La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha avisado a los líderes europeos durante la videocumbre que se celebra esta jueves de que la crisis del coronavirus provocará un desplome económico sin precedentes en la eurozona de hasta el 15% del producto interior bruto. La contracción económica será mucho más grave que la que se produjo durante la crisis financiera, ha insistido.
Lagarde les ha dicho a los jefes de Estado y de Gobierno de que el mayor riesgo ahora es la complacencia, hacer "demasiado poco, demasiado tarde", según confirman a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras de su discurso.
El BCE reclama a los líderes europeos que pongan en marcha "un fondo de recuperación rápido, firme y flexible". El objetivo final debe ser que todos los Estados miembros, incluso los más endeudados como Italia o España, puedan adoptar las medidas de estímulo presupuestario necesarias para superar la crisis.
En cuanto a las previsiones económicas, Lagarde ha presentado a los jefes de Estado y de Gobierno tres escenarios diferentes debido al alto nivel de incertidumbre sobre el impacto del coronavirus. El más optimista contempla una caída del 5% del PIB de la eurozona; el escenario central que maneja ahora el BCE es un desplome del 9%; pero el hundimiento podría agravarse hasta el 15% en el peor de los casos.
Hasta ahora, el Banco Central Europeo es la única institución de la UE que ha actuado de forma contundente para frenar la crisis, con un plan especial de compra de deuda por valor de 750.000 millones de euros. Un programa que de momento mantiene bajo control las prima de riesgo de España e Italia.
"Estamos en una espiral catastrófica", ha avisado también el presidente de la Eurocámara, el socialista italiano David Sassoli, durante su intervención inicial en la videocumbre, que ha empezado de forma puntual poco después de las tres de la tarde. Sassoli ha insistido ante los líderes europeos sobre la "profundidad de la crisis" debido a la emergencia sanitaria y las medidas de confinamiento.
Por eso, la Eurocámara reclama a los jefes de Estado y de Gobierno que aprueben cuanto antes un plan de reconstrucción a gran escala que permita reactivar la economía tras el fin de la cuarentena. Un "plan Marshall" que debe financiarse con bonos de recuperación garantizados por el presupuesto de la UE, según la resolución que el Parlamento aprobó la semana pasada.
Este plan de reconstrucción es el principal punto en la agenda del Consejo Europeo. El encuentro vuelve a estar marcado por la fractura entre el Norte y el Sur. España e Italia, los países más golpeados por el Covid-19, reclaman más solidaridad de sus socios para salir de la crisis sin que se dispare su endeudamiento hasta niveles insostenibles. Alemania y Países Bajos están dispuestos a aumentar su ayuda pero se oponen a cualquier forma de mutualización de la deuda.
Hay desconfianza
"Nadie piensa que ningún Estado miembro quiera servirse de la crisis para coger el dinero y huir. Pero sí que hay desconfianza. Hay países que dicen no quieren pagar la deuda de otros y hay otros Estados miembros que creen que los demás quieren aprovechar su ventaja competitiva para hacer más negocios. Hay un problema de confianza", reconoce un alto funcionario de la UE.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, organizó este lunes una videoconferencia restringida previa con Pedro Sánchez, Giuseppe Conte, Mark Rutte, Angela Merkel y Emmanuel Macron. Una iniciativa que le había pedido el primer ministro holandés para despejar el mal ambiente provocado por su ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra. Éste acusaba a Italia y España de pedir ayuda sin haber aprovechado los años de bonanza económica para poner en orden sus cuentas. El encuentro de reconciliación fue "constructivo y muy útil", explican a EL ESPAÑOL fuentes diplomáticas.
Pero la fractura persiste. De hecho, de la videocumbre de este jueves no se espera ningún resultado concreto. Los jefes de Estado y de Gobierno ni siquiera aprobarán conclusiones escritas. "Es prematuro hacerlo ahora", señala el alto funcionario de la UE. Los líderes se limitarán a pedir a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que presente cuanto antes sus propuestas sobre un plan de reconstrucción para la economía europea, sin darle muchas indicaciones concretas.
