El Gobierno ha cumplido su amenaza y ha decidido poner en marcha dos nuevas figuras fiscales dentro del marco de la fiscalidad verde. Se trata de un impuesto al uso del transporte aéreo y otro a los plásticos de un solo uso.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda, ya venía avisando en las últimas semanas de la puesta en marcha de nuevos tributos que corresponderían a la fiscalidad verde. La dos figuras que este viernes se han puesto en consulta pública este viernes “son un paso en la dirección de abrir un debate en torno a la fiscalidad verde y reflejan la intención de modernizar el sistema tributario español para adecuarlo a la mayor concienciación social respecto al cambio climático”.
El Gobierno alerta de que los ingresos por impuestos medioambientales, como porcentaje del PIB, figuran entre los más bajos de la UE, concretamente el quinto porcentaje más bajo con un 1,83 % del PIB, frente a una media comunitaria del 2,4%.
Sin embargo, ni en un caso ni en otro indica el Gobierno la previsión de ingresos que tiene. Desde el Ministerio de Hacienda explican que esto se debe a que ni siquiera hay articulado o tipo impositivo.
“Este es el paso anterior”, explican, con el que quieren recopilar alegaciones u opiniones de los sectores afectados y de las organizaciones implicadas. ¿Tendrán impacto en el bolsillo de consumidores? Según el departamento, “todavía no se puede hacer ese análisis”.
No solo al queroseno
Después, con estas valoraciones, se construirán los nuevos tributos. Aún así, los textos de Hacienda ya dan pistas. En el caso del de transporte aéreo, se descarta que recaiga solo sobre el combustible de los aviones, el queroseno. “Sería una medida eficaz”, indica el documento. “No obstante, esta medida en el corto plazo resulta inviable para el uso en los vuelos intracomunitarios e internacionales”.
El documento también indica que “siendo el de la aviación uno de los sectores en que más se están incrementando estas emisiones, se considera preciso adoptar los oportunos instrumentos económicos para internalizar las externalidades negativas provenientes de esta modalidad de transporte”.
Se admite, en este sentido, que “este instrumento fiscal servirá de incentivo para explorar nuevas tecnologías y carburantes menos contaminantes. Además del beneficio en términos ambientales que se logra con el impuesto, con el mismo, el Estado dispondrá de una recaudación extra que se puede utilizar para reducir la carga de otros impuestos más distorsionantes, logrando así un beneficio adicional en términos de bienestar”.
En cualquier caso, aunque no aparece en el texto, desde el Ministerio aseguran que se tendrá en cuenta el “hecho insular” a la hora de aplicar el gravamen.
Sin pensar en recaudación
En el caso del impuesto a los plásticos de un solo uso, el Ejecutivo no debe esperar mucha recaudación. No habla de ella en ningún momento dentro del texto en consulta pública.
Para que el lector se haga una idea, la intención de este tributo es la de gravar los plásticos que envuelven, por ejemplo, la bollería industrial que va en envases plásticos. Y es que el tributo está concebido para "aquellos concebidos para contener o proteger bienes o productos alimenticios, se pretende tanto prevenir y reducir su impacto sobre el medio ambiente y la salud humana, como contribuir a la adecuación de la fiscalidad medioambiental española a la media del resto de los Estados miembro".
Con todo, junto al impuesto, Hacienda plantea la puesta en marcha "medidas complementarias tales como la colaboración intersectorial a lo largo de la cadena de valor, la concienciación de los consumidores, y la participación de las instituciones públicas. Todo ello, sin olvidar la importancia que la investigación e innovación en métodos de producción, de reutilización y de generación de productos sustitutivos puede tener sin duda en esta materia". ç
Curiosamente, ambas medidas tributarias habían sido propuestas anteriormente en el programa electoral de Más País, el partido liderado por Íñigo Errejón, de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre.