En el ordenador ubicado en el salón de su casa, la Policía encontró "vídeos editados por el Estado Islámico" destinados a instruir a los menores de edad. El relevante matiz era que aquellos clips enseñaban a resolver problemas matemáticos... pero usaban como ejemplo armas de fuego.
El marroquí Kali Khaled fue detenido en 2021 en Santa Olalla (Toledo) y será juzgado a partir de este lunes en la Audiencia Nacional. La Fiscalía solicita para él ocho años de cárcel por los delitos de enaltecimiento del terrorismo y de autoadoctrinamiento.
El fiscal Miguel Ángel Carballo enumera en su escrito de acusación todo el material encontrado en los distintos dispositivos incautados a Khaled. "Contaba con vídeos escolares para la enseñanza de asignaturas comunes, pero que, al ser editados por el Estado Islámico, [los menores] son imbuidos de sus doctrinas violentas, hasta el punto de que los ejemplos de sumas en Matemáticas se ejemplifican con imágenes de armas", relata el documento
Kali Khaled tiene dos hijos gemelos, nacidos en 2009. La investigación policial constató, al analizar el historial de búsquedas, que era muy probable que los niños usaran ese mismo ordenador, ya que existían conexiones a webs educativas de Castilla-La Mancha. En ese mismo PC también almacenaba "libros de Educación Primaria y Secundaria editados por Estado Islámico".
El Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, del que es titular el juez Santiago Pedraz, propuso juzgarle por ambos delitos: enaltecimiento del terrorismo y autoadoctrinamiento.
Desde el día que fue arrestado, Khaled permanece en prisión provisional, por lo que no se descarta un pacto con la Fiscalía este próximo lunes, cuando el acusado se siente frente a los jueces de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
El material radical hallado en su móvil y su ordenador no queda ahí. El detenido también custodiaba manuales para fabricar explosivos y libros que enseñaban a extraer venenos y sustancias tóxicas de las plantas. Carballo expone en su escrito que pretendía usar estos conocimientos "con fines terroristas".
Los títulos de los dosieres son bastantes ilustrativos. Uno es un manual de ciencias militares y se llama La guerra de los venenos. Otro, Mátales en silencio.
La Policía Nacional halló gran cantidad de vídeos de temática radical en poder de Khaled. Por ejemplo, un clip que enseñaba a desmontar por completo un Kalashnikov.
La Fiscalía advierte en su escrito que ello permitiría portar el arma en plena calle, oculta en una mochila, sin ser detectada. Una gran parte de los clips e imágenes analizadas por la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional constata el especial interés del detenido en el adiestramiento y la radicalización de menores.
Por ello, el fiscal del caso recalca el "evidente peligro" de que los dos menores estuviesen expuestos a contenido propagandístico y violento, almacenado en el ordenador colocado en el salón de su domicilio.
Lo que sí ha quedado constatado es que Khaled sometía a sus hijos a una "severa educación" religiosa. Las conversaciones telefónicas analizadas por la Policía incluyen los reproches del padre a los dos niños ante "el más mínimo incumplimiento de la abstinencia en el periodo del Ramadán".
La nueva yihad
El escrito de acusación de la Fiscalía también advierte de las nuevas tendencias de la llamada yihad global. Actualmente, el Estado Islámico llama a sus seguidores a cometer atentados en los países en los que residan. La intención del grupo terrorista es la de generar un "estado de terror" en Occidente.
Por ello, permite la comisión de atentados sin necesidad de autorización previa y usando cualquier medio disponible: desde artefactos caseros a armas profesionales. En este proceso de radicalización desempeñan un rol fundamental las redes sociales. Ése fue el caso de Khaled, asiduo a visitar grupos radicales en Facebook y a enaltecer públicamente el terrorismo en la red social, según el relato de la Fiscalía.
De hecho, el fiscal Carballo relata que su "actividad virtual" y el material incautado por la Policía llevan a pensar que, hasta que fue detenido, este marroquí padre de dos hijos menores, podía estar dando "los pasos necesarios para la elaboración de un atentado terrorista".