Pasan unos pocos minutos de las diez de la mañana y Rodrigo Rato coloca, una a una, dos botellas de agua y una lata de Coca-Cola Zero en la mesa ante la que se sientan los acusados. La presidenta del tribunal le pregunta si tanto las dos Bezoyas como el refresco son suyas.
—No creo que le dé tiempo a beberse todas— le advierte la magistrada, entre risas.
—Por si tengo que aguantar hasta mañana...— señala, decidido, Rato.
A su llegada (en moto) a la Audiencia Provincial de Madrid, el exministro de Economía, exvicepresidente del Gobierno, expresidente de Bankia y antiguo director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya había advertido a la prensa que le esperaba en la puerta que pasaría "cuatro horas" declarando ante el tribunal para reivindicar su inocencia, en la que sigue insistiendo. Y Rato ha cumplido su palabra: durante la cuadragesimoprimera sesión del juicio en su contra, ha respondido a las preguntas de su abogada y otra de las defensas hasta casi las dos de la tarde.
Todo ello, para defender que su fortuna creció legalmente, pese a que la Fiscalía sospecha que cometió varios delitos de fraude fiscal y que su vasto patrimonio deriva de supuestas comisiones irregulares cobradas a través de contratos de publicidad firmados cuando el exministro presidía Bankia.
De hecho, las primeras palabras de Rato frente al tribunal han sido un duro reproche a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado. Especialmente, ha cargado contra este último.
"Este señor que está aquí, el primer día de juicio, dijo que Luxemburgo es un territorio opaco para la agencia pública española. Es muy fuerte que un abogado del Estado de la agencia tributaria diga que Luxemburgo es un territorio opaco para la agencia española. ¿Es que nos toman por tontos? Venga, hombre, es indignante...", ha lamentado.
"No les voy a contestar, habida cuenta de que la acusación usa correos no expurgados en los que se violenta...", se ha quejado Rato, antes de ser interrumpido por la magistrada-presidenta. "La valoración de la prueba no le corresponde a usted", ha advertido la jueza. "[Esos correos] afectan a terceras personas y yo no voy a contribuir a eso", ha replicado el acusado.
Rodrigo Rato está acusado de 11 delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y corrupción en los negocios. Anticorrupción, que le ubica como beneficiario de un entramado societario internacional, solicita para él una pena de 70 años de cárcel por haber defraudado, supuestamente, unos 8,5 millones en la gestión de su patrimonio.
A preguntas de su abogada, María Massó, Rato ha explicado que una parte de su patrimonio se debe a haber heredado fondos que su padre tenía en Suiza. "Me hice cargo [de ellos] en 2004. Yo estaba en Washington [como director del Fondo Monetario Internacional]. Era una cartera muy conservadora creada en los años 90", ha sostenido el expolítico, antes de aclarar que ni introdujo ni retiró fondos de esa cartera.
En el caso de otra compañía, ha indicado que su hermano y su cuñado le "informaban" periódicamente de la gestión de la sociedad. "Yo no estaba involucrado en el día a día", ha sostenido el acusado.
"Movimientos razonables"
Asimismo, ha indicado que gran parte de los años 2005, 2006 y 2007 residió en Estados Unidos, a fin de desvirtuar la acusación de fraude fiscal que le atribuye la Fiscalía. "En 2005, viví 206 días en Washington, a todos los efectos, y 85 estuve viajando. En 2006, estuve en Washington 227 y 80. En 2007, 225 y 24... Es increíble que funcionarios en el ejercicio de su cargo puedan decir esas falsedades. Es que es muy fuerte... Que se diga que yo he estado diez días en Estados Unidos [cuando dirigía el FMI y residía allí]...", se ha quejado Rato, en alusión a la Abogacía del Estado.
Durante su interrogatorio, a preguntas de Massó, ha confirmado que poseyó otra cartera, "más agresiva" que la heredada, creada con los 770.000 euros derivados de la devolución de un préstamo.
A su vez, ha negado que las "ganancias no justificadas" que le atribuye Anticorrupción sean tal y ha subrayado que no tiene "ninguna sicav ni sincav". Ha confirmado que creó un trust para que sus hijos "pudieran ser los herederos directos" de cierta empresa, pero ha asegurado que no es el titular de ciertas compañías a las que el Ministerio Público sí le vincula. "Esta pretensión de que cualquier persona que trate conmigo soy yo... Pues no. Ojalá toda persona que trata conmigo su dinero fuera mío, pero no es así", ha ironizado.
"Los fondos son todos perfectamente identificables y los movimientos tienen una explicación razonable", ha detallado desde el banquillo, antes de aclarar que una de sus cuentas investigadas en EEUU es la vinculada a su labor en el FMI y seguía activa, pese a haber cesado en el cargo de director gerente del Fondo, para recibir la pensión que le corresponde por haber ocupado dicho puesto. "Lo podemos vestir más o menos, pero el dinero es el que es y no hay más", ha resumido el acusado.
Al filo de las dos de la tarde, la presidenta del tribunal ponía fin a la sesión de este miércoles. "¿Y mañana terminaremos?", ha preguntado la juez. "Sí... Eh... Vamos por 2012. Si no terminamos mañana quedará, a lo mejor, un poco para otro día. Hay mucho que ya está dicho...", ha anunciado Massó. "Rodrigo Rato lleva nueve años esperando hacer esta declaración, quiere explicar las cosas bien", ha explicado la letrada.
El juicio continuará mañana a las 09.30 horas. "Intentaremos terminar mañana. A ver si nos da tiempo", ha planteado la magistrada, tras adelantar 30 minutos la hora de inicio de la cuadragesimosegunda sesión del juicio contra el exministro y el resto de acusados. Sobre la mesa, seguían la lata de Coca-Cola Zero, sin líquido en su interior, y las dos botellas; sólo una de ellas vacía.