Algo que parece tan normal como enterrar los cuerpos sin vida en los cementerios no fue común hasta bien entrado el siglo XIX. Hasta entonces lo habitual era hacerlo en los patios y jardines de las iglesias. Sin embargo, cuando el crecimiento de las ciudades industriales europeas se disparó, estos terrenos comenzaron a llenarse. Esto contaminó fuentes de agua y dio pie a epidemias de cólera que arrasaron las ciudades. Por ello, se creó Père Lachaise, el primer cementerio localizado en París.
El cementerio Père Lachaise fue creado por Napoleón Bonaparte, el emperador de Francia, en el año 1804. Su propósito era aliviar la congestión de los patios urbanos de París y proporcionar un lugar de entierro más grande y adecuado para los fallecidos. Inicialmente, el cementerio no fue bien recibido por el público y no tuvo muchos entierros. Sin embargo, en 1817 se trasladaron los restos de la famosa escritora francesa Molière. Esto marcó el inicio de una serie de traslados de personajes célebres a Père Lachaise.
El verdadero punto de inflexión para la popularidad del cementerio ocurrió en 1820, cuando los restos de los poetas románticos franceses François-René de Chateaubriand y Jean de La Fontaine fueron trasladados allí. A partir de entonces, se convirtió en un lugar de prestigio para el descanso final de figuras notables y famosas.
A lo largo de los años, el cementerio ha sido ampliado y embellecido con mausoleos y esculturas, convirtiéndose en un lugar de gran valor histórico, cultural y artístico. Hoy en día, el cementerio Pere Lachaise es uno de los cementerios más visitados y admirados en el mundo, conocido por su ambiente sereno y su impresionante colección de tumbas de personajes célebres.
Además, debido a su relevancia cultural y artística, el cementerio se ha convertido en un destino turístico popular y un lugar emblemático de París. De hecho, son miles los visitantes que se acercan al cementerio para explorar sus tumbas históricas, rendir homenaje a sus ídolos y disfrutar de la tranquilidad y la atmósfera única que ofrece.
Otros orígenes
Sin embargo, aunque se crea que este fue el primer cementerio construido en el mundo, no hay un único creador. Y es que, en la antigüedad diferentes culturas desarrollaron prácticas de entierro de forma paralela.
Por ejemplo, en el antiguo Egipto se construyeron complejos de pirámides y tumbas para enterrar a los faraones y miembros de la realeza. También existían necrópolis, que eran vastos campos de enterramiento para el resto de la población. En Mesopotamia, los sumerios y babilonios también tenían prácticas de enterramiento que involucraban tumbas y cementerios.
En general, los cementerios y lugares de entierro han sido parte fundamental de las culturas humanas a lo largo de la historia, aunque han variado en forma y significado según la época y la región.