Una circunstancia inédita como la que ha provocado la pandemia es una prueba para todo y para todos. Poco más de un año después de vivir un confinamiento inédito, la sociedad ha demostrado que es capaz de superar esta dificultad y mirar con optimismo al futuro. Buena parte de lo mejor de estos meses, en los que las circunstancias sanitarias han marcado todo, ha venido de la mano de la tecnología: la conectividad ha permitido salvar millones de empleos e, incluso más importante, mantenernos unidos.
De alguna manera, la pandemia ha multiplicado de forma inesperada la importancia del ecosistema digital, especialmente de las empresas, que han acelerado sus procesos de digitalización "tres o cinco años", según el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. "Nunca imaginamos que íbamos a tener al 100% de nuestros clientes en sus casas teletrabajando, educando a sus hijos, viendo vídeo por entretenimiento o comprando, haciendo su vida 100% digital y confinados en sus casas. Eso era someter la red a un estrés tremendo, y la red ha funcionado", concluye.
Poner a las personas en el centro
Telefónica, como referente de la conectividad en nuestro país y en vísperas de alcanzar sus primeros cien años de existencia, ha sabido dar respuesta a esta extraordinaria necesidad con una estrategia que, como recalca su presidente, consiste en "pensar primero en las personas". Se trata de colocarlas en el centro para articular en torno a ellas la transición digital.
La experiencia vivida durante la pandemia sirve para instaurar un Pacto Digital que se adapte a la nueva realidad y promueva las desigualdades en este ámbito, fomentar el acceso a la conectividad de nueva generación y a la protección de los derechos humanos frente a las amenazas tecnológicas. Se trata de un acuerdo que debe implicar, según la compañía, un diálogo entre todos los agentes involucrados: administraciones, empresas y la sociedad en su conjunto. Como explica Álvarez-Pallete, "esto va mucho más allá de balances y de cuentas de resultados. Tenemos que escribir un nuevo contrato social".
La propuesta de Telefónica para liderar este Pacto se basa en cinco pilares: impulsar la digitalización para una sociedad y economía más sostenibles; reducción de las desigualdades invirtiendo en educación; redes avanzadas para una conectividad inclusiva y sostenible; un nuevo marco de competencia leal, justo y equilibrado, y un uso ético y responsable de la tecnología. En definitiva, un nuevo contrato social que garantice que nadie se quede atrás en la era digital y tecnológica.
"Motor de progreso"
Para Telefónica, el impulso de este nuevo contrato social es un paso adelante muy importante para todos y, de la misma manera, un hito más dentro del cumplimiento de su plan estratégico. Anunciado en noviembre de 2019, su meta es la de sentar las bases de la Nueva Telefónica de cara a su segundo siglo de vida o, como resume el presidente de la compañía, "de volver a imaginarse el futuro, un futuro que pasa por sus redes y le exige ser protagonista".
De cara a los próximos años, la intención de la empresa es la de generar impacto y valor a largo plazo afrontando los retos que vienen. Por eso, las prioridades serán las de profundizar en la implantación de la denominada "sociedad inteligente", de la interconexión entre dispositivos en el Internet de las Cosas (IoT) o en la generación de nuevos servicios digitales. Son líneas de actuación que buscan "hacer nuestro mundo más humano, conectando la vida de las personas. Y, además, de forma sostenible", como expresa Álvarez-Pallete.