El sector de los seguros será el vertebrador de la nueva normalidad y de la nueva economía, con especial foco en la Agenda 2030. Así lo creen los diversos expertos de esta industria que han participado en el II Observatorio de las Finanzas de EL ESPAÑOL e Invertia. Las compañías aseguradoras se mueven entre el coste personalizado de las primas gracias al big data y la cobertura de los riesgos climáticos.
Según Gaila Salgueiro, directora financiera y de Estrategia de Abanca Seguros, la industria del seguro está viviendo tres transformaciones en paralelo: la relación de las compañías con sus clientes se está haciendo “más sencilla” a causa de la digitalización; el sector está virando de un modelo basado en el producto hacia un modelo que pone al cliente en el centro, que recibe “productos más customizados” y es “capaz de elegir sus coberturas en función de sus hábitos y así fijar los precios” (con la salud por bandera en la inteligencia de datos) y, por supuesto, la sostenibilidad, que es transversal a cualquier actividad.
Para Pablo Gil, director de Autos de Mutua Madrileña, un claro ejemplo de cómo está cambiando el mundo de los seguros es la movilidad. “Los riesgos están evolucionando, sobre todo en autos. La tecnología ayuda a que los riesgos evolucionen a la baja, al tiempo que se está abriendo un mercado nuevo con las nuevas formas de movilidad, donde se consumen más servicios de movilidad y se protege ese objeto [el coche eléctrico compartido, la moto, el patinete…] mientras desciende la gente que posee un coche”, ha puesto en contexto.
Otra oportunidad de negocio y necesidad social a cubrir es la cobertura de la mayor longevidad de la población. Como ha recordado Jesús Pérez, profesor y director académico del IEB en Gestión de Riesgos de Entidades Aseguradoras, “la Seguridad Social da signos de agotamiento y tenemos que usar el recurso del seguro de vida-ahorro como ya utilizan los países desarrollados”. En ese sentido, “solo el 10% del ahorro financiero de las familias españolas está en este tipo de seguro, cuando el porcentaje es mucho mayor en otros países”.
El formato unit linked también jugará un papel relevante, con carteras ligadas a activos financieros o fondos de inversión, aunque eso implicará la formación de las redes de venta y hacer comprender al cliente que se está cambiando de garantizar el capital a no garantizarlo y que, por tanto, es él quien tiene que asumir el riesgo.
Pero, si hay un punto donde convergen prácticamente todas las entidades y expertos, ese es la sostenibilidad, la responsabilidad social y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “No hay mejor sector para transformar en objetivos económicos los objetivos de la Agenda 2030”, cree Pérez. Y Salgueiro ha abierto la puerta a que “la cobertura del riesgo climático está por desarrollar, y los primeros que se aventuren estarán innovando”.
Retos: Amazon o el IPS
Oportunidades, pero también retos a afrontar por las empresas aseguradoras. A juicio de Salgueiro, como ya ocurre en otros sectores, habrá que adaptarse a la competencia de Amazon y otros gigantes tecnológicos de la distribución, que distribuirán seguros y pondrán en serio peligro a las pequeñas aseguradoras.
O la alta inflación, que también sufren los seguros. “Estamos empezando a tener presión en costes, que se suma al incremento del recibo por el alza en la tasa del Impuesto a las Primas de Seguro (IPS). En un sector con los márgenes tan ajustados como el nuestro, todo esto genera rotaciones de mercado que destruyen bastante valor. Si vienen nuevas subidas del IPS, mantener la rentabilidad del sector va a ser complejo”, ha advertido Gil.
En líneas generales, el ciudadano de a pie tendrá que ser consciente de que, como ha señalado Pérez, “lo que no se paga, no se aprecia”. Y hay que poner en valor que el asegurador es un profesional experto que nos acompaña en la cobertura de nuestros riesgos diarios, que siempre están ahí aunque no se vean.