Eso sí, ya existe consenso entre los Estados miembros, incluso entre los más reticentes como Alemania o Países Bajos, sobre la necesidad de contar con un instrumento específico en la UE para financiar la recuperación como complemento al presupuesto plurianual para el periodo 2021-2027, que todavía está pendiente de aprobarse. El problema ahora es ponerse de acuerdo sobre la estructura y la dotación de este instrumento.
Como adelantó este periódico, el Ejecutivo comunitario sopesa emitir deuda usando como garantía el presupuesto plurianual de la UE para financiar un plan de recuperación a gran escala de hasta 1,5 billones de euros. Con esta propuesta, Von der Leyen pretende dejar atrás el debate sobre los 'coronabonos' y buscar un compromiso entre Norte y Sur. El problema es que su propuesta, que se formalizará probablemente la semana que viene, exige aumentar la capacidad de endeudamiento de la UE. Una decisión que debe ser ratificada por los parlamentos nacionales de todos los Estados miembros, lo que podría tardar hasta dos años.
El presidente Pedro Sánchez aprovechará la videocumbre para presentar el plan español, que es muy similar al de Von der Leyen. Tanto en su dotación, 1,5 millones de euros, como en su vinculación al presupuesto plurianual de la UE. Sin embargo, España pone el énfasis en dos cuestiones que no generan consenso en la UE, sino todo lo contrario. En primer lugar, plantea que el plan se financie con la emisión de deuda perpetua. En segundo lugar, reclama que el fondo de reconstrucción funcione a base de subvenciones para no disparar el nivel de deuda pública de España e Italia.
En su comparecencia ante el Congreso de este miércoles, Sánchez ha admitido que el plan de reconstrucción para España que pretende pactar con el resto de fuerzas políticas dependerá en buena medida de la financiación que pueda obtener de la UE. En la videocumbre abogará por "transferencias a fondo perdido en vez de préstamos reembolsables, que agravarían el endeudamiento".
La propuesta española choca ya de entrada con la oposición de los países nórdicos, en particular de Países Bajos. "Hay palabras que son difíciles de tragar y perpetua cuando va asociada a deuda es un concepto difícil de digerir para algunos Estados miembros por cuestiones de principio", señala el alto funcionario de la UE.
"No es tarea de la Comisión pedir prestado dinero que nunca va a devolver. Que la Comisión tenga una deuda hasta la eternidad es un fenómeno extraño. Este no es el papel de la Comisión, que es una institución tecnocrática encargada de presentar propuestas para el bien común. Sólo los Estados miembros pueden hacer eso", subraya otro diplomático.
Los países del Norte se oponen también a que el fondo de reconstrucción conceda subvenciones a fondo perdido a Italia o España y reclaman que funcione a base de préstamos. Unos préstamos que sólo deben concederse tras un análisis económico en profundidad y condicionados a planes nacionales de reformas para fortalecer la economía a largo plazo.
"Vivimos en un mundo de intereses al 0%. Hay margen en casi todos los Estados miembros para pedir prestado", alegan cuando se les pregunta por el riesgo de una crisis de deuda.
¿Cuál será entonces el calendario después de la videocumbre de este jueves? El siguiente paso es que el Ejecutivo comunitario adopte sus propuestas legislativas. Empezará entonces una doble negociación paralela: por un lado, el presupuesto plurianual 2021-2027, que enfrenta al club de los frugales contra los amigos de la cohesión. Por otro, el fondo de reconstrucción, independiente pero vinculado al presupuesto, que divide también a Norte y Sur.
El problema añadido es que, debido a las medidas restrictivas por el Covid-19, los jefes de Estado y de Gobierno siguen sin poder viajar a Bruselas para celebrar cumbres presenciales. "Esto es una dificultad para negociar un paquete tan ambicioso", admite un tercer diplomático. La respuesta es que no hay un calendario claro para este plan de reconstrucción a gran escala. El objetivo del Gobierno de Sánchez es que esté operativo a principios de 2021.
De momento, los líderes europeos ratificarán el programa de emergencia por valor de 540.000 millones de euros aprobado por el Eurogrupo y pedirán que se aceleren los trámites para que las ayudas estén disponibles ya desde el 1 de junio. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ya ha dicho que España no pedirá ayudas del fondo de rescate (MEDE) pero no ha descartado solicitar un préstamo del instrumento para financiar ERTE y ayudas a autónomos (llamado Sure), aunque sin especificar cantidad.