Pocos conocen su historia, a pesar de ser una de las figuras más importantes de la historia. Octavio Augusto fue el primer emperador del Imperio romano y gobernó durante más de cuatro décadas. Nació en el año 63 a.C. en Roma, en el seno de una familia rica y poderosa. De hecho, su tío abuelo era, nada más y nada menos, que Julio César. Cuando este fue asesinado, Octavio empezó a maquinar la hazaña que vengaría su muerte. Para ello, se unió a Marco Antonio y Lépido para formar el segundo triunvirato, el grupo que gobernaría Roma durante un tiempo.
Estos fueron tan solo sus inicios. Y es que si hubo un momento clave en la historia de Octavio Augusto fue la batalla de Accio, celebrada en el año 31 a.C., en la que Octavio Augusto y su ejército lucharon contra Marco Antonio y Cleopatra, la que era en ese momento reina de Egipto. Como muchos saben, Augusto acabó haciéndose con la victoria en una batalla que ha quedado guardada para la posteridad como una de las más importantes de Roma. Además, junto a Marco Antonio, derrotó a los Filipos en el año 42 a.C.
La victoria supuso la consolidación de su poder. Con el título de campeón escrito para siempre, Octavio regresó a Roma para tomar el título de princeps, que significa primer ciudadano en latín. Tras la batalla, si algo tenía claro Augusto era que remodelaría por completo cómo había sido entendido hasta ese momento el Imperio romano. Entre las reformas que materializó destaco una: dividió el territorio en provincias que estuvieron gobernadas por personas que él mismo designó.
Pero esta no fue la única decisión que tomó para dar un giro de 180º al Imperio. También creó una nueva figura. Una especie de fuerza policial integrada por diversos vigilantes urbanos que velarían por la seguridad de la ciudad de Roma. A ellos se unió después la guardia pretoriana, encargada de proteger específicamente al emperador y al conjunto de toda su familia.
Los cambios que provocó la victoria de Augusto en el Imperio romano no solo afectaron al ámbito de la política, sino también a la cultura. Fue durante su gobierno cuando la ciudad de Roma fue testigo de la realización de importantes construcciones, así como teatros, templos y edificios gubernamentales que son ya historia.
En el ámbito de la literatura, Octavio Augusto se convirtió en uno de los grandes apoyos de los poetas y escritores más aclamados del momento, como es el caso de Virgilio u Horacio, a los que defendió a toda costa. Además, la figura de Octavio ha estado siempre vinculada a la Pax Romana, un periodo de tiempo en el que se impuso la paz en un mundo que, por aquel entonces, estaba repleto de conflictos.
Su capacidad de organización
Si hubo algo por lo que se conocía a Octavio Augusto era por su capacidad de organización. Incorporó senadores de toda Italia y les obligó a designar procónsules independientes que gobernarían las diferentes provincias. Además, cabe destacar que mantuvo su autoridad sobre el Senado y ejerció su poder de veto.
Con su llegada, el comercio comenzó a florecer poco a poco, hasta el punto de que las ciudades comenzaron a prosperar gracias a él. Y no solo por este motivo, sino también por la construcción de carreteras, acueductos, baños y anfiteatros, que entretenían a las masas. Un ejemplo es el caso de Mérida, que en época romana se llamaba Emérita Augusta.
Finalmente, Octavio Augusto murió en el año 14 d.C. En la actualidad, todo el mundo conoce su figura por la hazaña conseguida en Roma tras conseguir que esta se mantuviera durante siglos en una gran potencia mundial.