El Imperio romano dominó la Península Ibérica durante siglos y por lo tanto su legado cultural y lingüístico está muy presente en la actual España. Pero no es lo único que sobrevive de esta antigua y fascinante civilización: todo nuestro país está plagado de una gran cantidad de vestigios de monumentos muy conocidos, pero en otros casos más esquivos para el gran público y que no se relacionan con un origen romano.
Es el caso de la ciudad catalana de Vic, que puede presumir de contar con un templo romano que data del siglo II d.C. bastante desconocido y que, sin embargo, se encuentra en extraordinario estado de conservación. De hecho, es actualmente uno de los dos únicos templos romanos de toda España que han sobrevivido durante unos 2.000 años prácticamente completos.
Templo romano de Vic
En Hispania se conservan buena cantidad de templos romanos, las edificaciones sagradas dedicadas a la veneración de las deidades del variado panteón de Roma. Sin embargo, no todas se encuentran en el mismo estado de conservación.
El templo romano de Vic es uno de los más llamativos, y también de los más desconocidos. Se encuentra situado en la zona alta de la ciudad, en la calle Padre Xifré, en el corazón de Osona, Cataluña.
Tal y como explican desde la página web del Patrimonio Cultural de la Generalitat de Cataluña, cuando se derribó el castillo románico de los Montcada en 1882, ubicado en el núcleo antiguo de Vic, aparecieron los restos de un templo romano. En concreto, lo primero que se salió a la luz fue un capitel corintio.
Las investigaciones de los eruditos confirmaron que se trataba del antiguo templo romano de Ausa y se encontraron con que estaba en perfectas condiciones. En cuanto al origen de la edificación, la estructura data del siglo II. Su reconstrucción duró 77 años (1882-1959), pero actualmente es uno de los dos únicos templos romanos en toda España que se conservan prácticamente completos.
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El templo se erigió en su momento sobre un podio, consta de una cela y un atrio con 8 columnas. También se documentaron casi íntegras dos de las paredes habitación en el centro del edificio en la que se exponía la imagen del culto o estatua del dios adorado en ese lugar. Un capitel, un trozo de fuste de columna y los fragmentos originales del frontón localizados entre las ruinas permitieron reconstruir el exterior del monumento.
La buena conservación del templo se debe a que se reaprovechó para la construcción de un castillo levantado en el año 897 por Guifré el Pilós. La fortaleza, partir del siglo XI, fue propiedad y residencia de la familia de los Montcada. Sus moradores reaprovecharon las cuatro paredes del templo para construir el patio central del castillo.
La historia de este lugar no termina aquí. Después se utilizó el edificio como residencia del veguer, sede de la curia real, granero de la ciudad y, finalmente, fue una prisión y cantera. En el siglo XIX había perdido por completo su aspecto de fortaleza y se había convertido en un caserón ruinoso. Actualmente aún se conservan partes de las vueltas y paredes de este castillo en los sectores norte y poniente.
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A pesar de su importancia histórica, el de Vic no es un templo romano muy conocido, a pesar de que sí se encuentra a la vista. Concretamente, se encuentra en el Carrer del Pare Xifré, 2.
Este templo está abierto al público para aquellos que lo quieran conocer. En cuanto a sus horarios de visita, son de martes a sábado de 11 a 13 horas y 18 a 20 horas; los domingos de 18 a 20 y los lunes cierra.