Bernard Madoff ha muerto este miércoles en una clínica cercana a la prisión federal de Carolina del Norte (EEUU) en la que cumplía condena. El financiero, que se declaró culpable de orquestar la estafa piramidal más grande de la historia, ha fallecido a la edad de 82 años.
El organismo de prisiones de EEUU ha confirmado que Madoff ha muerto en el Centro Médico Federal en Butner, en el estado de Carolina del Norte, aparentemente por causas naturales. El financiero cumplía condena en el complejo penitenciario de esta localidad a consecuencia de la condena por fraude que se dictó contra él en junio de 2009.
Las autoridades calcularon en su momento, en plena conmoción por el reciente estallido de la crisis financiera que sobrevino tras la quiebra de Lehman Brothers, que el esquema Ponzi que había desarrollado habría estafado de inversores profesionales, institucionales y particulares más de 65.000 millones de dólares. Una cifra superior a los 50.000 millones que confesó inicialmente el financiero neoyorquino.
Estafados mediáticos
A consecuencia de estas pesquisas, y con su propia confesión de los hechos, Madoff fue declarado culpable de 11 delitos federales. Por ello se le sentenció a 150 años de prisión, el máximo posible según las normas federales de EEUU y equivalente a la cadena perpetua.
Hasta que se destapó la estafa, Madoff era considerado uno de los hombres de finanzas más respetables de EEUU, lo que le sirvió para acceder al capital de grandes fortunas e inversores de todo el planeta. Entre ellos, nombres tan mediáticos como Steven Spielberg y Kevin Bacon.
Aunque la firma que él mismo fundó en 1960 fue durante décadas su punta de lanza como gurú financiero hecho a sí mismo, la realidad es que todo se trataba de una estafa en la que las aportaciones de los nuevos inversores servían para asumir los compromisos con los más antiguos. Así se creaba una imagen de constantes ganancias muy lejos de la realidad.
El año pasado, en plena pandemia de la Covid-19, los abogados de Madoff presentaron documentación para intentar su excarcelación. El motivo principal que alegaron fue una enfermedad renal en etapa terminal, así como otras dolencias crónicas. No obstante, no se habían atendido sus peticiones.
"Cavé mi agujero"
En este tiempo de más de una década de condena, un fideicomiso designado por el tribunal que juzgó su caso ha recuperado más de 13.000 millones de dólares. Los encargados de esta tarea son David Sheehan e Irving Picard, ambos con edades también cercanas a los 80 años.
Ellos mismos mantuvieron varias reuniones con Madoff en el complejo penitenciario en el que ha fallecido. A consecuencia de este trato relativamente frecuente, llegaron a calificar al fallecido de "sociópata", ya que reconocía el sistema de estafa que orquestó pero rechazaba la idea de haber perjudicado a alguien.
El neoyorquino tan solo admitía que el sistema se le escapó de control y colapsó, pero defendía que podría haberse mantenido en el tiempo sin haber perjudicado a sus partícipes. Así lo señaló ya durante los meses que pasó bajo arresto domiciliario en su ático de 7 millones de dólares en Manhattan.
Durante el juicio, Madoff señaló: "Cuando empecé con este problema, este delito, creí que sería algo de lo que podría salir, pero eso se volvió imposible". "Por más que lo intenté, más profundo cavé mi agujero", llegó a asegurar. A ese hoyo arrastró sin quererlo también a familiares y conocidos, pues su hijo fue hallado muerto poco después de estallar el caso.