El etarra Javier García Gaztelu (apodado Txapote) se sentará, de nuevo, este miércoles en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional. En esta ocasión, por el asesinato del concejal del PP en Rentería Manuel Zamarreño.
El ataque se produjo el 25 de junio de 1998 y también provocó heridas a un escolta, miembro de la Ertzaintza.
En su escrito de acusación, la Fiscalía de la Audiencia Nacional pide condenar a Txapote a más de un siglo de prisión. Concretamente, a 120 años, por un delito consumado de asesinato, por el intento frustrado de asesinato (lo que se conoce como "en grado de tentativa") del agente de la Policía vasca (20 años), otros dos delitos de "asesinato con finalidad terrorista en grado de tentativa" (dos décadas de cárcel por cada uno), un delito de fabricación de explosivos (10) y otro, de estragos terroristas (20).
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El fiscal del caso también pide las mismas penas para la etarra Irantzu Gallastegi (alias Amaia), quien habría colaborado con Txapote en el ataque, también como parte del comando Donosti.
"Una vez conformado, [los dos acusados] recibieron la instrucción de la banda terrorista de matar a miembros del Partido Popular. Para ello, se fijaron en el concejal de dicho partido en el Ayuntamiento de Rentería Manuel Zamarreño", reza el escrito de acusación de la Fiscalía.
"Para llevar a efecto su plan homicida, decidieron colocar un artefacto explosivo en una motocicleta que estacionarían en la vía pública en un lugar próximo a aquél por el que transitara el señor Zamarreño, asumiendo el riesgo de afectar, no sólo a los bienes, sino a la vida de terceras personas, y, especialmente, del agente policial que desarrollaba funciones de escolta de aquél", añade el fiscal.
El artefacto explosivo estaba compuesto por entre uno y dos kilos de amosal, una mezcla de nitrato de amonio, cloruro de sodio y aluminio. Además, estos productos se acompañaron con clavos para que ejercieran de metralla.
A causa del estallido, resultó herido un segundo agente de la Ertzaintza. La explosión le ocasionó múltiples heridas en la piel, quemaduras, sangrado y una hemorragia y una úlcera en el ojo derecho, además de la perforación de ambos tímpanos, lo que redujo su calidad auditiva.
Dos personas que caminaban por la zona también sufrieron heridas debido al ataque, que ocasionó daños, valorados en miles de euros, a los inmuebles y las infraestructuras cercanas.
El atentado fue reivindicado poco después por ETA mediante un comunicado publicado en un diario vasco. Cuando fue asesinado, Zamarreño estaba casados y sus dos hijos aún eran menores. Txapote, por otras condenas anteriores, está interno en una prisión vasca, a la que fue trasladado en 2022 desde la madrileña cárcel de Estremera.