En la tercera jornada del I Observatorio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que concluye este viernes, una de las mesas de conversación y debate ha sido la que tiene como protagonista el Objetivo 6 (Agua limpia y saneamiento).
En ella han participado tres voces expertas sobre este asunto, que han disertado sobre la importancia del abastecimiento de agua dulce tanto para el consumo humano en las poblaciones humanas, como para el regadío de los cultivos.
Existen miles de millones de personas que todavía carecen de este bien básico en múltiples lugares del mundo. Además, ahora tras la pandemia, se ha puesto de manifiesto la importancia vital del saneamiento y la higiene.
Falta agua
Una de las consecuencia directas del cambio climático es la escasez de agua, y en España los problemas derivados de esta sequía se están padeciendo intensamente. A este respecto, el profesor de Retos Medioambientales Globales en la UC3M, Jesús Gamero Rus, asegura que "sequías hemos vivido muchas antes, pero la escasez entendida como algo vinculado a la incidencia del cambio climático, parece que viene a quedarse, por lo que tenemos que adaptar nuestras sociedades a esta escasez de agua".
Sobre esa idea de adaptación también ha reflexionado la presidenta de Women Action Sustainability (WAS), Mónica Chao Janeiro, que afirma que "estamos muy centrados en la acción climática para la mitigación, como reducir las emisiones de CO2, pero tenemos que abordar la adaptación a las consecuencias del cambio climático [...] No podemos esperar a que llegue 2030 para adaptarnos".
Por su parte, el presidente de Seopan, Julián Núñez, considera que "a relevancia del agua no la marcan las empresas, sino las necesidades del país", y explica que "el 18% de nuestra economía son actividades que dependen mucho del agua, como por ejemplo el turismo".
Sin embargo, Núñez percibe una falta de inversión en nuestro país a raíz de la crisis de 2008 que, dice, "nos ha puesto en una situación difícil. Por ejemplo, tenemos casi 2 millones de viviendas que no tienen servicios de depuración, y los problemas se agravan en la España vaciada".
Acción y adaptación
En línea con ese concepto de adaptación de la sociedad a las consecuencias del cambio climático, Gamero se centra en una perspectiva social, alejada del "constante crecimiento económico", que considera incompatible con la sostenibilidad. El profesor pone el ejemplo del turismo: "Queremos un turismo sostenible pero seguimos jugando al turismo de masas", queremos una ganadería sostenible pero continuamos ejerciendo la ganadería intensiva".
Gamero apunta que, "cuando hablamos de tecnología, no debemos caer en falsos mitos como 'si nos falta agua hagamos más embalses y pantanos' y eso nos puede llevar a error. Está bien que se trabaje en nuevas infraestructuras, pero no deben ser para seguir alimentando el modelo de crecimiento económico ilimitado".
Para él, primero "hay que ver el modelo económico que queremos y después, y en base a eso, empezar a construir infraestructuras. Hay que trabajar con la sociedad y, a partir de ahí, actuar".
La perspectiva del presidente de Seopan es más desde el punto de vista de la inversión, ya sea pública, privada, o una mezcla entre ambas. "En España, desde el año 2010 no se ha invertido en planificación hidrológica. La media de inversión en nuestro país en estos últimos años son solo 1.000 millones de euros", denuncia.
Núñez considera que "España tiene que aspirar a ser el país más sostenible del mundo", pero achaca falta de voluntad política y ausencia de debate". El empresario concluye asegurando que "el mundo llega tarde a esta agenda 2030, tenía que haber sido 2020. Pero los gobiernos se han centrado en cosas como el control de la inflación, por eso la agenda llega 10 años tarde".
Chao ha incidido en la importancia vital del agua, aseverando que "a veces pensamos que el medioambiente es algo ajeno a nosotros, pero si tenemos agua tendremos futuro como especie. Cuando hablamos de agua también hablamos de biodiversidad e, incluso, de instituciones".
La presidenta de WAS considera que "las claves son la eficiencia y la tecnología, pero la eficiencia real. No puede ser que se hagan inversiones e infraestructuras, como en el sector inmobiliario, donde no se ponga la gestión de agua de una forma integral".