Con los cambios inusuales de tiempo y el aumento de las temperaturas, la flora y la fauna también se ven alteradas. Las plantas empiezan a dar flores o comienza la formación del fruto y insectos también inician su actividad. En algunos casos, estos animales no suponen graves problemas, pero otros, como ocurre con la oruga procesionaria del pino, sí son una amenaza para estos árboles, que es donde se suelen asentar y construir sus nidos. Este tipo de gusano debe su nombre a que, una vez desarrollados, se mueven por los árboles y la tierra en largas hileras. Por sí mismas, sin presencia de otros seres vivos, no resultan un problema, pero si se encuentran cerca de, sobre todo, niños, personas mayores, perros, gatos u otras mascotas, sí hay que tener cuidado. Estas orugas cuentan con unos pelillos que se pueden desprender y cuyo contacto con la piel y el pelo provoca fuertes picores, urticaria e incluso graves reacciones como problemas respiratorios por inflamación de la garganta.
Es por ello que al primer signo de la presencia de la procesionaria debemos tomar medidas inmediatas. Depende de la fase en que se encuentren, podemos actuar de una forma u otra, pero lo más común es encontrarlas en un estado bastante desarrollado, normalmente cuando ya han formado algún nido, característicos por su aspecto de bola de hilos blancos ‘sedosos’. Si la presencia de la oruga no está demasiado extendida, puedes exterminarla tú mismo con cuidado y estos son productos que te recomendamos para ello.
Asocoa Insecticida natural Bacillus
Este remedio sirve como prevención ante la aparición de las orugas y sus larvas. Se disuelve en el agua con la que vayamos a regar la planta o árbol en cuestión y este la absorbe, de modo que cuando los insectos se alimenten del vegetal ingerirán parte del insecticida que los hará desaparecer. Puede servir tanto para el caso de la procesionaria como para otros tipos de plagas de insectos y es respetuoso con el medio ambiente.
Anillo de cola para árbol
Este artilugio funciona una vez las orugas están instaladas en el árbol. Consiste en una banda con pegamento que se coloca enrollado al tronco del árbol, de forma que cuando la procesionaria comience a descender por éste, se queden atrapadas en el anillo. Tiene un gran poder adhesivo, aunque se recomienda cambiarlo cuando haya heladas o tenga demasiada suciedad. Cuenta con unas cintas con las que asegurarás mejor su colocación.
Collar anti-orugas
Se trata de un remedio similar al anterior ya que también es preciso colocarlo alrededor del tronco del árbol afectado. En esta ocasión, el aparato incluye una abrazadera de plástico ajustable según el grosor del tronco que, a su vez, lleva incorporado un ‘depósito’ que hace de barrera en el que las orugas de la procesionaria irán quedando acumuladas cuando desciendan a la tierra. Esta especie de depósito se comunica, a través de una boquilla, con una bolsa, en la que las orugas irán cayendo poco a poco para deshacerte de ellas sin tocarlas. Estas bolsas tienen unos agujeros para que, en caso de lluvia, el agua no se acumule, pero son lo suficientemente pequeños para que los gusanos no se escapen.
Pértiga cortadora telescópica
Este es uno de los métodos más tradicionales. Se trata de un aparato cortante que se encuentra al final de una pértiga, funciona mediante una cuerda o cable con la que, al tirar, accionarás la tijera de la punta con la que podrás cortar la rama en la que se encuentre el nido. Con esta técnica debes tener especial precaución y calcular donde caerá la rama afectada para que no caiga muy cerca de tu cuerpo o encima de alguna persona o mascota. Una vez cortada la parte deseada, se recomienda quemarla por completo con el nido para evitar que los pelillos de las orugas se propaguen. Se trata de una solución algo compleja pero eficaz.
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