A finales de la época vikinga, entre los siglos X y XII, una pequeña comunidad nórdica se asentó en el moderno municipio de Skara, en el sur de Suecia. Allí, tras abandonar el culto a los dioses paganos y abrazar el cristianismo, construyeron la que está considerada como la iglesia de piedra más antigua del país escandinavo. En una zona localizada detrás del actual convento de Varnhem, fundado hacia el año 1150 por monjes cistercienses y que acoge los restos de destacados personajes de la historia local, como los de Birger Jarl, fundador de Estocolmo, se estableció una necrópolis donde se enterraron los cadáveres de varios centenares de individuos de este periodo.

El análisis de más de dos millares de dientes y las mandíbulas de 171 individuos documentados en este yacimiento ha revelado que los vikingos sufrían dolorosos problemas en sus dentaduras y que de forma ocasional trataron de buscarles solución: desde limar las piezas hasta arrancarlas. El 49% de las bocas estudiadas por un equipo de investigadores sueco presentaba al menos una caries, un porcentaje que supera el 60% si solo se tienen en cuenta los adultos. En el caso de una mujer de entre 30 y 35 años se ha identificado una infección en los molares que incluso pudo haberle provocado la muerte.

"Estos hallazgos proporcionan una imagen extraordinaria de un mundo perdido y una información atípica y esencial para entender a nuestros antepasados y la vida y la muerte durante la época vikinga", explican los investigadores, liderados por Carolina Bertilsson, de la Universidad de Gotemburgo, en un artículo publicado este miércoles en la revista PLOS ONE.

Examen de una mandíbula vikinga hallada en el yacimiento sueco. Carolina Bertilsson

La mayoría de los antiguos vikingos que poblaron el territorio sueco, incluida la población de Varnhem, vivían en comunidades agrícolas y tenían una dieta estacional que incluía el consumo de carne de res, cerdo y cordero, además de pescado, productos lácteos, pan, gachas, verduras, legumbres, avellanas o setas. La bebida más importante era la cerveza, aunque también aplacaban la sed con leche e hidromiel. La elevada ingesta de alimentos ricos en almidón —dañan los dientes porque se metabolizan en azúcares que producen ácidos que desgastan el esmalte dental— y la escasez de cuidado dental explican en parte la aparición de las caries y las lesiones identificadas mediante radiografías y análisis clínicos.

En la muestra analizada predominan los hombres (87) sobre las mujeres (46) y no se han podido determinar conclusiones sobre las diferencias de sexo —los cuerpos estudiados proceden de la parte sur de la iglesia, la zona donde según los primeros ritos cristianos se enterraba a los varones, mientras las mujeres eran sepultadas al norte de los templos—. Sin embargo, sí se ha podido observar que las caries están ausentes en los individuos juveniles y escasean en las dentaduras de los sujetos de mayor edad: un resultado "inesperado" que probablemente refleja que era habitual la pérdida de dientes en este sector de la población antes de la muerte.

[El ADN desvela una historia sorprendente sobre el legado del Imperio romano en los Balcanes]

Los investigadores destacan que varios individuos presentaban caries suficientemente graves como para haberles causado importantes dolores. Una pequeña parte de la muestra tenía un extraordinario número de estas lesiones, mientras que la mayoría solo presentaba un par o ninguna, lo que indica que algunos de los individuos, como sucede con las poblaciones modernas, eran más susceptibles a sufrir este tipo de daños. También se ha documentado la presencia de ejemplos de abrasión dental, quizá un intento para rebajar las molestias. Algunas de las piezas estudiadas exhibían marcas compatibles con el desgaste provocado por algún objeto para eliminar los trozos de comida que se acumulaban entre los dientes.

La presencia de caries dentales en esta comunidad medieval es similar a la que se ha observado en otras poblaciones europeas de la misma época, e incluso en la prehistoria y en los grupos de neandertales. No obstante, los científicos advierten de que casi una cuarta parte de los dientes de los individuos de Varnhem se perdieron antes o después de su fallecimiento, lo que pueda distorsionar los resultados. En cualquier caso, subrayan que estos datos proporcionan valiosa información sobre la vida de los vikingos y cómo trataron de paliar sus dolores de muelas.

"El dolor y la pérdida de dientes, como resultado de la caries dental, el desgaste y las infecciones, eran comunes y afectaban la vida cotidiana", escriben los investigadores en sus conclusiones. "Los hallazgos incluyeron infecciones orales potencialmente mortales y evidencias del uso habitual de palillos y modificaciones de los dientes, tanto para cambiar la apariencia como quizás también para aliviar el dolor".