La prodigiosa ciudad íbero-romana de Córdoba consagrada al universo de los muertos y a la sanación
En Torreparedones siguen apareciendo vestigios arqueológicos que asombran a los investigadores, como un teatro descubierto mediante técnicas geomagnéticas.
28 mayo, 2024 08:16La colonia romana Ituci Virtus Iulia, o tal vez, el municipio de Bora Cerealis, se asienta en una de las cotas más elevadas de la campiña oriental cordobesa, entre los términos municipales de Baena y Castro del Río, bajo la verticalidad de la torre del homenaje del castillo de Castro el Viejo. Se extiende a lo largo de 10 hectáreas y media y alcanzó su edad de oro en torno a los siglos I y II d. C. Deslumbra al visitante por la solemnidad del foro, la grandiosidad de la puerta oriental del oppidum y la adecuada conservación-restauración de las estructuras edilicias. Se tienen evidencias culturales de ocupación humana desde finales del Neolítico (3500 a.C.) hasta los albores de la Edad Moderna (siglo XVI).
El Parque Arqueológico de Torreparedones está envuelto en un halo mistérico que hipnotiza y que lo hace único. Las ceremonias taumatúrgicas de curación, la veneración a Dea Salis, el simbolismo mágico del rayo de luz resbalando en Dea Caeslestis-Juno Lucina y en el betilo estiliforme del santuario meridional, y el mutismo aterrador de la necrópolis oriental son algunos de los atractivos que mejor definen a este yacimiento. Así lo afirma el director de las excavaciones y arqueólogo del ayuntamiento de Baena, José Antonio Morena López, que explica que las monumentales tumbas hipogeas de época alto-imperial (siglos I-II d.C.) fueron excavadas en el año 2011 durante la edificación del centro de visitantes.
Muchas son de planta rectangular, exhibiendo loculi o nichos, algunos adintelados y otros adovelados. De pequeño tamaño, aparecen encajados en las paredes para albergar las urnas cinerarias con los restos cremados, en piedra o cerámica. Otras son de inhumación del período tardorromano (siglos III y IV d.C.), donde se han hallado dos individuos adultos en posición decúbito supino, una mujer enterrada en una fosa simple, envuelta en sudario con una moneda del emperador Claudio I en la boca y un hombre cuyo ajuar funerario estaba formado por una ollita y una lucerna.
Fuera del foro, se despliega el mercado público o macellum. "Se trata de un edificio independiente gestionado por magistrados del senado local", explica Morena López. Estaba destinado a la venta de pan, pescado, hortalizas, frutas y carne de vacuno, extendiéndose por una superficie de 380 metros cuadrados. Comenzó a levantarse en la primera mitad del siglo I d.C. hasta el período tardoantiguo. De planta central en torno a un patio pavimentado con losas y pórtico, dispone de una docena de tiendas o tabernae. Desde el siglo III d. C. fue progresivamente perdiendo la funcionalidad comercial hasta ser utilizado como redil de animales y, definitivamente, como cementerio.
Muy cerca de este bullicioso barrio mercantil, se ha excavado la única vivienda romana llamada Casa del Panadero. De atrio tetrástilo, conserva restos del impluvium pero no de la cisterna. Tiene una cabida extraordinaria: 700 metros cuadrados distribuidos en triclinium, cubicula, tablinum, fauces, etc. El pavimentado está formado por losas de piedra caliza irregulares. Lo más destacado de esta construcción es su fabuloso horno para la fabricación de pan que, probablemente, surtía a todo el distrito.
La soberbia platea del foro
La colosal plaza del foro ocupa el centro monumental de la ciudad. A su alrededor se organizan los grandes edificios públicos como el templo, la basílica civil, una capilla de culto, la curia y sendos pórticos situados al norte y al sur. En opinión de Morena López, se construyó en tiempos de Augusto y fue reformada bajo el gobierno de Tiberio, cuando se pavimentó mediante enormes losas de caliza micrítica, transportadas desde las canteras cercanas a Córdoba.
Cuenta con canalillo perimetral que evacuaba la lluvia al lado sur. Por medio de una gran tubería de plomo, que aún se conserva original, el agua era almacenada en una cisterna. Esta gran rehabilitación fue financiada por el duunviro (alcalde), pontífice y sacerdote del divino Augusto, Marco Junio Marcelo, que mandó grabar su nombre en la hilera central de las losas de la plaza con litterae aureae.
