Los cinco últimos años han sido una revolución el mundo de los medios de pagos, con nuevas formas y actores gracias al avance de la digitalización. Un entorno en el que también ha ganado cada vez más protagonismo las criptomonedas, pese a lo cual Álvaro de Salas, director de Estrategia e Innovación de Servicios Financieros de Minsait, no cree que puedan considerarse hoy en día un "verdadero método de pago".
Durante su intervención en el II Observatorio de las Finanzas, organizado por El Español e Invertia, De Salas ha remarcado que desde que se creó en 2008 el bitcóin, el fenómeno de los criptoactivos o las criptodivisas no ha parado de crecer y ha alcanzado una "transcendencia enorme" en los últimos tiempos.
Sin embargo, ha incidido en que este crecimiento se ha producido más como un "producto de inversión puramente especulativo, que como un verdadero medio de pago". "Al menos por el momento no se le puede considerar un verdadero medio de pago por una razón: su enorme volatilidad", ha subrayado.
En este sentido, ha añadido que esto no se ha logrado ni con el lanzamiento de las denominadas stable coins, en las que las divisas están respaldadas por una cesta de activos "más o menos líquidos". Así, ha remarcado que hay que mirar estas stable coins "con lupa", ya que en muchos sitios no están reguladas y se estima que de media sólo un 30% está cubierto por activos quasilíquidos.
Por otro lado, De Salas ha apuntado que este escenario ha puesto sobre la mesa el debate sobre el riesgo a la estabilidad financiera, que vivió un momento clave en 2019 con el anuncio del proyecto fallido de Facebook de lanzar su propia divisa, Libra. Pese a no salir adelante puso en alerta a los bancos centrales de todo el mundo, que han empezado a trabajar en diseñar una regulación en este ámbito.
En este contexto, los mismos bancos centrales han iniciado también sus proyectos para la creación de la versión digital de sus propias divisas digitales. Por ejemplo, China ha lanzado con "éxito modesto" durante los juegos olímpicos de invierno el yuan digital, en el que lleva trabajando desde 2020, y Estados Unidos y Europa están en fase de experimentación con el dólar y el euro digital, respectivamente.
Ante la duda sobre si son necesarias estás versiones digitales, De Salas ha enumerado varios elementos claves, como el que ya existen tecnologías que permiten mantener la privacidad de la transacción que tiene hoy en día el papel moneda, el hecho de que tendrían el respaldo de un banco central y que podrían reducir los costes de manipulación y emisión de efectivo.
Asimismo, ha destacado que podrían ayudar a reducir la exclusión financiera, sobre todo en países emergentes; mantener el elemento fundamental de confianza de los ciudadanos que existe actualmente con el dinero público; o, más a largo plazo, mejorar las limitaciones que tiene actualmente la aplicación de la política monetaria para que sus actuaciones sean más directas y ayuden a evitar desequilibrios.
Por otro lado, De Salas ha remarcado que aunque la digitalización lleva ya más décadas impacto en el desarrollo de numerosos sectores, en el caso de los medios de pago, con la honrosa excepción de Paypal, no ha sido hasta el último lustro cuando se ha visto una "verdadera revolución" en la forma de pagar.
Así, ha añadido que estamos ante una "enorme transformación" en la que han surgido múltiples tecnologías y operadores que nos ha proporcionado un abanico muy grande opciones. Además, ha señalado que el momento del pago es cada vez menos perceptible y que la tendencia es ir haciendo que sea cada vez más imperceptible hasta llegar al "pago invisible".
Noticias relacionadas
- Hernández de Cos alerta sobre la ‘criptoización’ de depósitos, la próxima amenaza del sector financiero
- Bernardo Hernández: "La regulación debe permitir respirar a la innovación en el sector financiero"
- La banca espera que se incremente la adopción de los nuevos medios de pago y se mantenga la reducción del uso del efectivo