Bruselas

Nada más decretar el pasado miércoles el cierre de restaurantes, gimnasios y teatros para frenar la segunda ola de la Covid-19, el Gobierno de Angela Merkel anunció un paquete de ayudas por valor de 10.000 millones de euros. Las empresas de hasta 50 empleados recibirán el 75% de sus ingresos de noviembre del año pasado y habrá créditos blandos de emergencia para autónomos y pymes.

Mientras que Alemania dispone de un margen presupuestario casi ilimitado para auxiliar a sus compañías, España o Italia, los países más golpeados por la Covid-19, cuentan con muchos menos recursos para defender a sus empresas, según los datos que maneja la Comisión Europea. Una desigualdad que amenaza con dinamitar uno de los logros económicos más preciados de la UE, el mercado único.

La virulencia de la segunda ola del coronavirus ha obligado a Bruselas a extender hasta 2021 la barra libre a los Gobiernos para rescatar empresas. Es decir, las reglas de la UE que restringen las ayudas públicas nacionales a empresas seguirán suspendidas hasta el 30 de junio para avales y subvenciones y hasta el 30 de septiembre para recapitalizaciones. El riesgo es una distorsión total de la competencia: que las empresas alemanas compitan con las españolas dopadas con subvenciones.

Desde el estallido de la pandemia, Bruselas ha aprobado un total de 320 planes nacionales de ayudas públicas para amortiguar el impacto de la crisis, cuya dotación estimada asciende a 2,96 billones de euros. De este total, el 52,5% (es decir, 1,55 billones) corresponde a subsidios notificados por Alemania.

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En una segunda posición muy distante se encuentra Italia, que acapara el 15,1% de las ayudas notificadas (447.000 millones); seguida de Francia, con el 14,4% (426.000 millones). La ayuda notificada por España representa el 4,9% del total de las subvenciones nacionales autorizadas por Bruselas (145.000 millones). Por detrás están Reino Unido (2,8%), Polonia y Bélgica (1,9% cada uno) y el resto (entre 1,1% y 0,01%).

Diferencias en potencia de fuego

La vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Margrethe Vestager, admite que "hay enormes diferencias en la capacidad de los presupuestos nacionales para responder a la crisis y ayudar a las empresas". Pero al mismo tiempo sostiene que las diferencias de gasto entre los grandes Estados miembros "no son tan grandes" como parece.

El motivo es que la mayor parte de las ayudas anunciadas no se llegan a gastar. Entre marzo y junio, los países de la UE sólo habían usado realmente 346.000 millones de euros para rescatar empresas. Francia es el Estado miembro que desembolsó la mayor cantidad de subvenciones, un tercio del total. Le siguen Alemania (96.000, el 28% del total), España (65.000 millones, el 20%) e Italia (26.000 millones, el 8%).

La ayuda movilizada por España equivale al 5,3% del PIB, el porcentaje más alto de toda la UE. Le siguen por este orden Francia, Polonia, Alemania, Portugal e Italia, según las cifras de Bruselas.

Sin embargo, estos números resultan también engañosos. Francia y España han otorgado casi exclusivamente avales públicos para créditos en condiciones favorables, como también ha hecho Suecia. Es decir, no hay dinero desembolsado. En contraste, Alemania e Italia -como Grecia, Irlanda y Polonia- han recurrido más a subsidios y otro tipo de ayudas a fondo perdido, con "efectos más duraderos sobre la competencia", según admite la propia Vestager.

El Ejecutivo comunitario sostiene que todavía es demasiado pronto para saber si esta desigualdad en potencia de fuego entre Alemania y España está creando distorsiones irreparables de competencia. Pero vigilará cualquier riesgo de que "la UE se vea completamente dividida porque algunos tengan capacidad de dar mucha más ayudas que otros", asegura la vicepresidenta a este periódico.

De momento, España apoya la prórroga de la barra libre a los Estados para rescatar empresas porque así lo exige el agravamiento de la crisis de la Covid-19, según explican fuentes de la vicepresidencia económica. El Gobierno de Pedro Sánchez espera que el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros sirva para equilibrar de nuevo las condiciones de competencia.

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