La distribución farmacéutica española requiere un acuerdo entre la Administración y todos los actores involucrados en el sector sanitario para monitorizar los medicamentos y evitar desabastecimientos.
Eduardo Pastor y Antonio Mingorance, presidentes de las cooperativas Cofares y Bidafarma, han participado en la tarde del lunes en el IV Simposio del Observatorio de la Sanidad, en un encuentro en el que han repasado los retos del sector.
Los presidentes de Cofares y Bidafarma han coincidido, en un diálogo moderado por Mercedes Rivera, redactora de Sanidad de EL ESPAÑOL-Invertia, en la necesidad de hacer un seguimiento medido de los fármacos en España para evitar que falten determinados medicamentos en las farmacias.
"Si se quisiera podría hacerse una monitorización de los fármacos, se puede hacer con los medicamentos que resultan ser más escasos; ya se intentó hacer en el caso de la amoxicilina, si hay voluntad es posible, y en la distribución y en las farmacias la hay, es un problema que no va a desaparecer", ha indicado Antonio Mingorance.
El presidente de Cofares ha advertido que se trata de un problema, en todo caso, de escasez, "no de desabestecimiento". Existen unas nuevas patologías "que han generado una demanda elevada de nuevos fármacos; sería interesante tener en tiempo real qué moléculas se requieren", ha señalado Pastor.
Tanto Mingorance como Pastor han apuntado también que otros factores, como los precios fijados de los medicamentos, o el acaparamiento de ciertos fármacos en determinados momentos, inciden en el desabastecimiento.
Los presidentes de Cofares y Bidafarma se han referido a la posiblidad de crear un registro nacional de medicamentos necesarios en una crisis sanitaria, como puso en evidencia la crisis del Covid y como se ha valorado en otros países europeos. Pero ambos han lamentado que se trata de una posibilidad que, a corto plazo, no se hará realidad.
"La idea de tener un almacenamiento de fármacos de emergencia surgió tras la pandemia; contamos con almacenes cercanos a la población, en España hay 200 almacenes de distribuidores farmacéuticos, con una carga importante de medicamentos", ha explicado Eduardo Pastor.
"Hemos observado la posibilidad de que la Administración contara con una reserva de medicamentos, y ahí no pueden ser otros más que las cooperativas y las farmacias las que lo lleven a cabo, la propuesta está sobre la mesa", ha añadido. "Que la Agencia del Medicamento nos dijera qué moléculas serían necesarias en una crisis, a través de la tecnología ahora mismo podemos saber qué medicamentos son más necesarios en un lugar u otro de España", ha dicho el presidente de Cofares.
"Siendo sinceros", ha comentado Mingorance, "no hay acuerdo, es muy complicado". El presidente de Bidafarma ha indicado que, aunque también en Europa se ha estudiado dicha posibilidad, "es una solución muy compleja, más cuando la mayoría de la materia prima no se fabrica en Europa, no veo una solución clara".
Costes
Durante su intervención, los presidentes de Cofares y Bidafarma han subrayado el impacto que el aumento de los precios de la energía ha tenido para la industria de la distribución farmacéutica.
"No somos marcianos, vivimos en este mundo y, evidentemente, el precio de la electricidad y el carburante pesa mucho en nuestra cuenta de resultados", ha comentado el presidente de Bidafarma. "Con los precios intervenidos, tenemos que gestionar todo con el margen que tenemos", ha recordado Antonio Mingorance.
"En Cofares hemos registrado un aumento del 6,2% de los gastos estructurales, con la particularidad de que nosotros no podemos repercutir esos aumentos en el precio del producto que manejamos", ha destacado Eduardo Pastor. En 2022, la compañía tuvo que afrontar un sobrecoste de 16 millones de euros, ha indicado.
Los presidentes de Cofares y Bidafarma han señalado que tan solo pueden hacer frente al incremento de sus costes aplicando avances tecnológicos, ahorrando gastos y gestionando y planificando lo mejor posible la actividad.