La ministra María Jesús Montero lleva tres semanas asegurando que "los Presupuestos están al 90%" y que si hubiera urgencia por aprobarlos, ya estarían en el Congreso. Pero que este año 2021 es "especial" y que, además de la inyección del fondo de ayuda europeo, "de lo que se trata es de concitar el mayor consenso posible, porque hay que reactivar la economía entre todos".
Ése es un discurso que, en realidad, esconde el profundo desacuerdo que presiden sus negociaciones casi diarias con Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y brazo económico de Pablo Iglesias.
La cita entre Iglesias y Sánchez es inminente, entre este domingo y el lunes, porque el martes se llevan las cuentas al Consejo de Ministros, confirman fuentes del Gobierno a este periódico.
Entre otras cosas porque los PGE ya van fuera de tiempo. La ministra confiaba en negociar en agosto y llevarlos al Congreso la tercera semana de septiembre... y ya estamos acabando octubre. Ése es el nuevo deadline, pero ya es imposible que no se tengan que prorrogar las últimas cuentas del Gobierno de Rajoy una vez más, por cuarto año consecutivo.
Ambos líderes tendrán que trabajar a fondo, en un intercambio de presiones y concesiones, ya que según las fuentes consultadas en ambos lados del Gobierno, el desacuerdo es casi total en el paquete fiscal. Desde Moncloa se insiste en que estos Presupuestos "tienen mucho más que ver con el gasto que con los ingresos", contando con el maná europeo.
Desde la orilla de Iglesias, por su parte, saben que son recibidos en los despachos de Montero y Sánchez con la idea de que se deberán contentar con "algunos caramelos". En todo caso, el PSOE sabe que no hay riesgo de ruptura del acuerdo de coalición, y con eso juega la entente socialista de Hacienda (Montero), Economía (Calviño) y Seguridad Social (Escrivá).
Cs como baza y aval
No hay acuerdo en nada de lo que tiene que ver con el paquete fiscal. Ni en IRPF, ni en IVA, ni en Sociedades, ni en la intervención del mercado de alquiler de viviendas, ni en las mejoras que Unidas Podemos reclama en el Ingreso Mínimo Vital... "Estamos comprometidos con cumplir los plazos, pero el PSOE tiene que cumplir con los acuerdos", explican fuentes del lado morado del Gobierno.
Pero del lado socialista sí se recuerda que "el plan es llevar los Presupuestos Generales del Estado al Consejo de Ministros del martes". ¿Pase lo que pase? "En política nunca se puede decir 'pase lo que pase', y menos tal como están las cosas con la pandemia", admiten las fuentes de Moncloa, "pero nos comprometimos a aprobarlos antes del final de octubre".
¿Un Consejo extraordinario el viernes si todo va mal? "Está sobre la mesa", apuntan en Podemos. "No se contempla", contestan en Moncloa.
El caso es que la afirmación de Montero con la que se abría esta información también oculta otra realidad, y es que el PSOE necesita contar con Ciudadanos en sus cuentas públicas para 2021. Al menos, en la negociación hasta última hora.
Para empezar, porque incluir en la ecuación a los liberales le abarata la presencia de otras formaciones: con los 10 votos que lidera Inés Arrimadas como baza, ni Esquerra ni Bildu pueden subir demasiado el listón de sus exigencias.
Por otro lado, es un aval ante los empresarios -que exigen estabilidad, a modo de recompensa por el esfuerzo ímprobo de diálogo y contención realizado en estos meses de pandemia- y ante Bruselas. No es tanto la Comisión como los socios europeos los que no se fían de la gestión de un Ejecutivo que incluye a un partido de izquierda radical y cuyos resultados están siendo desastrosos en la parte económica de la crisis provocada por el coronavirus.
Así, acudir a los Consejos Europeos, donde los países frugales quieren examinar hasta la letra pequeña de cada proyecto de reforma aspirante a ser financiado con los 140.000 millones previstos para España en el Next Generation EU, con el sello de Ciudadanos en los PGE relajará las exigencias.
Posiciones enfrentadas
Pero la presencia de Cs no sería gratis: los de Arrimadas no quieren oír ni hablar de subidas masivas de impuestos. Y quieren ver un plan de consolidación fiscal, al menos esbozado, para los próximos ejercicios, ahora que el déficit se marcha al 12% como mínimo este año y la deuda pública al entorno del 120%.
Y así es imposible cumplir con lo firmado en el acuerdo de coalición. Es decir, una subida del IRPF a las rentas por encima de 120.000 euros anuales. El PSOE se descolgó con un plan para hacerlo a partir de los 300.000 euros. Y Unidas Podemos, viendo la poca disposición socialista a salir en los titulares de prensa como los que suben los impuestos en plena crisis, ya ha subido el listón hasta los 130.000... pero el PSOE sólo ha bajado hasta los 200.000.
En el IVA, después de filtrar que el borrador incluía gravar con el 21% de IVA a la Educación y a la Sanidad privada, Montero ya ha abandonado la idea. Del lado de Iglesias no había problema en hablar sobre los colegios, pero Unidas Podemos se cerró en banda a aplicárselo a los seguros privados de salud "porque en plena crisis sanitaria, nadie lo entendería, más allá de que podría acabar repercutiendo en la pública", por los conciertos aún existentes.
El PSOE sigue dudando sobre si se debe aplicar en este ejercicio la base del 15% mínimo de impuesto de Sociedades a las grandes corporaciones. La última propuesta que llevó Montero a la mesa con Álvarez fue la de eliminar exenciones pero no tocar el tipo mínimo, en justa respuesta a las reclamaciones de la CEOE y Cepyme.
Iglesias, a pedir recursos
Pero los morados se niegan: "Está firmado, podemos entender que el país hoy no es el mismo que el del momento de la toma de posesión, pero no tiene sentido no cumplir con nada de lo acordado".
Así las cosas, queda poco tiempo. Pablo Iglesias acudirá a Moncloa, citado por Pedro Sánchez, entre este mismo domingo y el lunes, tras la cita semanal de maitines. Fuentes de Moncloa confirman que "habrá una reunión entre ambos, en la que se cierren los detalles, y se acuerde el formato final de la presentación conjunta del borrador".
Del lado de Unidas Podemos se le da mayor importancia a la cumbre. "El vicepresidente tratará de convencer al presidente, y confiamos en que consiga hacerle entender que hace falta atender las necesidades de los más vulnerables", explican, "y que ni eso ni el refuerzo de la Sanidad o la Dependencia... se puede hacer sin más recursos".