arrestado por las autoridades gibraltareñas, el 2 de agosto de ese año, fue expulsado a Marruecos apenas una semana después. Y en una fecha indeterminada, pero posterior a estos últimos hechos, entró en España.
Piso okupa
Yassine Kanjaa nació en octubre de 1997 en Marruecos. Llevaba meses viviendo como okupa en un piso de la calle Ruiz Ragle, muy cerca del centro de Algeciras y a apenas 90 metros de la iglesia donde cometió el atentado. Compartía casa con otras cuatro personas de origen magrebí.
Interrogadas por el juez, confirmaron que el comportamiento de Kanjaa era "normal" hasta un mes antes del ataque. Sus compañeros de piso señalaron que el detenido, un tiempo atrás, bebía alcohol y fumaba hachís, pero que empezó a escuchar de manera asidua versos del Corán y discursos radicales a través de su móvil.
Cuando cometió el ataque, Kanjaa carecía de los papeles necesarios para residir en España y tenía una orden de expulsión a Marruecos desde hacía siete meses, que Interior aún no había ejecutado. Tal y como ha publicado este periódico, de todas las órdenes dictadas, apenas un 4% de ellas llegan a efectuarse.