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Como advierte Morena López, las últimas iniciales D S P hacen referencia a la expresión de sua pecunia, es decir, con su dinero. El pórtico norte estuvo decorado con estatuaria de la dinastía julio-claudia, recuperándose 7 esculturas y fragmentos de otras, de tamaño superior al natural y esculpidas en mármol: Octavio o Tiberio, Livia y Domiciano o Marco Ulpio Trajano, entre otras.
La curia o sede del senado municipal está localizada en el ángulo noroeste del foro y su cuidado y restauración resultan admirables. "Era el lugar de reunión de los decuriones donde debatían cuestiones de interés público", en palabras de Morena López. Conserva las basas y el impluvium pavimentado con opus signinum. Los investigadores han identificado el archivo o tabularium donde custodiaban la documentación sobre las resoluciones de las asambleas y el aerarium en el que se protegía la caja fuerte o arca ferrata con los caudales de la ciudad (pecunia publica).
Al fondo, se abre la sala de reuniones de los decuriones tras atravesar una puerta de doble batiente. El umbral marmóreo mantiene los anclajes y goznes de las hojas que abrían al interior. Morena López comenta que ha aparecido un pasillo al norte, con acceso desde el atrio, "pero cerrado en un momento posterior, que conducía a una pequeña estancia de planta trapezoidal que debió servir como primer aerarium y que se amortizó por problemas estructurales", señala. En cualquier caso, han descubierto, de manera fortuita, varios cristales de ventana, parte del casco de un gladiador y dupondios del emperador Nerón, datados entre los años 66-67 d.C. de la ceca de Lugdunum (Lyon, Francia), que se salvaron de la damnatio memoriae.
Las termas orientales
Pero, sin duda, lo que más atrapa a turistas y a curiosos son los tres conjuntos termales, "con tan sólo un 10% excavado de toda la ciudad, número realmente significativo que unido al carácter salutífero de sus aguas la convirtieron en destino preferido por peregrinos que buscaban mejorar su salud", aclara Morena López. En concreto, un balneum tardorrepublicano, el balneum Calpurnianum y, significativamente, las termas orientales o de la Salud, levantadas en la primera mitad del siglo I d.C. y abandonadas un siglo después. Este edificio balneario tiene una conservación excepcional.
Los investigadores sospechan que ha sido debido a su emplazamiento parcialmente semisubterráneo. Alberga 500 metros cuadrados y dispone de letrina, vestíbulo, unctorium, sala de servicios y hornos. Desde el vestíbulo, se accede a la primera sala rectangular con suelo de grandes teselas blancas, que desempeña dos funciones: de vestuario o apodyterium y de sala fría o frigidarium. Seguidamente, el tepidarium (sala templada), de solado radiante con pavimento inferior de opus signinum. Y la tercera sala, el caldarium (sala caliente) de unos 55 metros cuadrados que contiene piscina térmica (alveus), banco corrido de obra alrededor de las paredes y sendos hornos (praefurnia) para el calentamiento de la estancia y la piscina.
Morena López afirma que "resulta excepcional la presencia de 23 capsae (taquillas) en las paredes del caldario que servían para que los usuarios dejaran sus enseres de aseo y objetos de valor para evitar su posible robo si se dejaban en el vestuario". Cerca de las termas apareció un altar ofrendado a la Fuente de la Señora de la Salud Salutífera y, en el fondo de un pozo, una jarrita ritual cefalomorfa, que pudiera ser la viva imagen de la diosa Salus.
Las postreras excavaciones en la espléndida "Pompeya cordobesa" han logrado recuperar más de 350 exvotos pétreos de figuras humanas y de miembros del cuerpo (piernas) dentro de la zona del santuario meridional íbero-romano y que servían de exhibición de gratitud a las fuerzas divinas por la sanación.
Aunque el descubrimiento más espectacular ha sido la teledetección del teatro en la zona suroriental. Morena López tenía claro que "la topografía del terreno insinuaba que había algo raro porque los teatros se suelen construir en pendiente acusada para hacer el graderío". Los especialistas han certificado la presencia de un semicírculo de unos 50 metros de diámetro. En opinión del arqueólogo municipal, "este hallazgo permitiría sumar otro atractivo más, porque sería el segundo o tercer teatro de la provincia de Córdoba y con posibilidad de excavarlo todo porque se encuentra en propiedad del ayuntamiento de Baena".
Y es que Torreparedones no deja de maravillar.