Ana Pontón, Alfonso Rueda y José Ramón Gómez Besteiro, antes de comenzar el debate en TVG, la semana pasada.

Ana Pontón, Alfonso Rueda y José Ramón Gómez Besteiro, antes de comenzar el debate en TVG, la semana pasada. EFE

Política ELECCIONES GALLEGAS

Las 10 claves de las elecciones gallegas: del liderazgo de Feijóo al plebiscito ante la amnistía

El PP se juega la mayoría absoluta frente a un bloque liderado por el BNG y con el PSOE cerca de su peor resultado histórico.

17 febrero, 2024 03:23

Después de cuatro mayorías absolutas del PP en Galicia, liderados por Alberto Núñez Feijóo, las previsiones indican que las elecciones del domingo se presentan ajustadas y el resultado final tendrá notables repercusiones para la política nacional, en medio de una legislatura cargada de incertidumbres.

Podría decirse que Feijóo tiene mucho que perder y que Pedro Sánchez tiene mucho que ganar. El líder del PP ha hecho lo que no permitió que le hicieran a él cuando era presidente de la Xunta y ha protagonizado una campaña como si fuera el candidato en lugar de Alfonso Rueda: ha nacionalizado la pugna electoral.

Y el líder del PSOE y presidente del Gobierno ha apostado todo a que el bloque formado por nacionalistas y socialistas acabe con la mayoría absoluta del PP.

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Además, hay otras derivadas que tienen que ver con el rechazo de medidas como la ley de amnistía o el futuro del espacio situado a la izquierda del PSOE y, más concretamente, de Yolanda Díaz.

Estas son las 10 claves fundamentales de los comicios, los 10 puntos fundamentales a los que habrá que atender para interpretar los resultados el domingo por la noche:

1. Galicia, como feudo simbólico 

Salvando algunas distancias, Galicia es para el PP lo que fue Andalucía para el PSOE. Si Alfonso Rueda pierde el Gobierno de la Xunta será un cataclismo para el PP en su principal feudo. 

Así fue para el PSOE perder la Junta de Andalucía en su momento, tras años de hegemonía absoluta. Tanto, que en las siguientes elecciones el PP logró mayoría absoluta en esa comunidad y el PSOE inició una difícil travesía.

Los populares han gobernado en Galicia casi todo el periodo constitucional, salvo dos legislaturas. La última concluyó en 2005, tras un Gobierno de coalición entre PSdG y BNG. Ahora busca su quinta mayoría absoluta sucesiva.

En este momento el PP tiene el mayor poder autonómico que ha tenido antes cualquier partido en España y sería llamativo que, al tiempo, pierda su feudo tradicional.

2. Examen al liderazgo de Feijóo

El líder del PP abandonó la Xunta de Galicia, donde reinaba con mayoría absoluta holgada, para hacerse cargo del principal partido de la oposición, tras el golpe interno contra Pablo Casado.

Llegó a ganar las generales de julio de 2023, pero sin lograr su objetivo de ser presidente del Gobierno.

Dejó al frente de la Xunta a Rueda, confiándole la difícil tarea de repetir la mayoría absoluta. Feijóo se juega comprobar si su apuesta ha funcionado.

Tanto ha apostado por esa vía, que se ha volcado en la campaña como si fuera el cabeza de lista. Hay que recordar que él no permitió a Pablo Casado participar en su campaña en 2020 y acudió a aquellas elecciones autonómicas prácticamente ocultando las siglas del PP.

Por todo eso, si el PP perdiera el Gobierno de la Xunta habría tormenta interna en el partido, muy dado a las inquietudes sobre sus líderes. Además, ha hecho que se nacionalice la campaña más allá de lo que hubieran querido algunos barones del PP. Y el traspié de sus palabras sobre la amnistía y los indultos han marcado una parte de la agenda electoral. Por eso se la juega.

3. Sánchez busca ganar margen

Pedro Sánchez no tiene nada que perder en Galicia porque, en realidad, nada tiene en Galicia.

Si el PP pierde la mayoría absoluta y la Xunta, el líder socialista conseguirá debilitar a su principal oponente y, como presidente del Gobierno, tendrá más margen de maniobra para avanzar en su hoja de ruta de pactos con los partidos independentistas, especialmente, lo referido a la amnistía.

Sánchez podría vender que el PP pierde la Xunta por la estrategia de oposición de Feijóo. Sin embargo, eso ocultará que los socialistas pasarán, con seguridad, a ser el tercer partido de Galicia, cediendo el segundo lugar al BNG.

Los socialistas, según todas las encuestas, rondarán el 15% del voto, lo que supone un grave inconveniente, teniendo en cuenta que en el País Vasco le puede ocurrir lo mismo y que en Madrid ya son también terceros.

El PSOE mitiga este hecho asegurando que son votos estratégicos, es decir, que en Galicia los electores diferencian mucho entre voto en generales y en autonómicas.

