Las espadas de Baleares de la Edad del Bronce no servían para luchar: desvelan su función (y por qué son únicas)
- Un estudio muestra que la fabricación de estas piezas registró una fascinante mezcla entre tradiciones locales y técnicas importadas del Mediterráneo.
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A finales de la Edad del Bronce, las islas Baleares presenciaron una serie de cambios que desembocaron en un mayor nivel de conectividad entre el archipiélago e Iberia. El aumento de la movilidad generó un incremento significativo del comercio de materiales como el cobre y el estaño. En este contexto, los individuos insulares comenzaron a fabricar nuevos artefactos que hasta entonces solo estaban documentados en el registro arqueológico del territorio peninsular. Entre ellos destacan las espadas de tipo "Son Oms", con unas hojas finas y empuñaduras sólidas, unidas mediante técnicas de fundición directa o con remaches dispuestos en un patrón triangular.
Datadas entre los años 1000-800 a.C., se conocen 18 de estos artefactos, descubiertos en contextos desconocidos o formando parte de tesoros integrados además por otros objetos metálicos, como los casos de Son Foradat, Lloseta y Es Mitjà Gran. Lo curioso es que un nuevo estudio científico de estas espadas ha desvelado una serie de singularidades que las hacen únicas, como que no fueron concebidas para ser usadas en combate y que en su fabricación se registró una fascinante mezcla entre tradiciones locales y otros conocimientos importados desde diversas zonas del Mediterráneo occidental.
El estudio, liderado por Laura Perelló Mateo, investigadora de la Universidad de las Islas Baleares especializada en tecnología metalúrgica y la explotación de recursos minerales durante la Prehistoria, y publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, ha consistido en analizar los objetos combinando análisis arqueométricos y tecnológicos para conocer más detalles sobre su composición y cómo fueron fabricadas. De esta forma, los científicos han logrado ofrecer una novedosa imagen sobre estos procesos y la circulación de ideas hace más de 3.000 años.
A pesar de sus similitudes con otros artefactos similares de la misma era recuperados en zonas de Italia o de Europa central, las espadas de las islas Baleares —han aparecido sobre todo en Mallorca y Menorca— incorporaron al know how local técnicas de producción que tenían su origen en Iberia en una época anterior: la Edad del Bronce Media y Tardía. Entre estas novedades, los investigadores destacan la fundición a la cera perdida, las complejas aleaciones de bronce (hechas de cobre, estaño y plomo) o la producción de objetos compuestos.
Los metales para la elaboración de las espadas procedían principalmente del exterior —se ha identificado un notable uso de cobre procedente de la región de Linares y en menor medida de Cerdeña—. Estos hallazgos, según los autores del artículo, muestran que las islas Baleares estaban integradas en el sistema comercial mediterráneo y confirman la existencia de una intrincada red de intercambios.
Pero estas piezas, sin embargo, no fueron creadas para su uso en combate, sino que se trata de "un ejemplo de desarrollo local único": objetos simbólicos para ser exhibidos por una élite que se podía permitir la importación de los materiales señalados. "Aunque adoptan el concepto formal de espadas, su papel y función habrían sido completamente diferentes al uso más generalizado que recibieron en el continente", escriben los investigadores en sus conclusiones.