El 56% de la población mundial vive en ciudades y se prevé que para el año 2050 la cifra se duplique. Entonces, siete de cada diez personas serán urbanitas. Por eso, tal como se ha podido debatir en la última mesa de la primera jornada del II Observatorio de los ODS organizado por EL ESPAÑOL, ENCLAVE ODS e Invertia con la colaboración de la Fundación ‘la Caixa’, mirar al modelo actual de las ciudades para que los servicios ofrecidos se correspondan con demandas de los ciudadanos.
¿Cuáles son los ingredientes que tienen que tener las ciudades para adaptarse a este cambio demográfico? La pregunta es complicada. Gonzalo Lacurcia Abraira, urbanista y consultor sénior del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos – ONU-Habitat, señala que para dar con una respuesta "hay que tener en cuenta la incertidumbre de los tiempos actuales". Y además, es necesario "pensar en los condicionantes derivados de la transición energética, el cambio climático y, en menor escala, la transformación digital".
Haciendo este apunte, el experto enumera tres posibles escenarios: la compacidad —con estructuras prácticas integradas—, ciudades más verdes y las relaciones con su territorio inmediato. Para implementar estas características, podría surgir una paradoja, tal como apunta Lacurcia: las ciudades del futuro podrían arrastrar los problemas de las ciudades del pasado.
Uno de ellos, apuntado por varios ponentes, es la desigualdad. "La pobreza en el sentido habitacional es uno de los grandes retos", expresó Antonio Giraldo, geógrafo, urbanista, divulgador y concejal del Ayuntamiento de Madrid. Este es uno de los desafíos de la reconversión del modelo de urbe del futuro.
Los desafíos por delante
Barrios pobres y barrios ricos, esa es la distribución más temida por estos expertos. Para paliar estos desajustes estructurales, una idea reivindicada por el urbanista Carlos Moreno es el de las ciudades de los 15 minutos. Este modelo, que según Giraldo no se trata de la solución a todos los problemas, es el que está implementando actualmente la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria y exministra de Política Territorial y Función Pública y ministra de Sanidad, Carolina Darias.
Durante su intervención reiteró que la necesidad de poner en el centro a las personas en cualquier planificación. "Tenemos que pensar en la gente que vive en la ciudad, en las personas", recordó Darias. Solo una vez hecho este ejercicio, se podrá después "considerar la idoneidad”. En la ciudad que gestiona, Darias presumió de un modelo que no deja a nadie atrás. En cada uno de los distritos, "los ciudadanos cuentan con servicios básicos", con la misma cantidad, reitera. Desde comisarías de policía a aparcamientos disuasorios, pasando por servicios sociales o equipos de maternidad e infancia.
Soluciones basadas en la naturaleza
En el rediseño de las ciudades del futuro, la emergencia climática y medioambiental no es ajena. Si antes se acababa los espacios verdes se transformaban en aparcamientos para el incipiente parque automovilístico, ahora se está intentando recuperar ese verdor. El nuevo modelo de las urbes no pasa solamente por el rediseño de las políticas económicas (y sociales), a este ideal de ciudad, tal como ha explicado Giraldo durante su intervención, se hace necesario "un trasvase modal hacia modelos descarbonizados”, a pesar de que "cueste cambiar".
Para lograrlo, detalla, se tiene que realizar una gestión eficiente de los recursos: "Hay que buscar una mayor optimización de los recursos materiales y humanos". Y además, es preferible, según Darias, adoptar medidas lentas y continuadas en el tiempo que cambiar radicalmente el modelo.
Por su parte, Sánchez, tras enumerar varios ejemplos, declara que "sabemos que las basadas en la naturaleza son las más eficaces para combatir el cambio climático". Por eso, reivindica "devolver la naturaleza a las ciudades".
"Poner la salud en el centro"
Yolanda Erburu, chief Sustainability AND Corporate Affairs Officer y directora general de la Fundación Sanitas, señaló que "hay que poner la salud en el centro de las medidas medioambientales”. Y, en la misma línea que Sánchez, defendió el papel de la biodiversidad para dar solución a los problemas que afectan a las urbes. “La biodiversidad es un escudo contra los brotes infecciosos”, destacó.
"Tenemos que cambiar la forma en la que gestionamos y planificamos las ciudades”, expresó Erburu. Y una de las "palancas" que puede hacer ese cambio posible es la salud. Los ponentes han coincidido en que los elementos tractores de estas palancas son, por igual, las personas, las instituciones y las empresas. En este sentido, Giraldo destacó que en esta transición "es muy necesaria la pedagogía", porque al final de día, "las más afectadas son las clases vulnerables".
En su intervención, concluye Darias "las ciudades han representado el bienestar” y por eso hay que velar por que eso perdure. Y de cara a la Agenda 2030, lo tiene claro: "Lo que pasa en las ciudades va a depender su éxito”.