La lista de los socialistas la encabeza José Ramón Gómez Besteiro, impuesto por Sánchez.

4. La influencia de Vox

El PP de Feijóo logró durante años mantener en la irrelevancia a Vox, sin que el partido de Santiago Abascal logre escaño alguno. De esta forma no necesitaba pactar con la extrema derecha y, además, el PSOE no podía usar el argumento electoral del miedo.

Ninguna encuesta le atribuye escaños, porque no supera el 5% en ninguna circunscripción, y el PP ha hecho campaña apelando al voto útil, es decir, intentando acaparar a los votantes de Vox con el argumento de evitar ayudar al bloque de la izquierda y los nacionalistas.

5. El debate sobre la amnistía

El PP decidió adelantar las elecciones unos meses para aprovechar el impulso de las críticas a los pactos de Sánchez con los independentistas catalanes, especialmente, la amnistía.

El equipo de Feijóo forzó la máquina hasta el punto de convertir las elecciones casi en un plebiscito sobre este asunto. El PSOE aplazó hasta después de las elecciones el acuerdo con Junts para sacar adelante la ley de amnistía en el Congreso.

Todo cambió hasta que Feijóo, en una comida con periodistas, habló de sus contactos con Junts sobre la investidura que luego fue fallida, los indultos y hasta la acusación de terrorismo contra Carles Puigdemont. El PSOE explotó entonces ese desliz.

El PP explica ahora que Galicia es una especie de microclima que está al margen de este asunto.

Si el PP perdiera la mayoría absoluta y el Gobierno de la Xunta, Sánchez se sentiría legitimado para seguir adelante con la amnistía y asegurará que se ha castigado la política hiperbólica de oposición.

6. BNG, clavo ardiendo del PSOE

El PSOE no tiene ninguna posibilidad de ganar las elecciones, ni de ser el segundo partido después del PP.

En estas elecciones el clavo ardiendo de los socialistas se llama Ana Pontón, la cabeza de lista del BNG. Sólo ella compite con Rueda por la Presidencia de la Xunta de Galicia.

El coste para el PSOE es quedarse en su peor resultado en esta comunidad, pero con la paradoja de poder gobernar en coalición con los nacionalistas. Ya lo hicieron en 2005, pero con la diferencia de que entonces eran los socialistas los que encabezaban la coalición.

Así es porque el BNG ha sabido poner delante su posición de partido de izquierdas antes que sus reivindicaciones de las identitarias, para aglutinar el voto útil frente al PP.

7. Examen a Yolanda Díaz en su casa

La líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno está aún en fase de construcción de su opción política. En estas elecciones, ha apostado por Marta Lois como cabeza de lista y la candidatura ha quedado aprisionada en la polarización entre PP y BNG.

Gran parte del potencial voto de Sumar se ha concentrado en el BNG y, según todas las encuestas, no está garantizado que pueda superar el 5% que da posibilidad a obtener escaños. 

Es decir, corre el riesgo de ser irrelevante precisamente en la comunidad de origen de Yolanda Díaz. Se mide también la estrategia de la vicepresidenta respecto a Podemos y, en cierto modo, el futuro de su formación política.

8. La viabilidad de Podemos

Son las primeras elecciones en las que Podemos comparece en solitario tras su salida de Sumar y del Gobierno de coalición. Sus expectativas son pésimas, según todas las encuestas, sin opción alguna de obtener escaño.

De hecho, el anterior líder de Podemos, Pablo Iglesias, llegó a pronunciarse a favor de que Podemos se retirara y pidiera el voto para el BNG.

9. Enseñanzas para el País Vasco

La fragilidad de la legislatura se mide en la influencia de las distintas elecciones previstas para este año. Tras las gallegas, las siguientes serán las del País Vasco, donde competirán PNV y Bildu, dos de los socios preferentes de Pedro Sánchez.

En esas elecciones, el PSOE tampoco tiene más opción que ser tercero, aunque podrá elegir, previsiblemente, si apoya un gobierno encabezado por PNV o por Bildu; el PP sólo puede aspirar a recuperar algo de terreno, y Sumar sólo puede intentar entrar en el Parlamento vasco.

Y para los partidos nacionales la enseñanza será si es rentable nacionalizar las campañas electorales autonómicas. Es decir, si es rentable hablar de amnistía en esas campañas.

10. Gran encuesta de las europeas

En junio serán las elecciones europeas, en las que el PP aspira a castigar al Gobierno del PSOE. En esas elecciones no hay opción a apelar al voto útil o al miedo a que gobierne la extrema derecha, porque no se deciden gobiernos.

Será otra campaña electoral en la que Feijóo parta con muy buenas expectativas. En las generales, ese favoritismo no se tradujo finalmente en llegar a la Moncloa, y en las gallegas, las opciones del PP han ido descendiendo según avanzaba la campaña.

El PP pretende mantener el debate sobre la amnistía hasta la campaña de las europeas, como gran baza electoral.