El banquero y economista Francisco Luzón (El Cañavate, 1948) ha fallecido este miércoles, 17 de febrero, después de pasar más de un lustro luchando contra la ELA.
Con él se marcha una figura protagonista de la banca española y de su desarrollo en Latinoamérica, además de un luchador que lejos de rendirse, impulsó la Fundación Francisco Luzón para ayudar a mejorar la calidad de vida de personas que padecen esta enfermedad y fomentar la investigación para que se encuentre una cura.
Luzón ocupó los más altos cargos en el BBV, Argentaria y el Santander. Era un "hombre hecho a sí mismo", como lo describió su amigo y patrono de la Fundación, Fernando Escribano, que tuvo que enfrentarse a esta dura enfermedad desde 2014.
Fue en julio de ese año cuando el neurólogo puertorriqueño José Carlo le confirmó que padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde hacía años. Su vida cambió de manera radical.
En octubre de 2019, Escribano acudió a la gala de los premios Los Leones de EL ESPAÑOL para recoger en su nombre el Premio León a la solidaridad. Habló de él como Paco, "una persona mucho más relevante, humanamente influyente y mucho más solidaria. Un hombre hecho a sí mismo, un triunfador".
En lugar de "resignarse", lo que hubiera sido aceptar que perdía para siempre, decidió luchar para transformar la sociedad y devolverle lo que le dio, a pesar de estar prostado y sin poder mover su cuerpo.
Antes de dar esta lección vital y de convertirse en una figura inspiradora para todos aquellos que padecen esta durísima enfermedad, Luzón fue una estrella del sector financiero.
Con solo cinco años se trasladó de El Cañavate (Cuenca) a Barakaldo. Aquel viaje fue uno de los primeros cambios de una vida que estaría plagada de transformaciones. Se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Bilbao gracias a una beca y consolidó una exitosa carrera en los dos bancos más importantes de España.
Años en la banca
Ocupó los más altos cargos en los años en los que el Banco de Bilbao y el de Vizcaya se fusionaron. Después, pasó a la banca pública como presidente del Banco Exterior de España. Lo hizo de la mano del Gobierno socialista y con Carlos Solchaga en el Ministerio de Economía. Allí creó la corporación que después fue Argentaria y permaneció en ella hasta la llegada del PP al poder.
Abrió entonces otra etapa, con su incorporación al Banco Santander de Emilio Botín como consejero y director adjunto al presidente en 1996.
En ese periodo participó en otra gran fusión, la del Banco Central Hispano. Pero sobre todo, es recordado por su papel en la expansión del banco que ahora preside Ana Botín en Latinoamérica.
Luzón consiguió llevar a la entidad por 10 países y lideró operaciones como la compra de entidades en Brasil.
Hasta que en 2012 se anunció su marcha de la entidad con una jubilación anticipada que superó los 55 millones de euros sin saber el difícil futuro que le esperaba. Una situación envidiable para todos los que seguían su rastro, hasta que años después hizo público que padecía ELA.
La misma enfermedad del físico Stephen Hawking. Ya diagnosticado, en un testimonio que ofreció EL ESPAÑOL en noviembre de 2016, Luzón preguntaba, "¿sabe cuántas personas hay en el corredor de la muerte en EEUU? 3.000. En España, somos cerca de 4.000 enfermos de ELA".
Para mejorar la vida de todos ellos y de los que sean diagnosticados en el futuro quiso sembrar la semilla que permita que algún día se encuentre la cura a esta difícil enfermedad con la Fundación Francisco Luzón.
Cultura y ciencia
Luzón fue un amante de la cultura y las ciencias, como atestiguan sus cargos de vicepresidente en la Biblioteca Nacional durante tres años y de vicepresidente mundial de Universia (Grupo Santander) durante una década.
El exbanquero se definía a sí mismo como una persona que ha creado valor durante toda su vida, transformando la realidad. Con su Fundación, deja ese deseo transformador en activo para que se encuentre una cura a la terrible enfermedad.