Los expertos reunidos en el V Simposio del Observatorio de la Sanidad, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia y que tiene lugar durante esta semana en Universidad Camilo José Cela de Madrid, han reflexionado sobre la incidencia de las enfermedades cardiovasculares. Mejorar la prevención, el uso de datos y la equidad en el tratamiento destacan entre las claves para mejorar la lucha contra esta lacra de las sociedades modernas.
Inmaculada Gil, directora general de Daiichi Sankyo España, ha subrayado que, a pesar de los esfuerzos realizados, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte entre las mujeres. Además, ha mencionado que alrededor de dos millones de personas en España se benefician de los medicamentos que su compañía ha desarrollado, lo que contribuye al aumento de la esperanza de vida en el país.
Gil también ha destacado la importancia de la Estrategia en Salud Cardiovascular en España, que considera que ha posicionado al país como un referente en el ámbito internacional. Sin embargo, ha recalcado que no sólo hace falta una estrategia clara, sino también mayores recursos y determinación por parte de las autoridades para implementarla eficazmente. "El 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares se podrían haber evitado", ha afirmado.
Además, Gil ha señalado tres pilares clave para afrontar los retos del sistema: la prevención, el tratamiento de datos mediante inteligencia artificial y garantizar la equidad en el acceso a los tratamientos, independientemente de factores geográficos, de género o socioeconómicos.
Por su parte, José Luis Zamorano, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha destacado que, aunque la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha comenzado a disminuir, los datos siguen siendo preocupantes. "Gracias a Dios, la enfermedad cardiovascular ha dejado de ser la primera causa de mortalidad, pero por muy poco. Aún queda mucho por hacer", ha afirmado.
Además, ha subrayado que históricamente se ha asociado la enfermedad cardiovascular con los hombres, lo que ha llevado a una falta de atención a las mujeres. "No sólo es la primera causa de muerte en mujeres, sino que tiende a aparecer antes", ha señalado, enfatizando la necesidad de cambiar esta percepción y de abordar el problema con más énfasis en el género.
Zamorano también ha insistido en la importancia de la continuidad asistencial para los pacientes cardiovasculares, ya que "son enfermos de por vida". Ha señalado que, si bien el control primario es clave, los pacientes no deberían estar obligados a acudir al hospital de manera constante. En su lugar, ha propuesto fortalecer la asistencia primaria y garantizar el contacto continuo con los especialistas.
En cuanto a la prevención, Zamorano ha sugerido dos medidas clave: la introducción de normas de prevención fáciles en los colegios, comparables a un "código de circulación", y el uso de datos avanzados para la medicina predictiva.
También ha destacado la importancia de la tecnología en la detección temprana de enfermedades cardiovasculares y ha puesto como ejemplo programas que, en algunas farmacias de Reino Unido, ya ayudan a identificar enfermedades de forma precoz. En la Comunidad de Madrid, ha señalado, se ha previsto un programa de atención primaria para detectar valvulopatías con el uso de inteligencia artificial.
Ambos expertos coinciden en que la tecnología jugará un papel crucial en el futuro de la cardiología, tanto en la prevención como en el tratamiento de las enfermedades. Sin embargo, han hecho hincapié en que aún se necesita una mayor interconexión entre los diferentes sistemas sanitarios autonómicos, permitiendo un acceso compartido a las historias clínicas de los pacientes para mejorar su atención.